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La mano visible del mercado: guerra económica (2012-2016)
- 03/12/2016 [Venezuela]
La actual coyuntura crítica no es causada por desequilibrios de la economía real sino porque la derecha manipula y altera variables fundamentales
Haciendo uso de las mismas herramientas de análisis convencional utilizadas por los economistas convencionales, Curcio se dio a la tarea de demostrar que todo lo que afirman la mayoría de estos es falso, en el sentido que la actual coyuntura crítica no es causada por desequilibrios nominales o de la economía real –por más que estos existan- sino por la manipulación y alteración de variables fundamentales de la economía nacional y de su conexión con la global, con fines de desestabilización política pero también como forma de hacer negocio.
La variable tipo de cambio y la variable oferta son las dos principales herramientas utilizadas en esta estrategia de guerra económica. De un lado un tipo de cambio ilegal erigido como marcador de los precios internos con miras a propiciar la especulación, y del otro, el control de la oferta por parte de grupos monopólicos en la producción y la importación, los cuales, a su vez, vía sobre facturación y precios de transferencia, ejercen un saqueo sobre las finanzas públicas que altera la vida de todos los venezolanos y venezolanas.
Ahora Pasqualina redobla la apuesta con este extraordinario trabajo titulado 'La mano visible del mercado: guerra económica (2012-2016). Manipulación del tipo de cambio e inflación inducida', primera parte de una investigación más profunda y extensa que iremos publicando a partir de hoy.
Entre las cuestiones más interesantes que los lectores y las lectoras podrán encontrar en este trabajo, se encuentra los datos correspondientes al uso de las divisas por el sector privado, tema rodeado de una mitología muy interesada por parte de ciertos “expertos”. Pero dejemos que sea Pasqualina quien no los cuente:
“Entre los argumentos esgrimidos por sectores de la oposición, y que pretende justificar el valor de la moneda, se encuentra el que los agentes económicos se han visto en la obligación de trasladarse a un mercado paralelo debido a que el Gobierno Nacional no asigna las divisas al sector privado y que tales divisas solo se han destinado al sector público. En este escenario, se expande la demanda en el mercado paralelo presionando el precio de la moneda al alza.
Cuando analizamos el comportamiento de la asignación de divisas por parte del Estado al sector privado y lo comparamos con lo destinado al sector público, observamos que las cifras muestran lo contrario. (…) en 1999 se entregaron 9.898 millones de US$ al sector privado y en 2014 la cifra ascendió a 25.002 millones de US$. Sólo durante los años 2007 y 2008 se le entregaron 42.568 y 47.083 millones de US$ respectivamente, es decir, aproximadamente 100 mil millones de US$ anuales, montos suficientes para cubrir necesidades de hasta 10 años si lo comparamos con la asignación en 1999. Por lo tanto, el argumento de que no le han sido entregadas las divisas al sector privado, y que por lo tanto se han visto en la obligación de trasladarse a un mercado paralelo que presiona el tipo de cambio de manera desproporcionada al alza, no se corresponde con la realidad.
(De la misma manera) la proporción de divisas liquidadas al sector privado ha sido mayor que la destinada al público. En promedio, se ha destinado al sector privado el 94% del total de las divisas del país para la importación, durante los años 2013 y 2014 (momentos en los que se han evidenciado los niveles desproporcionados del tipo de cambio paralelo) las proporciones de divisas liquidadas para la importación del sector privado fueron 89% y 87% respectivamente. Al sector público, específicamente a las empresas no financieras (principalmente la empresa La Casa, dedicada a la comercialización de alimentos) se destinó en promedio desde 1999 hasta 2014 el 6% del total de divisas.
Con base en este análisis podemos afirmar que las grandes transacciones de divisas se han realizado en el mercado cambiario oficial, a través de la liquidación por parte del Estado a las empresas del sector privado. Por lo que no necesariamente, las empresas se han visto en la necesidad de acudir al mercado paralelo para adquirirlas divisas presionando de esta manera el precio del tipo de cambio paralelo al alza. Si bien hay agentes que pudiesen estar acudiendo a dicho mercado ilegal, éstos corresponden a viajeros que deseen completar sus cupos o a empresas, sobre todo pequeñas, que no recibieron divisas a través de los mecanismos del Estado. Sin embargo, las transacciones efectuadas en este mercado paralelo son marginales al compararlas con las magnitudes de divisas que se han asignado por parte del Gobierno al sector privado a través de los mecanismos enmarcados en la política cambiaria.
Lo anterior, no está de más aclarar, no exime de responsabilidades al sector público. Pero al menos da para discutir mucho las consejas simplistas según las cuales, los productos no están porque los privados no tienen dólares o que deberían dárselos todos porque ellos son más eficientes.
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