Más allá del capital.

CAPÍTCAPÍTULOULO CUATRO CAUSALIDAD, TIEMPO Y FORMAS DE MEDIACIÓN 4.1 Causalidad y tiempo bajo la causa sui del capital 4.2 El círculo vicioso de las mediaciones de segundo orden del capital 4.3 Eternización de lo históricamente contingente: la Funesta Presunción de la apologética del capital de Hayek 4.4 Los límites productivos de la relación del capital 4.5 La articulación alienada de la mediación reproductiva social primaria y la alternativa positiva C CAPÍTULO CINCO LA ACTIVACIÓN DE LOS LÍMITES ABSOLUTOS DEL CAPITAL 5.1 Capital transnacional y estados nacionales 5.2 Destrucción de las condiciones de la reproducción metabólica social 5.3 La liberación de la mujer: el reto de la igualdad sustantiva 5.4 Desempleo crónico: el significado real de la “explosión demográfica” PARTE DOS EL LEGADO HISTÓRICO DE LA CRÍTICA SOCIALISTA 1: EL DESAFÍO DE LAS MEDIACIONES MATERIALES E INSTITUCIONALES EN LA ÓRBITA DE LA REVOLUCIÓN RUSA CAPÍTULO SEIS LA TRAGEDIA DE LUKÁCS Y LA CUESTIÓN DE LAS ALTERNATIVAS 6.1 La aceleración del tiempo y la profecía atrasada 6.2 La búsqueda de la “individualidad autónoma” 6.3 De los dilemas de El alma y la forma a la visión activista de Historia y conciencia de clase 6.4 La continuada reafirmación de las alternativas C CAPÍTULO SIETE DEL HORIZONTE CERRADO DEL “ESPÍRITU MUNDIAL” DE HEGEL A LA PRÉDICA DEL IMPERATIVO DE LA EMANCIPACIÓN SOCIALISTA 7.1 Concepciones individualistas del conocimiento y la interacción social 7.2 El problema de la “totalización” en Historia y conciencia de clase 7.3 La “crisis ideológica” y su solución voluntarista 7.4 La función del postulado metodológico de Lukács 7.5 La hipostatización de la “conciencia de clase imputada” CAPÍTULO OCHO LOS LÍMITES DE “SER MÁS HEGELIANO QUE HEGEL” 8.1 Crítica de la racionalidad weberiana 8.2 El paraíso perdido del “marxismo occidental” 8.3 La “identidad sujeto-objeto” de Lukács C CAPÍTULO NUEVE LA TEORÍA Y SU ESCENARIO INSTITUCIONAL 9.1 La promesa de concretización histórica 9.2 La cambiante valoración de los consejos de los trabajadores 9.3 La categoría de mediación en Lukács CA CAPÍTULO DIEZ POLÍTICA Y MORALIDAD: DE HISTORIA Y CONCIENCIA DE CLASE A PRESENTE Y FUTURO DE LA DEMOCRATIZACIÓN Y VUELTA A LA ETICA NO ESCRITA 10.1 Llamamiento a la intervención directa de la conciencia emancipadora 10.2 La “guerra de guerrillas del arte y la ciencia” y la idea del liderazgo intelectual “desde arriba” 10.3 En elogio de la “opinión pública subterránea” 10.4 Las mediaciones de segundo orden del capital y la propugnación de la ética como mediación 10.5 La frontera política de las concepciones éticas 10.6 Los límites del testamento final de Lukács EL LEGADO HISTÓRICO DE LA CRÍTICA SOCIALISTA 2: RUPTURA RADICAL Y TRANSICIÓN EN LA HERENCIA MARXIANA CAPÍTULO ONCE EL PROYECTO INCONCLUSO DE MARX 11.1 Del mundo de las mercancías a la “forma histórica nueva” 11.2 El escenario histórico de la teoría de Marx 11.3 La crítica marxiana de la teoría liberal 11.4 La dependencia del sujeto negado 11.5 La inserción social de la tecnología y la dialéctica de lo histórico/transhistórico 602 11.6 Teoría socialista y práctica política partidista 11.7 Los nuevos desarrollos del capital y sus formaciones de estado 11.8 ¿Una crisis en perspectiva? CAPÍTULO DOCE LA “ASTUCIA DE LA HISTORIA” EN MARCHA ATRÁS 12.1 La “List der Vernunft” y la “astucia de la historia” 12.2 La reconstitución de las perspectivas socialistas 12.3 El surgimiento de la nueva racionalidad del capital 12.4 Contradicciones de una época de transición CAPÍTULO TRECE ¿CÓMO PODRÍA DEBILITARSE GRADUALMENTE EL ESTADO? 