Carta, original, de Jamaica. Simón Bolivar
Texto completo de la Carta de Jamaica hallada en Ecuador.
Este es el texto completo de la Carta de Jamaica, a propósito de los 200 años de ser escrita por el Libertador Simón Bolívar como respuesta a un comerciante británico que vivía en la isla, el Sr. Henry Cullen. El documento recoge las impresiones de Bolívar sobre lo acontecido en el continente, a partir de la llegada de los invasores europeos hasta los sucesos que condujeron al estallido de las independencias. En el texto se pueden advertir los cambios del pensamiento bolivariano desde que, joven e impetuoso, se iniciaba en la política en 1811, hasta el momento en que, luego de haber disfrutado las mieles del éxito en la Campaña Admirable, se encontraba decaído y exiliado por la pérdida de la Segunda República. Con el paso de los años, este se convirtió en un texto político fundamental para la comprensión de la doctrina bolivariana y de los complejos matices de la guerra de independencia en todo el continente americano.
TwitterTelegramMastodonFacebookGmailMeneameWeChatWhatsAppLinkedInEmailPrint
Fuente: Archivo Genera de la Nación / Centro Nacional de la Historia
Haga click aquí para descargar el manuscrito en Castellano de la Carta de Jamaica, descubierto en Ecuador (PDF)
Haga click aquí para descargar la transcripción del manuscrito descubierto en Ecuador (PDF)
El Centro Nacional de Historia y el Archivo General de la Nación celebran junto al pueblo venezolano el bicentenario de este luminoso escrito del Libertador Simón Bolívar. Documento que es a un mismo tiempo el examen geopolítico de la lucha independentista en 1815; la propuesta para continuar el proyecto revolucionario a pesar de sus tropiezos y derrotas; y la prueba de la visión prospectiva, la fortaleza y tenacidad de una persona, ante las circunstancias más difíciles de su vida.
Corren los últimos meses de 1815 y Simón Bolívar, el ilustre caraqueño, se encuentra refugiado en Kingston (Jamaica) tras el fracaso militar ocurrido en Nueva Granada. Sumido en la amargura, dedicó sus días a la reflexión sobre los sucesos que desencadenaron el eclipse del segundo intento republicano en Venezuela. Antes, el Libertador se había dirigido a neogranadinos y venezolanos mediante una proclama, en la cual se despedía de sus compatriotas, en un acto que él consideró como uno de los mayores sacrificios que podía realizar, para salvaguardar la vida de los hombres y mujeres sometidos bajo el yugo español.
En el transcurso de los meses subsiguientes, desde la ciudad capital los enemigos y detractores se dedicaban a despreciar públicamente los logros de quien era calificado como el Sedicioso en las páginas de la Gaceta de Caracas; sin embargo, pese a la campaña contra el movimiento independentista y la contraofensiva adelantada por el ejército expedicionario comandado por Pablo Morillo, los patriotas no deponían sus armas y continuaban en pie de lucha para alcanzar la independencia.
Ante este panorama, Bolívar decidió emplear su tiempo en la búsqueda de financiamiento para retomar su empresa libertadora, a la vez que ejercitaba su pluma en concienzudas cavilaciones sobre el estado de las provincias hispanoamericanas, analizando los aciertos y desaciertos del movimiento revolucionario, desde México hasta Argentina, para determinar cuáles serían los modelos de gobernabilidad que podrían aplicarse en las diversas naciones americanas, de acuerdo con su desarrollo histórico y las condiciones culturales, económicas, políticas y sociales.
Así escribió, con fecha de 6 de septiembre de 1815, la célebre Contestación de un americano meridional a un caballero de esta isla, mejor conocida como Carta de Jamaica, documento que recoge sus impresiones sobre lo acontecido en el continente, a partir de la llegada de los invasores europeos hasta los sucesos que condujeron al estallido de las independencias.
El texto presentado a continuación es una transcripción fiel del manuscrito original en castellano hallado por el historiador Amílcar Varela en el Archivo del Banco Central de Ecuador, escrito por Pedro Briceño Méndez, en su momento secretario del Libertador. Se ha mantenido la ortografía de la época y se señalan las partes rotas o ilegibles así como su foliatura. Sólo se han desarrollado las abreviaturas para facilitar la lectura.
Contestación de un AmericanoMeridional á un Caballero de ésta Ysla1Muy Señor mío:Me apresuro á contestar la carta de 29 del mes pasado queusted me hizo el honor de dirijirme, y yó recibí con la mayorsatisfaccion.Sensible como devo, al interes que usted ha querido tomarpor la suerte de mi patria, afligiendose con ella por los tormen-tos que padese, desde su descubrimiento hasta éstos últimosperiodos, por parte de sus destructores los Españoles, no sientoménos el comprometimiento en que me ponen las solícitas de-mandas que usted me hace, sobre los objetos mas importantesde la politica americana. Así, me encuentro en un conflictoentre el deseo de corresponder á la confianza con que usted mefavorese, y el impedimento de satisfacerla, tanto por la falta dedocumentos y de Libros, cuanto por los limitados conocimien-tos que poseo de un pais tan inmenso, variado y desconocidocomo el nuevo mundo.En mi opinion, es imposible responder á las preguntas //folio 2 // con que usted me ha honrado. El mismo Baron deHumboldt, con su universalidad de conocimientos teóricos yprácticos, apenas lo haria con esactitud; por que, aunque unaparte de la Estadística y revolucion de América es conocida, meatrevo á asegurar que la mayor está cubierta de tinieblas, y porconsecuencia, solo se pueden ofrecer conjeturas mas o menosaproximadas, sobre todo, en lo relativo á la suerte futura y á losverdaderos proyectos de los Americanos; pues cuantas combi-naciones suministra la Historia de las naciones, de otras tantasés susceptible la nuestra, por sus posiciones fisicas, por las vici-situdes de la guerra, y por los calculos de la Politica.
