Dónde está Carlos Lanz.
Han pasado 5 meses desde aquel día en donde mi padre desapareció de mi vida. Dejé de verlo amoroso en la cotidianidad, dejé de verlo investigar, escribir, debatir en la mesa a la hora de comer, dejé de verlo enseñar, contradecirse, cuestionar. Nos lo arrebataron, a mi madre, a mis hermanos y hermanas, a muchos y a muchas, pero sobre todo a mí. Porque más allá de lo que significa su trayectoria histórica y política, sus importantes aportes e investigaciones, hoy quiero permitirme escribir desde nuestra afinidad como padre e hija. Muchas veces escuché que a lo largo de su vida no había nada por encima de su integridad política y militante. La vida cotidiana, la familia y las pasiones se desdibujaban delante de la necesidad de apostar a la construcción de un mundo más humano y de luchar radicalmente por las causas justas de los desposeídos. Así fue durante muchos años, quizás irresponsable para algunos, para mí entregado al compromiso de construir un mejor porvenir como muestra de amor po...