La solución es incrementar el poder adquisitivo
*Pasqualina Curcio.-* Conocido coloquialmente como poder adquisitivo, el salario real es la relación entre el nivel de precios y el salario nominal, definido este último como aquel que nos depositan quincenalmente en nuestras cuentas.
El 20 de agosto, el salario mínimo fue aumentado 3.711%. Ajuste necesario en vista de la brecha que para ese momento registraba con respecto a los precios.
Como estamos en guerra, la reacción del enemigo no se hizo esperar: en menos de 10 días, entre el 20 y el 30 de agosto, atacaron inclementemente al bolívar, duplicaron su valor de 60 a 111 BsS/US$. Desde el 20 de agosto hasta hoy, dicho ataque ha ascendido a 566%.
Aunque todos sabemos que no ha ocurrido absolutamente nada en la economía venezolana que permita explicar tamaña supuesta “depreciación”, el efecto programado por los enemigos fue inmediato: el mayor tipo de cambio incidió en las expectativas de los productores y comerciantes, quienes marcan sus precios referenciándose en dicho valor, aunque irreal, lo que ocasiona que aumenten los precios de todos los bienes importados, sean insumos o de consumo final, alterándose, de esta manera, todas las estructuras de costos de producción y los precios finales de todos los bienes y servicios de la economía.
El resultado final ha sido el deterioro en 88% del salario real en menos de 3 meses.
Los precios no han aumentado estos 90 días como consecuencia del ajuste salarial del 20 de agosto, sino por la arremetida contra la moneda. La causa tampoco ha sido lo que algunos llaman dinero “inorgánico”. De hecho, y por el contrario, desde agosto, el índice de monetización, es decir, la cantidad de dinero circulando con respecto al tamaño de la economía, ha disminuido 62%.
Mientras sigan atacando nuestra moneda, debemos protegernos con un buen escudo que contrarreste los efectos criminales de la hiperinflación y así recuperar el poder adquisitivo. *Es imprescindible aumentar el salario nominal, garantizar el cumplimiento de las convenciones colectivas y mantener la proporcionalidad a lo interno de las tablas salariales.* *Para ello se requiere, necesariamente, aumentar la cantidad de dinero.*
*En estas condiciones, bajo ataques genocidas, la ampliación de la cantidad de dinero, no es el problema, es parte de la solución.*
El 20 de agosto, el salario mínimo fue aumentado 3.711%. Ajuste necesario en vista de la brecha que para ese momento registraba con respecto a los precios.
Como estamos en guerra, la reacción del enemigo no se hizo esperar: en menos de 10 días, entre el 20 y el 30 de agosto, atacaron inclementemente al bolívar, duplicaron su valor de 60 a 111 BsS/US$. Desde el 20 de agosto hasta hoy, dicho ataque ha ascendido a 566%.
Aunque todos sabemos que no ha ocurrido absolutamente nada en la economía venezolana que permita explicar tamaña supuesta “depreciación”, el efecto programado por los enemigos fue inmediato: el mayor tipo de cambio incidió en las expectativas de los productores y comerciantes, quienes marcan sus precios referenciándose en dicho valor, aunque irreal, lo que ocasiona que aumenten los precios de todos los bienes importados, sean insumos o de consumo final, alterándose, de esta manera, todas las estructuras de costos de producción y los precios finales de todos los bienes y servicios de la economía.
El resultado final ha sido el deterioro en 88% del salario real en menos de 3 meses.
Los precios no han aumentado estos 90 días como consecuencia del ajuste salarial del 20 de agosto, sino por la arremetida contra la moneda. La causa tampoco ha sido lo que algunos llaman dinero “inorgánico”. De hecho, y por el contrario, desde agosto, el índice de monetización, es decir, la cantidad de dinero circulando con respecto al tamaño de la economía, ha disminuido 62%.
Mientras sigan atacando nuestra moneda, debemos protegernos con un buen escudo que contrarreste los efectos criminales de la hiperinflación y así recuperar el poder adquisitivo. *Es imprescindible aumentar el salario nominal, garantizar el cumplimiento de las convenciones colectivas y mantener la proporcionalidad a lo interno de las tablas salariales.* *Para ello se requiere, necesariamente, aumentar la cantidad de dinero.*
*En estas condiciones, bajo ataques genocidas, la ampliación de la cantidad de dinero, no es el problema, es parte de la solución.*
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