Como me conceptúo obligado á prestar atención á la aprecia-ble carta de usted., no menos que á sus filantrópicas miras, meanimo á dirigir estas lineas: en las cuales ciertamente no hallaráusted las ideas luminosas que desea, mas sí, las ingenuas espre-ciones de mis pensamientos.“tres siglos há, dice usted, que empesaron las barbaridadesque los españoles cometieron en el grande Emisferio de Colon.Barbaridades que la presente edad ha rechasado como favulosas,por que paresen superiores á la perversidad humana; y jamasserian creidas por los críticos modernos, sí constantes y repetidosdocumentos no testificacen estas infaustas verdades. El filantropoobispo de Chiapa, el Apostol de la America Las Casas, ha dejadoá la posteridad una breve relacion de éllas, estractada de las suma-rias que siguieron [roto] Sevilla á los Conquistadores, con // folio3 // el testimonio de cuantas personas respetables habia entoncesen el nuevo mundo, y con los procesos mismos que los tiranos sehizieron entre sí: como consta por los mas celebres historiadoresde aquel tiempo. todos los imparciales han hecho justicia al zeloverdad y virtudes de aquel amigo de la humanidad, que, con tantofervor y firmeza, denunció ante su gobierno y sus contempora-neos los actos mas horrorosos de un frenesí sanguinario.Con cuanta emoción de gratitud, leo el pasaje de la carta deusted en que me dice “ que espera que los sucesos que siguieronentonces á las armas españolas, acompañen ahora á las de suscontrarios los muy oprimidos americanos meridionales” Yotomo ésta esperanza por una prediccion, si la justicia deside lascontiendas de los hombres.- El suceso coronará nuestros esfuer-zos; por que el destino de la America se ha fijado irrevocable-mente; el lazo que la unia á la España está cortado; la opinion eratoda su fuerza; por ella se estrechaban mutuamente las partesde aquella inmensa Monarquia. Lo que antes las enlazaba ya lasdivide; mas grande es el odio que nos ha inspirado la penínzu-la, que el mar que nos separa de élla; menos dificil es unir losdos continentes que reconciliar los espíritus de ambos paices.El hábito á la ovediencia; un comercio de intereses, de luces, dereligión, una reciproca benevolencia, una tierna solicitud por
la causa y la gloria de nuestros padres; en fin, todo lo que for-mava nuestra esperanza, nos venía de España. De aquí nacía unprincipio de adeccion que parecía // folio 4 // eterno: no obs-tante que la inconducta de nuestros dominadores relajava éstasimpatía, ó por mejor decir éste apego forzado por el imperiode la dominacion. Al presente sucede lo contrario: la muerte, eldeshonor, cuanto es nocivo nos amenasa y tememos, todo lo su-frimos de ésa desnaturalizada Madrastra.. El velo se ha rasgado:ya hemos visto la luz, y se nos quiere volver a las tinieblas; sehan roto las cadenas; ya hemos sido libres; y nuestros enemigospretenden de nuevo esclavisarnos. Por lo tanto, la Américacombate con despecho; y rara vez la desesperacion no ha arras-trado tras sí á la victoria.Por que los sucesos hayan sido parciales y alternados, nodebemos desconfiar de la fortuna. En unas partes triunfan losYndependientes, en tanto que los tiranos, en lugares diferentesobtienen sus ventajas: ¿y cual es el resultado final ? ¿no está elnuevo – mundo entero conmobido, armado para su defensa ?Echemos una ojeada, y obcervaremos una lucha simultanea enla inmensa estencion de este hemisferio.El belicoso estado de las provincias del rio de la Plata ha pur-gado su territorio y conducido sus armas vencedoras al Alto Perú;conmobidoá Arequipa é inquietado á los realistas de Lima. Cercade un millón de habitantes disfrutan allí de su libertad.El reyno de Chile, poblado de ochocientas mil almas, está li-diando contra sus enemigos //folio 5 // que pretenden dominarlo;pero en vano, por que los que antes pucieron un termino a sus con-quistas, los indomitos y libres araucanos, son sus vecinos y com-patriotas; y su ejemplo sublime es suficiente para probarles, que elPueblo que ama su Yndependencia por fin la logra.El Virreynato del Perú cuya poblacion asciende á millon ymedio de habitantes, es sin duda el mas sumiso, y al que mas sa-crificios se le han arrancado para la causa del rey; y bien que seanvariaslas relaciones concernientes á aquella hermosa porcion deAmerica, es induvitable que ni está tranquila, ni es capas de opo-nerse al torrente que amenasa á las mas de sus provincias.
La nueva Granada, que es, por decirlo así, el corazon de Ame-rica obedece á su gobierno jeneral eseptuando el reyno de Quitoque, con la mayor dificultad, contienen sus enemigos, por ser fuer-temente adicto á la causa de su patria: y las provincias de Panamá ySanta Marta que sufren, no sin dolor, la tirania de sus señores. Dosmillones y medio de habitantes estan esparcidos en aquel territorioque actualmente defienden contra el Ejercito español bajo el Gene-ral Morillo, que es verosímil sucumba delante de la inespugnablePlaza de Cartajena. Mas si la tomare será a costa de grandes pérdi-das; y desde luego carecera de fuerzas bastantes para subyugar á losmorígenos y bravos moradores del interior.En cuanto a la heroica y desdichada Venezuela, sus acontesi-mientos han sido tan rápidos y sus desvastaciones tales, que casi lahan reducido á una absoluta indijencia, y á una soledad espantosa:no obstante que era uno de los mas bellos paices de cuantos hacianel orgullo de la America. Sus tiranos gobiernan // folio 6 // un de-sierto y solo oprimen á tristes restos, que escapados de la muerte,alimentan una precaria existencia: algunas mujeres, niños y ancia-nos son los que quedan. Los mas de los hombres han perecido porno ser esclavos, y los que viven combaten con furor en los camposy en los pueblos internos hasta espirar ó arrojar al Mar á los que,insaciables de sangre y de crimenes, ribalizan con los primerosmonstruos que hizieron desaparecer de la America á su raza primi-tiva. Cerca de un Millon de habitantes se encontrava en Venezuela;y, sin exageracion, se puede asegurar que una cuarta parte ha sidosacrificada por de tierra, la espada, el hambre, la peste, las peregri-naciones: esepto el terremoto, todos resultados de la guerra.En nueva España havia en 1808, segun nos refiere el Baronde Humboldt, siete millones ochocientas mil almas con in-clusion de Goatemala. Desde aquella epoca, la insurreccion,que ha ajitado á casi todas sus provincias, ha hecho disminuirsensiblemente aquel computo que parecía exacto; pues mas deun millon de hombres han perecido como lo podra usted veren la esposicion de Mr. Walton que describe con fidelidad lossanguinarios crimenes cometidos en aquel opulento Ymperio.Allí la lucha se mantiene á fuerza de sacrificios humanos y de
