Un médico venezolano descubrió la cura contra el coronavirus, con plantas medicinales. El Mundo debe saberlo, para evitar tantas muertes, y además la cura no llega a costar un (1$) dolar.
***Carta en desagravio a Sirio Quintero*
No se ofende ni se ultraja a quien es inmune a la mala voluntad, a la pobreza de espíritu y a la idiotez.
No obstante, vaya esta carta para levantar las voces a favor del sabio científico Sirio Quintero quien ha sido objeto de toda suerte de críticas y descalificaciones a raíz de que el Presidente diera a conocer sus hallazgos e investigaciones en transmisión nacional el domingo 22 de marzo.
El presidente que dirige no un claustro o una cátedra sino un país y acostumbrado ya a que no le dejen hueso sano con las críticas y ataques, sí pidió respeto para el doctor y para sí mismo, por optar por un pensamiento y una praxis coherente con la conciencia sobre cómo ha actuado la acumulación por despojo de nuestra sabiduría y conocimientos ancestrales amalgamados magistralmente con investigaciones científicas en las tesis del Profesor Quintero.
El despojo por la vía de la mercantilización de todos los aspectos de la vida humana es lo que marca la tragedia como viene siendo abordada la pandemia en el mundo y es lo que implosiona el aporte de Quintero pues coloca en centro la vida humana, a los pueblos por encima del capital.
La generación del “Si es Bayer es bueno” fiel devota de la industria farmacéutica no se detiene en su enajenación a pensar ni por un momento en cómo las transnacionales nos proveen tanto la cura como la enfermedad.
No lean el libro de Prevenciòn frente al Coronavirus el Handbook Prevention de los chinos donde se coloca (acàpite 72) de relieve la importancia de fórmulas herbales específicas para la ‘prevención’ de enfermedades epidémicas o pestilentes. Ya sobre la ‘cura’ hay otra serie más compleja de consideraciones.
El disenso como falta de conveniencia o desacuerdo puede convertirse en emancipación creativa, en debate fructífero mientras que el menosprecio y la subestimación por aspectos vitales identitarios no tiene otro derrotero que la inanición y la muerte, en este caso penosamente literal.
Suscribimos,
María Alejandra Díaz Marín constituyente
Aleidys Manaure Constituyente
Luis Ernesto Chirinos Primera, Ingeniero telecomunicaciones y Profesor Universitario
No se ofende ni se ultraja a quien es inmune a la mala voluntad, a la pobreza de espíritu y a la idiotez.
No obstante, vaya esta carta para levantar las voces a favor del sabio científico Sirio Quintero quien ha sido objeto de toda suerte de críticas y descalificaciones a raíz de que el Presidente diera a conocer sus hallazgos e investigaciones en transmisión nacional el domingo 22 de marzo.
El presidente que dirige no un claustro o una cátedra sino un país y acostumbrado ya a que no le dejen hueso sano con las críticas y ataques, sí pidió respeto para el doctor y para sí mismo, por optar por un pensamiento y una praxis coherente con la conciencia sobre cómo ha actuado la acumulación por despojo de nuestra sabiduría y conocimientos ancestrales amalgamados magistralmente con investigaciones científicas en las tesis del Profesor Quintero.
El despojo por la vía de la mercantilización de todos los aspectos de la vida humana es lo que marca la tragedia como viene siendo abordada la pandemia en el mundo y es lo que implosiona el aporte de Quintero pues coloca en centro la vida humana, a los pueblos por encima del capital.
La generación del “Si es Bayer es bueno” fiel devota de la industria farmacéutica no se detiene en su enajenación a pensar ni por un momento en cómo las transnacionales nos proveen tanto la cura como la enfermedad.
No lean el libro de Prevenciòn frente al Coronavirus el Handbook Prevention de los chinos donde se coloca (acàpite 72) de relieve la importancia de fórmulas herbales específicas para la ‘prevención’ de enfermedades epidémicas o pestilentes. Ya sobre la ‘cura’ hay otra serie más compleja de consideraciones.
El disenso como falta de conveniencia o desacuerdo puede convertirse en emancipación creativa, en debate fructífero mientras que el menosprecio y la subestimación por aspectos vitales identitarios no tiene otro derrotero que la inanición y la muerte, en este caso penosamente literal.
Suscribimos,
María Alejandra Díaz Marín constituyente
Aleidys Manaure Constituyente
Luis Ernesto Chirinos Primera, Ingeniero telecomunicaciones y Profesor Universitario
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