13.1 Los límites de la acción política 13.2 Principios centrales de la teoría política de Marx 13.3 Revolución social y voluntarismo político 13.4 Crítica de la filosofía política de Hegel 13.5 El desplazamiento de las contradicciones del capital 13.6 Las ambigüedades temporales y las mediaciones faltantes PRESENTACIÓN A LA PRESENTE EDICIÓN TIEMPO DE REVOLUCIONES DESDE ABAJO Isabel Rauber1 Estamos viviendo una época de crisis histórica sin precedentes, que afecta a todas las formas del sistema del capital, no nada más al capitalismo. Es fácil comprender, entonces, que lo único que podría producir una solución viable a las contradicciones que tenemos que encarar sería una alternativa socialista radical al modo de control metabólico social del capital. Una alternativa hegemónica que no se vea atrapada por las restricciones del orden existente al mantenerse en dependencia del objeto de su negación, como ocurrió en el pasado. Aunque debemos estar alertas a los inmensos peligros que aparecen en el horizonte y enfrentarlos con todos los medios a nuestra disposición, las negaciones no son suficientes por sí solas. Es necesario por igual formular con claridad la alternativa positiva que podría tomar cuerpo en un movimiento socialista radicalmente reconstituido. Porque la factibilidad del éxito guarda una relación de dependencia vital con el objetivo elegido de la acción transformadora, si lo definimos como ir positivamente más allá del capital, y no simplemente como el derrocamiento del capitalismo. Por lo menos, de las dolorosas lecciones del derrumbe del llamado “socialismo realmente existente” nos debería quedar bien claro esto: fue prisionero, a través de su historia, de determinaciones negativas.2 Este párrafo concentra el ideario y el empeño de Mészáros, su obsesión comprometida con la búsqueda de alternativas que permitan construir una nueva civilización humana superadora de los “males” producidos por el capitalismo simultáneamente con los procesos sociales que lo confrontan cotidianamente. No habrá posibilidad alguna de superar la trampa cultural del modo de vida generado por el capital si no se rompe de raíz con la lógica de su funcionamiento, es decir, de su producción y reproducción en todos los ámbitos de la vida social. Para ello es vital 1 2 Dra. En Filosofía. Directora de la Revista “Pasado y Presente XXI”. Estudiosa de los movimientos sociales latinoamericanos. [Mészáros, István, 2001. Más allá del capital, p. XVII, Ed. Vadell, Caracas. Negritas del autor]xvi MÁS ALLÁ DEL CAPITAL construir otra lógica, no contraria a la del capital sino radicalmente dife rente y superadora, capaz de poner fin a su cadena creciente de exclusión, enajenación, jerarquías, opresión y explotación humanas. La vida de István Mézsáros ha estado llena de grandes desafíos, no sólo por las preguntas trascendentales que como pensador y revo- lucionario se propuso y trabajó por encontrarles respuesta, sino por las vicisitudes, incomprensiones e injusta persecución a las que se vio some- tido en su propio país de origen. Pero Mézsáros es de aquellos hombres imprescindibles, de los que luchan toda la vida. Su trabajo preñado de innumerables enfoques e ideas valiosas, es digno de ser leído no sólo por su contenido, sino también por ser la obra abnegada de un genuino luchador por la emancipación humana. Lo conocí personalmente en el Primer Foro Social Mundial, en Porto Alegre. Aunque me había relacionado poco con sus escritos, lo conocido despertó una profunda admiración por su trabajo. Cuando me dijeron: “ahí está”, sin pensarlo dos veces me lancé hacia su mesa, presentándome sin preámbulos. Estaba sentado tomando un café con Donatella, su esposa y compañera de vida. Me invitó a compartir la mesa y comenzamos a hablar sin parar, de todo; teníamos que saber uno del otro rápidamente. Yo tenía su libro “Socialismo o Barbarie”, publicado en Brasil, y le pedí su autorización para traducirlo al español y publicarlo a través de Pasado y Presente XXI. Prontamente accedió y al poco tiem- po lo publicamos. Desde entonces entablamos una relación estrecha de intercambio de reflexiones, emprendiendo pequeñas tareas conjuntas y compartiendo sueños. Estos conectaron nuestros pensamientos y, con ellos, las diferentes prácticas y experiencias. Y de entonces hasta ahora. Los análisis de Mészáros referidos al capitalismo actual y los planteamientos acerca de la posibilidad de su superación positiva, es de- cir, poniendo fin a los mecanismos de producción y reproducción de la enajenación creciente de la humanidad, engarzan (y actualizan) los plan- teamientos y las propuestas de Carlos Marx con la problemática y las demandas de nuestra época. Su obra constituye un puente analítico clave para pensar quiénes, cómo y desde dónde plantearse la transformación de la