todas especies, pues nada ahorran los españoles, con tal quelogren someter á los que han tenido la desgracia de nacer eneste suelo, que parece destinado á empaparse con la sangrede sus hijos. A pesar de todo, los Mejicanos seran libres porque han abrazado // folio 7 // el partido de la patria, con laresignacion de vengar á sus pasados, ó seguirlos al sepulcro.Ya ellos dicen con reynal: llegó el tiempo en fin, de pagar álos españoles suplicios con suplicios, y de ahogar á esa raza deesterminadores en su sangre ó en el Mar.Las Yslas de Puerto-rico y Cuba, que entre ambas, puedenformar una poblacion de setecientas á ochocientas mil almas, sonlas que mas tranquilamente poseen los españoles, por que estanfuera del contacto de los Yndependientes. Mas, ¿ no son america-nos estos Ynsularez.? ¿ no son vejados.? ¿ no desean su bien estar. ?Este cuadro representa una escena militar de dos mil leguasde longitud, y novecientas de latitud en su mayor estencion, enque dies y seis millones de Americanos defienden sus derechos,ó estan comprimidos por la nacion Española; que aun que fue enalgun tiempo el mas vasto Ymperio del Mundo, sus restos sonahora impotentes para dominar al nuevo hemisferio, y hasta paramantenerse en el antiguo. Y ¿la Europa civilizada, comerciantey amante de la Libertad, permite que una vieja serpiente, porsolo satisfacer su saña envenenada, devore la mas bella parte denuestro glovo.? Que! ¿está la Europa sorda al clamor de su propiointeres? ¿ no tiene ya ojos para ver la justicia.? ¿tanto se ha en-durecido, para ser de éste modo insensible.? Estas cuestiones,cuanto mas las medito, mas me confunden: llego á pensar que seaspira á que desaparesca la America; pero es imposible por quetoda la Europa no es Española. ¡ Que demencia la de nuestra ene-miga, pretender reconquistar la America sin Marina, sin tesorosy casí sin Soldados!, pues los que tiene, apenas son bastantes pararetener á su propio pueblo en una biolenta ovediencia // folio 8 //y defenderse de sus vecinos. Por otra parte, ¿ Podrá ésta nacionhacer el Comercio esclusivo de la mitad del Mundo sin Manufac-turas, sin producciones territoriales, sin Artes, sin Ciencias, sinpolitica.?. Lograda que fuese ésta loca empresa, y, suponiendo
mas aun, lograda la pacificacion, los hijos de los actuales ame-ricanos, unidos con los de los Europeos reconquistadores, ¿ novolverian á formar dentro de veinte años, los mismos patríoticosdesignios que ahora se están combatiendo.?La Europa haria un bien á la España en disuadirla de su obstina-da temeridad, por que á lo menos le ahorraria los gastos que espen-de y la sangre que derrama; afin de que, fijando su atencion en suspropios recursos, fundase su prosperidad y poder sobre bases massólidas que de las de inciertas conquistas, un comercio precario, yesacciones violentas en pueblos remotos, enemigos y poderosos. LaEuropa misma por miras de sana politica, deberia haber preparadoy ejecutado el proyecto de la Yndependencia Americana; no solopor que el equilibrio del mundo así lo exije, sino por que este és elmedio lejitimo y seguro de adquirirse establesimientos ultramari-nos de comercio. La Europa que no se halla agitada por las violentaspasiones de la venganza, ambicion y codicia, como la España,parese que estaba autorizada por todas las Leyes de la Equidad, áilustrarla sobre sus bien entendidos intereses.Cuantos escritores habian tratado la // folio 9 // materia seacordaban en esta parte. En concecuencia, nosotros esperaba-mos, con razon, que todas las naciones cultas se apresurarianá auciliarnos, para que adquiriesemos un bien cuyas ventajasson recíprocas á entrambos hemisferios. Sin embargo, ¡ cuanfrustradas han quedado nuestras esperanzas; no solo los euro-peos, pero hasta nuestros hermanos del norte se han mantenidoinmobiles espectadores de esta contienda; que por su esencia esla mas justa, y por sus resultados la mas bella é importante decuantas se han suscitado en los siglos antiguos y modernos.! porque, ¿ hasta donde se puede calcular la trascendencia de la liber-tad del hemisferio de Colon ?“La felonia con que Bonaparte, dice V., prendió á Carlos 4° y áFernando 7° reyes de ésta nación, que tres siglos há, apricionó contraicion á dos Monarcas de la América Meridional, es un acto muymanifiesto de la retribucion divina, y al mismo tiempo, una pruebade que dios sostiene la justa causa de los Americanos y les concede-rá su Independencia.”
Parece que usted quiere aludir al Monarca de MejicoMoteuhsoma,preso por Córtes y muerto según Herrera, porel mismo, aun que Solis dice, que por el pueblo; y á AtagualpaYnca del Perú, destruido por Francisco Pisarro y Diego Alma-gro. Existe tal diferencia entre los reyes Españoles y los reyesAmericanos, en su suerte, que no admite comparacion: los pri-meros son tratados con dignidad, concervados, y al fin recobransu libertad y trono, mientras que los ultimos sufren tormentosinauditos y los vilipendios mas vergonzosos. Si á Guatimoc-tzin, sucesor de Moteuhsoma, se le trata como á Emperador,y le ponen la corona, fue por irricion y no por respeto, paraque esperimentáse éste escarnio antes que las torturas. // folio10 // Yguales á la suerte de éste Monarca fueron las del rey deMechoazan, Catzontzin; el Zipa de Bogotá, y cuantos toquis,Yncas, Zipas, ulmanes, Caziques y demas dignidades Yndianassucumbieron al poder español. El suceso de Fernando 7° es massemejante al que tubo lugar en Chile en 1535 con el ulmen deCopiapó entonces reynante en aquella Comarca. El españolAlmagro, protestó como Bonaparte tomar partido por la causade lejitimo Soberano; y en concecuencia, llama al usurpador,como Fernando lo era en España: aparenta restituir al lejitimoa sus Estados, y termina por encadenar y echar á las llamas alinfelis ulmen, sin querer ni aun oir su defensa. Este es el ejem-plo de Fernando 7° con su usurpador: los reyes Europeos, solopadesen destierros; el ulmen de Chile, termina su vida de unmodo atros.“Despues de algunos meses, añade V, he hecho muchasreflecciones sobre la situacion de los americanos y sus esperan-zas futuras; tomo grande interes en sus sucesos pero me faltanmuchos informes, relativos á su estado actual y á lo que ellosaspiran. Deseo infinitamente saber la politica de cada Provincia,como tambien su poblacion; si desean republicas ó Monar-quias, si formaran una gran república ó una gran Monarquia.toda noticia de ésta especie que usted pueda darme, ó indicar-me las fuentes á que deba ocurrir, la estimaré como un favormuy particular”.
Siempre las almas generosas se interesan en la suerte de unpueblo que se esmera por recobrar // folio 11 // los derechos conque el criador y la naturaleza le han dotado; y es necesario estarbien fascinado por el error ó por las paciones para no abrigar éstanoble sensacion, usted ha pensado en mi pais, y se interesa por él:este acto de benevolencia, inspira el mas vivo reconocimiento.He dicho la poblacion que se calcúla por datos mas ó menosexáctos, que mil circunstancias hacen fallidos, sin que sea facilremediar ésta inexactitud; por que los mas de los moradorestienen habitaciones campestres y muchas veces errantes; siendolabradores, pastores, nomades, perdidos en medio de espesos éinmensos bosques, llanuras solitarias y aislados entre lagos y rioscaudalosos. ¿Quien será capas de formar una estadistica comple-ta de semejantes comarcas.? Ademas, los tributos que pagan losYndijenas; las penalidades de los esclavos; las primicias, diezmosy derechos que pesan sobre los labradores, y otros accidentes,alejan de sus hogares á los pobres americanos. Esto és sin hacermencion de la guerra de esterminio que ya ha cegado cerca deun octabo de la poblacion, y ha ahuyentado una gran parte; puesentonces las dificultades son insuperables, y el empadronamientovendria á reducirse á la mitad del verdadero Censo.todavia es mas dificil presentir la suerte futura del nuevomundo, establecer principios sobre su politica, y casi profetizar lanaturaleza del gobierno que llegará á adoptar. toda idea relativaal porvenir de éste pais me parese aventurada. ¿ Se pudo preveercuando el género humano se hallava en su infancia, rodeado detanta incertidumbre, ignorancia y error, cual seria el regímen queabrazaria para // folio 12 // su concervacion. ? ¿ Quién se habríaatrevido á desir, tal nacion sera republica ó Monarquia, ésta serapequeña, áquella grande.?; en mi concepto, ésta és la imajen denuestra situacion. nosotros somos un pequeño genero humano,poseemos un mundo aparte, cercado por dilatados mares; nuevosen casi todas las Artes y Ciencias, aunque en cierto modo ya viejosen los usos de la sociedad Civil.
