—-La hiperinflación, así como el bloqueo financiero, el embargo comercial encubierto y el desabastecimiento programado y selectivo, son armas que el imperialismo ha estado empleando desde por lo menos el año 2013. Atendiendo a los resultados electorales de los últimos seis años, a pesar de los embates de la guerra económica, el pueblo venezolano ha dado un voto de confianza a la Revolución. Basándonos en el comportamiento reciente pudiésemos esperar que siga siendo así, más allá de los niveles de abstención característicos en este caso. El pueblo está consciente, sabe quién es el enemigo y el causante de las penurias, pero sobre todo, recuerda la Venezuela de la década de los 80 y 90, a la cual no está dispuesto a regresar es 6%.
En el marco de esta hiperinflación inducida es importante que el Estado cubra las insuficiencias presupuestarias que se generan con el aumento de los precios, para alcanzar las metas programadas.
De lo contrario se afectaría a los usuarios de los servicios prestados por el sector público, desde la salud, pasando por la educación, vivienda, seguridad social y administración de justicia, entre otros.
—Antes nos defendíamos con el bolívar, ¿ahora nos defendemos con el petro?
—Sí, el petro fue creado para sortear el bloqueo financiero internacional, otra de las armas imperiales que han, oficialmente, accionado contra el pueblo venezolano. Tiene como objetivo realizar transacciones comerciales sin tener que pasar por la alcabala del sistema Swift administrada por la Reserva Federal de EEUU. El oro también ha sido un mecanismo de defensa contra el bloqueo, no por casualidad Donald Trump amenazó con sancionar a los países que reciban nuestro oro.
—¿Esta hiperinflación afectará las elecciones del 9-D?
—-La hiperinflación, así como el bloqueo financiero, el embargo comercial encubierto y el desabastecimiento programado y selectivo, son armas que el imperialismo ha estado empleando desde por lo menos el año 2013. Atendiendo a los resultados electorales de los últimos seis años, a pesar de los embates de la guerra económica, el pueblo venezolano ha dado un voto de confianza a la Revolución. Basándonos en el comportamiento reciente pudiésemos esperar que siga siendo así, más allá de los niveles de abstención característicos en este caso. El pueblo está consciente, sabe quién es el enemigo y el causante de las penurias, pero sobre todo, recuerda la Venezuela de la década de los 80 y 90, a la cual no está dispuesto a regresar.
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