sociedad que supere al capitalismo y al capital. En tal sentido, sus re- flexiones –y su práctica de vida– acerca de las experiencias socialistas este- europeas del socialismo del siglo XX, resultan esclarecedoras para com- prender que pueden ocurrir revoluciones sociales que derroquen a los capitalistas sin que ello signifique poner fin al predominio y la hegemonía del capital. Teniendo esto muy presente, Mészáros se aplica precisamente a identificar y exponer los elementos centrales que contribuyen a que los procesos de luchas sociales por la superación del capitalismo sean –a laIstván Mészáros xvii vez–, procesos de supresión/superación de la lógica de funcionamiento del capital (del metabolismo y el orden social impuesto por el capital). Se trata, explica reiteradamente el autor, de una superación radi- cal y no de una sustitución, de un cambio de lugar (de la producción a la gerencia, por ejemplo). Para construir una nueva sociedad, socialista, no basta con que los obreros expulsen a los capitalistas y tomen el control de la producción, no basta con que un grupo de revolucionarios se apodere del aparato estatal y socialice (estatice) la propiedad de los medios de producción y la producción misma, no basta con que la burocracia geren- cial y los tecnócratas del capitalismo sean reemplazados por cuadros del partido –en tal circunstancia– devenidos en “burócratas revolucionarios”. Todo esto puede hacerse, como se hizo y lo demuestra la historia, sin poner fin a las cadenas de sujeción a los dictados del capital y su lógica de funcionamiento. Dar vuelta a la tortilla, es mantenerse dentro de la sartén controlada por el capital, y esto lleva a la distorsión de los objetivos estratégicos, y la derrota ahora lo sabemos resulta inevitable, pese a los grandes ideales que sustenten la epopeya revolucionaria. Por ello, coinci- do profundamente con Mészáros cuando señala la imprescindible ligazón que existe entre la necesidad de superar el capitalismo e ir mas allá del capital, construir lo nuevo fuera de su dominio, es decir, desde otro lugar, con otras lógicas. Y estas sólo pueden ser tales si son pensadas, diseñadas y construidas desde abajo por los pueblos. En sí mismo, el proceso de transformación es, a la vez, un proce- so de construcción de nuevas lógicas, articulaciones, institucionalidades, metabolismos sociales, etc. Son “nuevas” en tanto nuevo será su predo- mino como estructurantes del (nuevo tipo de orden del) metabolismo social, pero muchas de ellas están presentes ya entre nosotros –como avances–, en las comunidades de los excluidos, explotados y empobre- cidos por el capital, profundamente articuladas a los mecanismos de so- brevivencia: redes de economía solidaria, trueque, comedores y huertas comunitarias, trabajo cooperativo comunitario, redes solidarias de con- vivencia, institucionalidad y formas de organización y funcionamiento comunitario autónomos de la institucionalidad dominante, como es, por ejemplo, la realidad de los pueblos indígenas en estas tierras. Y todo esto se relaciona tanto con la propuesta la “alternativa positiva” que señala Mészáros, como con los métodos y medios empeña- dos en su construcción concreta, en hacerla socialmente hegemónica. Es decir, tiene que ver con el proyecto, con lo programático, con la organi- zación y, por tanto, con lo central determinante de todo proceso social: los actores sociales y políticos (sujetos del cambio), y –de conjunto– con el poder. La organización (instrumento político) que el colectivo de ac-xviii MÁS ALLÁ DEL CAPITAL tores se dé para llevar a cabo las tareas estratégicas sólo puede definirse conjugando en una misma sintonía ideológica/liberadora y de liberación todos estos elementos. No hay lugar para concebir/realizar tareas que contradigan los resultados; no hay lugar para concebir/emplear medios que contradigan fines; no hay posibilidad de que una vanguardia iluminada pueda reem- plazar al actor colectivo. Poner fin a la locura criminal del capitalismo y construir una nueva civilización humana en función de la humanidad, es decir, conquistar la liberación de la humanidad, no es responsabilidad de élites sino de la humanidad toda, ante todo, de los pueblos, protagonistas