Yo considero el estado actual de la America como cuandodesplomado el Ymperio romano, cada desmembracion formóun sistema politico, conforme á sus intereses y situacion, ósiguiendo la ambicion particular de algunos Gefes, familiaresó Corporaciones. Con esta notable diferencia, que aquellosmiembros dispersos volvian á restablecer sus antiguas na-ciones con las alteraciones que exígian las cosas ó los sucesos.Mas nosotros, que apenas concervamos vestigios de lo que enotro tiempo fue, y que por otra parte no somos Yndios ni Eu-ropeos, sino una especie media entre los lejitimos propietariosdel pais y los usurpadores Españoles; en suma, siendo nosotrosamericanos por nacimiento; y nuestros derechos los de Europa,tenemos que disputar éstos á los del pais, y que mantenernosen él contra la opinion de los invasores; así nos hallamos en elcaso mas estraordinario y complicado. no obstante que es unaespecie de adivinacion indicar cual será el resultado y la lineade politica que la America siga; me atrevo á aventurar algunasconjeturas que desde luego caracteriso de arbitrarias, dictadaspor un deseo racional y no por un raciocinio probable.La posicion de // folio 13 // los moradores del hemisferioAmericano, ha sido, por siglos, puramente paciva: su eccisten-cia politica era nula. nosotros estabamos en un grado todaviamas abajo de la cerbidumbre, y, por lo mismo con mas difi-cultades para elevarnos al goce de libertad. Permitame ustedestas consideraciones para aclarar la cuestion. Los Estados sonesclavos, por la naturaleza de su constitucion, ó por el abusode ella: luego un pueblo es esclavo; cuando el gobierno, porsu esencia, ó por sus vicios holla y usurpa los derechos delciudadano ó subdito. Aplicando estos principios, hallaremosque la America, no solamente estaba privada de su libertad, sino tambien de la tirania activa ó dominante. Me explicare.En las administraciones absolutas no se reconoce limites en elejercicio de las facultades gubernativas: la voluntad del granSultan, Kam, Dey y demas soberanos despóticos, es la ley su-prema, y ésta es casí arbitrariamente ejecutada por los Bajaes,Kanes, y Sátrapas subalternos de la turquia y Persia, que
tienen organizada una opresion de que participan los subditosen razon de la autoridad que les confian. A ellos está encargadala Administración Civil, Militar, Política, de rentas y la reli-jion. Pero al fin son persas los Gefes de hispan, son turcos losVizires del gran Señor, son tártaros los Sultanes de la tartária.La China no embio á buscar mandarines, militares, y letradosal pais de Gengis Kan que la conquistó, á pesar de que los ac-tuales chinos son desendientes directos de los subyugados porlos ascendientes de los presentes tártaros.¡Cuan diferente era entre nosotros! Se nos bejava con unaconducta que, ademas de privarnos de los derechos que noscorrespondian, nos dejava en una especie de Ynfancia perma-nente, con respecto á las transaciones publicas. Si hubiesemossiquiera manejado nuestros // folio 14 // asuntos domesticosen nuestra administracion interior, conoseriamos el curso delos negocios publicos y su mecanismo. Gosariamos tambiende la consideracion personal, que impone á los ojos del pueblocierto respeto maquinal, que es tan necesario concervar en lasrevoluciones. He aquí por que he dicho, que estabamos priva-dos hasta de la tirania activa, pues que no nos era permitidoejercer sus funciones.Los Americanos en el sistema Español, que está en vigor,y quisá con mayor fuerza que nunca, no ocupan otro lugar enla sociedad que el de siervos propios para el trabajo, y cuandomas el de simples consumidores; y aun ésta parte cohartada conrestricciones chocantes; tales son las prohibiciones del cultivode los frutos de Europa, el estanco de las producciones que elrey monopoliza; el impedimento de las fabricas que la mismaPeninzula no posee; los privilejios esclusivos del comercio, hastade los objetos de primera necesidad; las trabas entre provinciasy provincias americanas, para que no se traten, entiendan ni ne-gocien; en fin; ¿ quiere usted saber cual era nuestro destino.? Loscampos para cultivar el añil, la Grana, el café, la caña, el cacao yel algodón; las llanuras solitarias para criar ganados; los desier-tos para cazar las bestias feroces; las entrañas de la tierra paraescavar el oro que no puede saciar á esa nacion abarienta.
tan negativo era nuestro estado, que no lo encuentro seme-jante en ninguna otra asociacion civilizada, por mas que recorrola serie de las edades y de la politica de todas las naciones. Pre-tender que un pais tan felismente constituido, estenso rico y //folio 15 // populoso sea meramente pasivo, ¿no es un ultraje yuna violacion de los derechos de la humanidad.?Estabamos como acabo de esponer, abstraidos y digamosloasí, aucentes del universo, en cuanto es relativo á la Ciencia degobierno y administracion del Estado. Jamas eramos Virreyes, niGobernadores, si no por causas muy estraordinarias; Arzobisposy obispos pocas veces; Diplomáticos, nunca; Militares solo encalidad de subalternos; nobles sin privilejios reales, no eramosen fin, ni Magistrados ni financistas, y casí ni aun Comerciantes:todo en contravencion directa de nuestras instituciones.El Emperador Carlos 5° formó un pacto con los descubrido-res, conquistadores y pobladores de America, que, como diceGuerra, es nuestro Contrato – social. Los reyes de España con-vinieron solemnemente con ellos que lo ejecutasen por su cuentay riesgo, prohibiéndoles hacerlo á costa de la real hacienda;y por ésta razon se les concedia que fuesen señores de la tierra:que organisasen la administracion, y ejerciesen la Judicatura enapelacion: con otras muchas esenciones y privilegios, que seriaprolijo detallar. El rey se comprometió, á no enagenar jamas lasprovincias Americanas, como que á el no tocaba otra jurisdiccionque la del alto dominio, siendo una especie de propiedad feudalla que allí tenian los conquistadores para sí y sus descendientes.Al mismo tiempo existen Leyes espresas que favorecen casí es-clusivamente á los naturales del pais originarios de España; encuanto á los empleos civiles, Ecleciasticos y de rentas. Por maneraque con una violacion // folio 16 // manifiesta de las leyes y de lospactos subcistentes se han visto despojar aquellos naturales de laautoridad Constitucional que les daba su Código.De cuanto he referido será facil colejir, que la America noestaba preparada para desprenderse de la Metrópoli, comosúbitamente sucedió, por el efecto de las ilegitimas leciones deBayona, y por la inicua guerra que la regencia nos declaró, sin
derecho alguno para ello; no solo por falta de Justicia, sino tam-bién de lejitimidad. Sobre la naturaleza de los gobiernos Españo-les, sus decretos conminatorios y hostíles, y el curso entero de sudesesperada conducta, hay escritos del mayor mérito en el perio-díco el Español, cuyo autor es el señor Blanco; y estando allí éstaparte de nuestra historia muy bien tratada, me limito á indicarlo.Los Americanos han subido derrepente, sin los conocimien-tos previos, y, lo que es mas sensible, sin la práctica de los nego-cios publicos, á reprecentar en la escena del Mundo, las eminen-tes dignidades de Legisladores, Magistrados, Administradoresdel Erario, Diplomáticos, Generales, y cuantas autoridadessupremas y subalternas forman la Gerarquia de un Estado, orga-nizado con regularidad.Cuando las águilas Francesas solo respetaron los Muros dela Ciudad de Cadiz, y con su vuelo arrollaron á los frájiles go-biernos de la Peninzula, entonces quedamos en la horfandad.Ya antes habiamos sido entregados á la merced de un usurpa-dor estranjero. Despues, lisongeados con la justicia que se nosdebia, con esperanzas alahueñas, siempre burladas // folio 17 //por último, inciertos sobre nuestro destino futuro, y amenasa-dos por la Anarquia, á causa de la falta de un gobierno lejitimojusto y liberal, nos presipitamos en el caos de la revolucion. Enel primer momento solo se cuidó de proveer á la seguridad in-terior, contra los enemigos que encerraba nuestro seno. Luegose estendió á la seguridad esterior: se establecieron autoridadesque sostituimos á las que acabamos de deponer, encargadas dedirijir el curso de nuestra revolucion, y de aprobechar la coyun-tura feliz en que nos fuese posible fundar un gobierno constitu-cional, digno del presente siglo, y adecuado á nuestra situación.todos los nuevos gobiernos marcaron sus primeros pasoscon el establesimiento de Juntas populares. Estas formaron enseguida reglamentos para la convocasion de congresos que pro-dujeron alteraciones importantes; Venezuela exigió un Gobiernodemocrático y Federal; declarando previamente los derechos delhombre, manteniendo el Equilibrio de los poderes y estatuyendoLeyes generalez a favor de la libertad Civil, de Ymprenta y otraz;
finalmente, se constituyó un gobierno independiente. La nuevaGranada, siguió con uniformidad los establecimientos politicoz,y cuantas reformas hizo Venezuela; poniendo por bace funda-mental de su constitucion el sistema federal mas exajerado quejamas eccistió. resientemente se ha mejorado con rrespecto alpoder ejecutivo jeneral, que ha obtenido cuantas atribuciones lecorresponden – Segun entiendo, Buenos // folio 18 // Ayres, yChile han seguido ésta misma linea de operaciones; pero comonos hallamos á tanta distancia los documentos son tan raros, ylas noticias tan inexáctas, no me animare ni aun á bosquejar elcuadro de sus transacionez.Los sucesos de Mejico han sido demaciado varios, compli-cádos, rápidos y desgraciados, para que puedan seguir el cursode su revolucion. Carecemos, á demas, de documentos bastanteinstructivos, que nos hagan capaces de júsgarlos. Los Yndepen-dientes de Mejico, por lo que sabemos, dieron principio á laYnsurrecsion en Setiembre de 810; y un año despues, ya teniancentralizado su gobierno en Zitacuaro, instalando allí una Juntanacional, bajo los auspicios de Fernando 7°, en cuyo nombre seejercian las funciones gubernativas. Por los acontecimientos dela guerra, ésta Junta se trasladó á diferentes lugares; y es verosí-mil que se haya concervado hasta éstos ultimos momentos, conlas modificasiones que los sucesos hayan exijido. Se dize que hacreado un Jeneralisimo ó dictador, que lo és el Ylustre GeneralMorelos: otros hablan del selebre General rayon; lo cierto ésque uno de estos dos grandes hombres, ó hambos separadamen-te ejercen la autoridad suprema en aquel pais; y recientementeha aparecido una constitucion para el rejimen del Estado. EnMarzo de 1812, el Gobierno recidente en Zultepec, presentóun plan de Paz y Guerra al Virrey de Mejico, concebido con lamas profunda sabiduria. En el se reclamó el derecho de Gentes,estableciendo principios de una // folio 19 // esactitud incon-testable. Propuso la Junta que la guerra se hiziese como entrehermanos, y conciudadanos; pues que no debia ser mas cruelque entre naciones estranjeras: que los derechos de Gentes y deguerra inviolables para los mismos infieles y barbaros, debian