de los cambios. Se trata de un protagonismo colectivo, que se vive en cada re- vuelta, en cada lucha de calles… reivindicativa-política. Reclama por tanto, para encauzarse hacia un proceso de transformación social, cons- truir la convergencia orgánico-política de los actores, sus problemáticas y propuestas, condensándola en lo que será en cada realidad, el proyecto político superador del capitalismo y del orden social del capital. Es este el factor clave (constitutivoautoconstitutivo) que marca el nacimiento (por maduración autoconsciente de los protagonistas) del actor colectivo (agente histórico del cambio) vitalmente interesado en ir más allá del capital y con capacidad para ir haciendo realidad su utopía liberadora, cotidianamente, en todos los ámbitos de su quehacer. Es este punto neu- rálgico de apuesta a la vida el que hace de este un texto profundamente contemporáneo con la revolución democrático cultural que llevan ade- lante los pueblos de Bolivia. Esta ha comenzado a desandar los caminos culturales que fueron impuestos, marcados y afianzados por la hegemonía de los conquistado- res/colonizadores, predominante hasta ahora en los ámbitos del poder sobre la vida humana en Bolivia (como en Latinoamérica). Como es un proceso verdadero es un desandar que emerge de la raíz y hacia ella vuel- ve los cambios, es decir, se trata de una superación radical, desde abajo, de la penetración/dominación cultural, económica, política y social de los colonizadores y usufructuarios del capital. No es teórico el debate sino práctico. Se trata de un modo de vida que debe ser desplazado por otro; son prácticas y conductas diferentes que deben abrirse paso entre las hasta ahora hegemónicas. Porque para ser superada una dominación (conducta) cultural tiene que ser desplaza- da/reemplazada por otra distinta, diferente y, en este caso, superadora. Y esto reclama un querer (primer espacio indispensable) y un aprender, un aprender que se funda en la combinación de la apropiación de los saberes ancestrales, junto a lo nuevo y diferente que late en las resistencias y luchasIstván Mészáros xix de los pueblos. Es por ello también, un estar abiertos a todo aquello que va siendo creado por todos y todas en la misma medida que lo van constru- yendo/aprendiendo, de conjunto, en las prácticas actuales y venideras. Es por ello un aprenderhaciendo, un transformarsetransformando, es decir, parte de la transformación misma. Es la epopeya de justicia mayor que vibra y se fortalece en cada hombre y mujer que ha gestado y es sostén de la revolución democrática cultural que late hoy en Bolivia, y desde Bolivia en los pueblos de Latinoamérica y el mundo. Es el intento más radical y profundo de ir más allá del capital, comenzando por poner fin al dominio y la exclusión que este impuso a sangre y fuego a los habitantes de estas tierras para llenar las arcas de los poderosos y satisfacer sus enfermizas an- sias de poder y de lujos extravagantes; es por ello, el acto de justicia y ética primero y clave de la revolución. Si la guerra es la continuación de la política por otros medios, y la política es la expresión concentrada de la economía (quien podría dudarlo), queda claro que la guerra es, como ha sido, el brazo armado de la economía (del capital) cuando los capitalistas la necesitan para acre- centar sus arcas. Así ha sido en tiempos de la acumulación originaria del capital y de su primera gran expansión mundial (globalización tempra- na), que se aceleró y acrecentó con la conquista y apropiación de terri- torios lejanos a Occidente, como ocurrió, por ejemplo, con la invasión, matanza, saqueos y ocupación de las tierras de América, con la piratería, con la apropiación de los bienes y las riquezas de los pueblos originarios y la masacre de sus poblaciones, con la eliminación, el sometimiento o el exterminio de sus culturas, modos de vida, lenguas, etcétera. Así también es hoy. Por eso resulta tan peligrosa la crisis mundial del capitalismo, porque proporcionalmente a su debilidad es su capacidad de despliegue de irracionalidad y peligrosidad cual fiera enjaulada y hambrienta, capaz –como ya lo ha demostrado una y otra vez– de apelar a todo tipo y mag- nitud