serlo mas para Cristianos sujetos a un soberano y á unas mismasLeyes; que los pricioneros no fuesen tratados como reos deLesa Magestad, ní se degollasen los pricioneros que rendian lasarmas, sino que se mantuviesen en rehenes para canjearlos; queno se entráse á sangre y fuego en las poblaciones pacificas, nolos diesmácen ni quintácen, para sacrificarlas, y concluye que,en caso de no admitirse este plan, se obcervarian rigurosamentelas represálias. Esta negociacion se trató con el mas alto despre-cio: no se dió respuesta á la Junta nacional, las comunicacionesoriginales se quemaron publicamente en la Plasa de Mejico pormano del Verdugo; y la guerra de esterminio continuo por partede los Españoles con su furor acostumbrado; mientras que losMejicanos y las otras naciones Americanas no la hacían ni aun ámuerte, con los pricioneros de guerra, aun que fuesen Españoles-Aquí se obcerva que, por causas de conveniencia, se concervó laapariencia de sumision al rey, y aun á la Constitucion de la Mo-narquia. Parese que la Junta nacional es absoluta en el ejerciciode las funciones lejislativa, ejecutiva y judicial; y el numero desus miembros muy limitados.Los acontesimientos de la tierra firme nos han provado quelas instituciones perfectamente representativas no son adecua-das á nuestro caracter // folio 20 // costumbres y luces actuales.En Caracas el espiritu de partido tomó su origen en las socieda-des, Asambleas, y Elecciones populares, y éstos partidos nos tor-naron á la esclavitud. Y así como Venezuela ha sido la republicaAmericana que mas se ha adelantado en sus instituciones poli-ticas, tambien ha sido el mas claro ejemplo de la ineficacia de laforma democrata y federal para nuestros nacientes estados -. Ennueva Granada, las escesivas facultades de los Gobiernos pro-vinciales, y la falta de centralizacion en el Jeneral, han condu-cido aquel precioso pais al estado á que se vé reducido en el dia.Por ésta razon sus débiles enemigos se han concervado contratodas las probabilidades. En tanto que nuestros compatriotas noadquieran los talentos y las virtudes politicas que distinguen ánuestros hermanos del norte, los sistemas enteramente popu-lares, lejos de sernos favorables, temo mucho que vengan á ser
nuestra ruina. Desgraciadamente éstas cualidades parecen estarmuy distantes de nosotros en el grado que se requiere; y por elcontrario, estamos dominadoz de los vicios que se contraenbajo la direccion de una nacion como la Española, que solo hasobre salido en fiereza, ambicion, venganza y Codicia.Es mas dificil dice Montesquieu, sacar un pueblo de la servi-dumbre que subyugar á uno libre. Esta verdad está comprobadapor los anales de todos los tiempos, que nos muestran las masde las naciones libres sometidas al Yugo, y muy pocas de las es-clavas recobran su libertad. A pesar de éste convencimiento, losMeridionales de éste continente // folio 21 // han manifestadoel conato de conceguir Ynstituciones liberales, y aun perfectas,sin duda por efecto del instinto que tienen todos los hombres deaspirar á su mayor felicidad posible: la que se alcansa infalible-mente cuando ellas estan fundadas sobre las baces de la justicia,de la libertad y de la igualdad. Pero, ¿seremos nosotros capacesde mantener en su verdadero equilibrio la dificil carga de unarepublica.? ¿Se puede concebir que un pueblo recientementedesencadenado se lanze á la esfera de la libertad, sin que, comoá Ycaro, se le desagan las alas y recaiga en el abismo.? tal pro-digio es inconcebible, nunca visto. Por consiguiente no hay unraciocinio verocímil que nos alhague con esta esperanza.Yo deseo mas que otro alguno ver formar en America la masgrande nacion del mundo, menos por su estencion y riquesas,que por su libertad y gloria. Aun que aspiro á la perfeccion delgobierno de mi patria, no puedo persuadirme que el nuevo –mundo sea por el momento rejido por una gran republica; comoes impocible no me atrevo á desearlo, y menos deseo aun unaMonarquia universal de America, por que éste proyecto, sin serutil, es tambien impocible. Los abusos que actualmente existen,no se reformarian, y nuestra rejeneracion seria infructuosa. LosEstados Americanos, han menester de los cuidados de gobier-nos paternales, que curen las plagas y las heridas del despotismoy la guerra. La Metrópoli, por ejemplo seria Mejico, que es launica que puede serlo por su poder intrinseco, sin el cual no hayMetrópoli. Supongamos, que fuese el Ystmo de Panamá, punto
céntrico para todos los estremos de este vasto continente: ¿nocontinuarian éstos en la languidez y aun en el desorden actual.?Para que un solo gobierno dé vida // folio 22 // aníme, pongaen accion todos los resortes de la prosperidad publica, corrija,ilustre y perfeccione al nuevo mundo, seria necesario que tubie-se las facultades de un dios, y cuando menos, las luces y virtudesde todos los hombres.El espiritu de partido que al presente ajita á nuestros Estados,se ensenderia entonces con mayor encono hallandose aucente lafuente del poder, que unicamente puede reprimirla. Ademas, losMagnates de las capitales no sufririan la preponderancia de los Me-tropolitanos, á quienes considerarian como á otroz tantos tiranos;sus zelos llegarian hasta el punto de comparar á éstos con los odio-sos Españoles. En fin, una Monarquia semejante, seria un Colosodiforme, que su propio peso desplomaria á la menor convulcion.Mister. de Pradt ha dividido sábiamente á la America enquince ó dies y siete Estados, independientes entre sí, goberna-dos por otros tantos Monarcas. Estoy de acuerdo en cuanto á loprimero, pues la America comporta la creacion de diez y sietenaciones: en cuanto á lo segundo, aun que es mas facil conceguir-lo, es menos util; y a sí, no soy de la opinion de las MonarquiasAmericanas. He aquí mis razones. El interes bien entendido deuna republica, se circunscribe en la esfera de su concervacion,prosperidad y Gloria. no ejerciendo la libertad el Ymperio, porque es presisamente su opuesto, ningun estímulo escita á los re-publicanos á estender los terminos de su nacion, en detrimentode sus propios medios con el unico objeto de hacer participar ásus vecinos de una Constitucion liberal. ningun derecho adquie-ren, ninguna ventaja sacan // folio 23 // venciéndolos, á menosque los reduscan á Colonias, Conquistas ó Aliados siguiendo elejemplo de roma. Maxímas y ejemplos tales estan en oposisiondirecta con los principios de justicia de los sistemas republicanos;y, aun diré mas, en oposicion manifiesta con los Yntereses de susciudadanos; por que un estado demaciado estenso, en sí mismoó por sus dependencias, al cabo biene en decadencia, y conviertesu forma libre en otra tiránica; relaja los principios que deben
concervarla, y ocurre por ultimo al despotismo. El distintivo delas pequeñas republicas, es la permanencia; el de las grandes esvario, pero siempre se inclina al Ymperio. Casi todas las primerashan tenido una larga duracion: de las segundas, solo roma, semantuvo algunos siglos; pero fué, por que era republica la Ca-pital, y no lo era el resto de sus dominios, que se gobernaban porLeyes é instituciones diferentes.Muy contraria es la politica de un rey cuya inclinacionconstante se dirije al aumento de sus poseciones, riquesas yfacultades; con razon, por que su autoridad crece con éstas ad-quisiciones; tanto con respecto á sus vecinos, como á sus pro-pios vasallos, que temen en él un poder tan formidable, cuantoes su Ymperio, que se concerva por medio de la guerra y delas conquistas. Por estas razones, pienso que los Americanos,anciosos de paz, ciencias, artes, comercio y Agricultura prefe-riran las republicas á loz reynos: y me parece que éstos deseosse conforman con las miras de la Europa.no convengo en el sistema federal entre los // folio 24 // po-pulares y representativos, por ser demaciado perfecto, y exijirvirtudes y talentos politicoz muy superiores á los nuestros; porigual razon rehuso la Monarquia mista de Aristocracia y demo-cracia que tanta fortuna y esplendor ha procurado á la Ynglaterra.no siendonos posible lograr entre las republicas y Monarquias lomas perfecto y acabado, evitemos caer en Anarquias demagógicasó en tiraniaz monocratas: busquemos un medio entre estremosopuestos que nos conducirian á los mismos escollos, á la infelici-dad y al deshonor. Voy á arriesgar el resultado de mis cabilacio-nes sobre la suerte futura de la America: no la mejor, si no la quele sea mas accequible.Por la naturaleza de las localidadez, riquezas, poblacion ycaracter de los Mejicanos, imajino que intentaran al principioestablecer una republica representativa, en la cual tenga gran-des atribuciones el poder ejecutivo concentrandolo en un Yn-dividuo que, si desempeña sus funciones con acíerto y justicia,casi naturalmente vendrá á concervar una autoridad vitalicia. Sisu incapacidad ó violenta administracion escita una conmocion
popular que triunfe, este mismo poder ejecutivo quizá se difun-dirá en una Asamblea. Si el partido preponderante es militar óaristocrático exijirá probablemente una Monarquia, que al prin-cipio será limitada y constitucional, y despues inevitablemente// folio 25 // declinará en absoluta; pues debemos convenir enque nada hay mas dificil en el orden politico que la concervacionde una Monarquia mista; y tambien es presiso convenir, en quesolo un pueblo tan patriota como el Yngles, es capas de contenerla autoridad de un rey, y de sostener el espiritu de libertad bajoun Cetro y una Corona.Los Estados del Ystmo de Panamá hasta Goatemala formaranquisá una asociacion. Esta magnifica posision, entre los dos gran-des mares, podrá ser con el tiempo el emporio del universo. Suscanales acortaran las distancias del Mundo: estrecharan los lazoscomerciales de Europa, America, y Asia, traeran á tan felis regionlos tributos de las cuatro partes del Globo; ¡Acaso solo allí podrafijarse algun dia la Capital de la tierra!; como pretendió constanti-no [sic] que fuese Bisancio la del antiguo hemisferio.La nueva Granada se unirá con Venezuela, si llegan á con-venirse en formar una republica Central cuya Capital sea Ma-racaybo, ó una nueva Ciudad que, con el nombre de Las Casas(en honor de este heroe de la filantropia) se funde entre losconfines de ambos paices, en el sobervio puerto de Bahiahonda.Esta posicion, á un que desconocida, es mas ventajosa por todosrespectos. Su acceso es facil, y su situacion tan fuerte, que puedehacerse inespugnable. Posee un clima puro y saludable, un terri-torio tan propio para la agricultura como para la cria de gana-dos, y una grande abundancia de Maderas de construccion. LosSalvajes que // folio 26 // la habitan serian civilizados, y nuestrasposeciones se aumentarian con la adquisicion de la Guagira.Esta nacion se llamaria Colombia, como un tributo de justiciay gratitud al criador de nuestro hemisferio. Su gobierno podráimitar al Yngles, con la diferencia de que en lugar de un rey,habrá un poder ejecutivo electivo cuando mas vitalicio, y jamashereditario si se quiere republica, una Camara ó senado lejisla-tivo hereditario que, en las tempestades politicas se interponga
entre las olas populares y los rayos del Gobierno; y un Cuerpolejislativo de libre eleccion, sin otras restricciones, que las de laCamara baja de Ynglaterra. Esta Constitucion participaria detodas formas; y yo deseo que no participe de todos los vicios.Como ésta es mi patria, tengo un derecho incontestable paradesearla lo que en mi opinion es mejor. Es muy posible que lanueva Granada, no convenga en el reconocimiento de un Go-bierno Central , por que es en estremo adicta á la Federacion;y entonces formará por sí sola un Estado que, si subsiste, podraser muy dichoso por sus grandes recursos de todos jeneros.Poco sabemos de las opiniones que prebalecen en BuenosAyres, Chile, y el Perú. Jusgando por lo que se trasluce, y porlas apariencias en Buenos Ayres, habrá un Gobierno Central,en que loz Militares se lleven la primacia // folio 27 // porconcecuencia de sus diviciones intestinas y guerras esternas.Esta Constitucion dejenera necesariamente en una oligarquiaó una Monocracia, con mas ó menos restricciones, y cuya de-nominacion nadie puede adivinar. Seria doloroso que tal cosasucediese, por que aquellos habitantes son acredores á las masespléndidas glorias.El reyno de Chile está llamado por la naturaleza de susituacion, por las costumbres inocentes y virtuosas de sus mo-radores, por el ejemplo de sus vecinos los fieros republicanosdel Arauco, á gozar de las bendiciones que derraman las justasy dulces Leyes de una republica. Si alguna permanece largotiempo en America, me inclíno á pensar que será la Chilena.Jamas se ha estinguido allí el espiritu de Libertad; los vicios dela Europa y del Asia llegarán tarde ó nunca, á corromper las cos-tumbres de aquel estremo del uniberso. Su territorio es limita-do, estará siempre fuera del contacto inficionado del resto de loshombres, no alterará sus leyes, usos y prácticas, preservará suuniformidad en opiniones politicas y relijiosas, en una palabra,Chile puede ser libre.El Perú, por el contrario, encierra dos elementos enemigos detodo regimen justo y liberal: oro y esclavos. El primero lo corrom-pe todo; el segundo está corrompido por sí mismo. El alma de
un siervo, rara vez alcansa á apreciar la sana libertad: se enfureseen los tomultos, ó se humilla en las cadenas. Aun que estas reglasserian aplicablez á toda la // folio 28 // America, creo que con masjusticia; las merece Lima, por los conceptos que he espuesto, y porla cooperacion que ha prestado á sus Señores contra sus propioshermanos los ilustres hijos de Quito, Chile y Buenos Ayres. Esconstante que el que aspira á obtener la libertad, á lo menos lointenta -. Supongo que en Lima no tolerarán los ricos la democrá-cia, ni los esclavos y pardos libertos la aristocracia. Los primerospreferiran la tirania de uno solo, por no padeser las persecucionestumultuarias, y por establecer un orden siquiera pacifico. Muchohará si concigue recobrar su independencia.De todo lo espuesto podemos deducir éstas concecuencias: lasprovincias Americanas se hallan lidiando por emanciparse, al finobtendrán el suceso, algunas se constituirán de un modo regular enrepúblicas federadas y centrales, se fundarán Monarquias, casi ine-vitablemente, en las grandes seciones; y algunas serán tan infelicesque deboraran sus elementoz, ya en la actual, ya en las futuras re-volucionez; que una gran Monarquia, no será facil consolidar, unagran republica impocible.Es una Ydea grandiosa pretender formar de todo el nuevomundo, una sola nacion con un solo vinculo que ligue sus partesentre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unascostumbrez y una religion, deberia por consiguiente tener unsolo Gobierno, que confederase los diferentes estadoz que hayande formarse; mas no es pocible, por que climas remotos, // folio 29// situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres de semejan-tes dividen á la America: ¡Que bello seria que el Ystmo de Panamáfuese para nosotros lo que el de Corinto para los Griegos.! ¡ ojalaque algun dia tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Con-greso de los reprecentantes de las republicas, reynos é Ymperiosá tratar y discutir sobre los altos intereses de la Paz y de la Guerra,con las naciones de las otras tres partes del Mundo. Esta especiede Corporacion podrá tener lugar en alguna epoca dichosa denuestra regeneracion: otra esperanza es infundada; semejante á la