de guerras para saciar sed de dinero y riquezas. La vida está una vez más amenazada por el capital y, por ello, lejos de apostar a las guerras –totalmente funcionales al capital y al im- perialismo–, quienes sostenemos y defendemos la vida debemos apelar a la propia vida, es decir, a los hombres y las mujeres de los pueblos que han demostrado tener las reservas morales suficientes para defender las perspectivas de sobrevivencia humanas. La vida se sostiene y defiende con más vida. Por eso, la batalla primera con el capital es cultural: se trata de vivir de un modo diferente al del capitalismo, de construir un modo de vida que pueda poner fin a las aberraciones y la multiplicación de la muerte producidas por el capi- tal. Se trata de un modo de vida que se asiente en la solidaridad en vezxx MÁS ALLÁ DEL CAPITAL del individualismo, en la cooperación y complementariedad en vez de la competencia y el antagonismo, un modo de vida que abra las puertas a los saberes plurales, a la democracia participativa de la diversidad y no a la tiranía suplantadora/manipuladora de las mayorías, al florecimiento de las identidades y culturas de los pueblos, profundamente enraizadas en la promoción y defensa de la vida. Se trata, en definitiva, de crear/construir una nueva civilización humana en función de la humanidad. Vivir para nosotros/as y no en fun- ción de los requerimientos y designios del capital y su malsana y des- tructiva sed insaciable de ganancias. Esto es: liberarnos de su yugo y poner punto final a la enajenación que nos hizo y hace vivir nuestra vida como si fuera ajena (del capital), y convertirnos en dueños de nuestros destinos. Esta es la posibilidad/realidad que late hoy en Bolivia en la apues- ta al rescate de la dignidad de los pueblos secularmente mancillados, en la recuperación de las identidades y en la determinación de construir/ crear un estado plurinacional e intercultural sobre bases de justicia y equidad para todos y todas, un Estado que ponga fin a la sociedad de supuestos derechos universales aparentemente existentes y vigentes para todos, que tras el velo de lo abstracto oculta una realidad de exclusión, discriminación, racismo, sometimiento y muerte para los pueblos. Esto es lo que resume y condensa, estimula y proyecta la propuesta y apuesta prácticas de la revolución democrática cultural (descolonizadora/libera- dora) que está ocurriendo en Bolivia con la fuerza y energía propias de todo proceso radical auténtico de los pueblos. Más allá del capital es una fuente extraordinaria de conceptos y análisis y puede considerarse una obra resumen del pensamiento de István Mézsáros. Para esta edición tomamos como base el texto en es- pañol publicado por la Editorial Vadell, de Caracas, a cuyo director Sr. Manuel Vadell, expresamos también nuestro reconocimiento por su so- lidaria colaboración. De la traducción de dicha publicación hemos mo- dificado algunos conceptos (particularmente aquel identificado por el traductor como “agencia histórica”), con la finalidad de facilitar la com- prensión de las reflexiones centrales del texto. La otra modificación es de formato, puesto que debido a su extensión hemos decidido –de co- mún acuerdo con Istvan Mészáros–, publicar Más allá del Capital en dos tomos, de los cuales presentamos el primero. En época de revolución, cuando el tiempo siempre escasea, la lectura se lleva con uno. No hay dudas de que en Bolivia se viven tiempos pioneros de las revoluciones desde abajo, pertinentes en el siglo XXI. Por ello, la publi- cación de este libro en tierras bolivianas, en estos tiempos, marcados porIstván Mészáros xxi procesos de resistencia y cambios, creados, sostenidos y protagonizados por los pueblos, es un profundo orgullo y compromiso militante por la vida que comparto con István Mészáros, con la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, “editora” sui generis y promotora de este libro, y con el pueblo todo. Sirva este espacio también como reconocimiento a su apoyo, consecuencia y construcción estratégica, sostenidas en medio de las arduas, tensas e impostergables tareas cotidianas que les exige la apuesta revolucionaria hoy.

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