del Abate Sanct. Pierre, que concibió el laudable delirio de reunirun Congreso Europeo, para desidir de la suerte y de los interesesde aquellas naciones.“Mutaciones importantes y felices, continua usted, pueden serfrecuentemente producidas por efectos individuales – Los america-nos meridionales tienen una tradicion que dice, que cuando Que-tralcohuatl, el Hérmes ó Buhda de la America del Sur, resignó suadministracion y los abandonó, les prometió que volveria despuesque los siglos destinados hubiesen pasado; y que él restableceriasu Gobierno, y renovaria su felicidad. Esta tradicion ¿ no opera yescita una conviccion de que muy pronto debe volver.? ¿ concibeusted cual seria el efecto que produciria, si un individuo, apare-ciendo entre éllos, demostrace los caracteres de Quetralcohuatl elBuhda del Bosque ó Mercurio, del cual han hablado tanto las otrasnaciones.? ¿ no cree usted. que esto inclinaria todas las partes;? ¿no es la union todo lo que se necesita para ponerlos en estado deespulsar á los Españoles, // folio 30 // sus tropas, y á los partidariosde la corrompida España: para hacerlos capaces de establecer unYmperio poderoso, con un Gobierno libre y Leyes benevolas.?”Pienso como usted, que causas individuales pueden producirresultados generales, sobre todo en las revoluciones. Pero no es elHeroe, gran profeta ó Dios del Anahuac, Quetralcohuatl, el quees capas de operar los prodigios benéficos que usted propone.Este personaje es apenas conocido del Pueblo Mejicano y no ven-tajosamente; por que tal es la suerte de los vencidos, aun que seanDioces.- Solo los historiadores y literatos, se han ocupado cuida-dosamente en investigar su origen, verdadera ó falsa micion, susprofecias y el término de su carrera. Se disputa si fue un Apostolde Cristo, ó bien pagano: unos reponen que su nombre quieredesir Santo tomas; otros que Culebra emplumajada; y otros dicenque es el famoso Profeta de Yucatan, Chilan-Cambal. En una pa-labra, los mas de los autores Mejicanos polemicos é historiadoresprofanos, han tratado con mas ó menos estencion la cuestion sobreel verdadero carácter de Quetralcohualt. El hecho es, según dice
Acosta, que él estableció una religion cuyos ritos dogmas, y miste-rios tienen una admirable afinidad con la de Jesus, y que quizá es lamas semejante á ella. no obstante ésto, muchos escritores católicoshan procurado alejar la Ydea de que éste Profeta fuese verdadero,sin querer reconocer en el, aun Santo tomas, como lo afirman otroscelebres autores. La opinion general es que Quetralcohuatl es un Le-gislador divino entre los pueblos paganos de // folio 31 // Anahuac,del cual era lugar teniente el gran Moteuhsoma, derivando de el suautoridad. De aquí se infiere que nuestros Mejicanos, no seguirianal Gentil Quetralcohualt aun que pareciese bajo las formas masidénticas y favorables; pues que profesan una religion la mas intole-rante y esclusiva de las otras.Felizmente los directores de la Yndependencia de Megico se hanaprobechado del fanatismo con el mayor acierto, proclamando á lafamosa Vírgen de Guadalupe por reyna de los Patriotas, invocan-dola en todos los casos arduos, y llevandola en sus Banderas. Conésto, el entuciasmo politico ha formado una mezcla con la relijion,que ha producido un fervor vehemente por la sagrada causa de lalibertad. La veneracioon de ésta Ymagen en Mejico, es superior á lamas ecsaltada que pudiera inspirar el mas diestro y dichoso Profeta.Por otra parte, el tiempo de las apariciones ha pasado; y aun quefuesen los americanos mas supersticiosos de lo que son, no presta-rian fe á las supercherias de un Ynpostor, que seria tenido por uncismático ó por el anticristo anunciado en nuestra religion2.Seguramente, la union es lo que nos falta para completar la obrade nuestra regeneracion. Sin embargo, nuestra divicion no es estra-ña, por que tal es el distintivo de las guerras civiles, formadas jene-ralmente entre dos partidos: concervadores y reformadores. Losprimeros son, por lo comun, mas numerosos, por que el Ymperiode la costumbre, produce el efecto de la obediencia á las potestadesestablecidas; los ultimos son siempre menos numerosos, aun quemas vehementes é ilustrados. De éste modo la // folio 32 // masafisica se equilibra con la fuerza moral, y la contienda se prolonga,2 Este párrafo se encuentra en el manuscrito original hallado en Ecuador, el mismo noaparecía en las versiones en castellano conocidas hasta la fecha.
siendo sus resultados muy inciertos. Por fortuna, entre nosotros lamasa ha seguido á la inteligencia.Yo diré á usted lo que puede ponernos en aptitud de espulsará los Españoles y de fundar un Gobierno libre. Es la union, cierta-mente; mas ésta union no nos vendrá por prodigios divinos, sinopor efectos sensibles y esfuerzos bien dirijidos. La America estáencontrada entre sí, por que se halla abandonada de todas las na-ciones; aislada en medio del universo, sin relaciones diplomáticasni aucilios militares, y combatida por la España, que posee maselementos para la Guerra, que cuantos nosotros furtivamente po-demos adquirir.Cuando los sucesos no estan asegurados; cuando el Estado esdebil, y cuando las empresas son remotas, todos los hombres vaci-lan, las opiniones se dividen, las paciones las agitan, y los enemigoslas animan para triunfar por éste facil medio. Luego que seamosfuertes, bajo los auspicios de una nacion liberal que nos prestesu proteccion; se nos verá de acuerdo cultivar las virtudes y lostalentos que conducen á la gloria; entonces seguiremos la marchamagestuosa acía las grandes prosperidades á que está destinada laAmerica Meridional, entonces las ciencias y las artes, que nacieronen el oriente, y han ilustrado á la Europa, volarán á Colombia libreque las convidará con un asilo.tales son, Señor, las obcervaciones y pensamientos que tengo elhonor de someter á usted, para que las rectifique ó deseche segúnsu mérito3; suplicándole se persuada de que me he atrevido a ex-ponerlos, más por no ser descortés, que porque me crea capaz deilustrar a Vd. en la materia.Soy de Vd. &. &. &.Kingston, septiembre 6 de 18153 Según señala el investigador Amílcar Varela, en este punto finaliza el manuscrito originalde la Carta de Jamaica hallado en Ecuador. La frase siguiente destacada en negritas queincluímos en esta edición, corresponde a la primera versión de la Carta de Jamaica encastellano que fue publicada en la obra de Cristóbal Mendoza y Francisco Javier Yanes:Colección de Documentos relativos a la Vida Pública del Libertador de Colombia y delPerú, Simón Bolívar, para servir a la Historia de la Independencia de Suramérica. Caracas,Imprenta Damiroy & Dupuy, 1833, volumen XXI apéndice, pp. 207-229.
0
Comentarios
Publicar un comentario
Los que envían los comentarios son responsables del contenido.