El vecino cainita.

El Espejo | José Vicente Rangel: El vecino cainita

José Vicente Rangel. Foto: Últimas Noticias
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José Vicente Rangel.- 1 Me refiero al vecino, ubicado al costado occidental de Venezuela. A Colombia. Pero no a su pueblo, a los colombianos y colombianas. Sino a la estructura de poder que funciona en esa nación. La tradicional. La histórica. La santandereana y antibolivariana. Porque el pueblo colombiano es la primera víctima de la oligarquía que domina al Estado y controla a los gobiernos de turno. Que lo mantiene durante siglos oprimido, sometido a todo tipo de privaciones y explotándolo al máximo, sin educación, sin vivienda, sin salud ni alimentación. El pueblo que ha migrado más en la región latinoamericana. Que en el siglo XX fue la víctima escogida por la violencia política y social y tuvo que volcarse, impulsado por la desesperación, sobre la frontera con Venezuela. Más de quince millones de personas humildes, de pueblo raso, cruzó la demarcación geográfica para salvar sus vidas y el porvenir. Buscando en territorio venezolano la paz que le era negada en su propia patria, para rehacer su vida, para hallar trabajo y levantar familia.
La historia está en mora a la hora de registrar los padecimientos de ese caudal de seres humanos desesperado y de la acogida generosa de que fue objeto al cruzar la frontera. Ese éxodo puso de relieve la indiferencia y crueldad de una clase social y política como la que controla a Colombia, y, al mismo tiempo, la sensibilidad del pueblo y el poder venezolanos. Salvo algunas manifestaciones de chovinismo de un sector social conservador venezolano, que pretendió explotar actitudes miserables de anticolombianismo -coincidiendo con sus compañeros de clase del otro lado de la frontera-, la convivencia se impuso, así como el reconocimiento al aporte de los inmigrantes a la economía del país, en particular del agro. Esa oligarquía que aceptó impávida tan colosal migración; que en cierta manera la auspició para descargar en el vecino la responsabilidad de su atención, del costo de servicios básicos contó, en cambio, con abundantes recursos para financiar la guerra, la represión más brutal que se conoce en el continente y garantizarse el dominio sobre el Estado y la sociedad colombianos.
Siempre ha estado presente en los planes de la oligarquía colombiana qué hacer con Venezuela. Recurrir a provocaciones como la del Caldas; presionar a un gobierno militarmente débil para lograr un tratado de límites que afectó la soberanía de Venezuela en materia de navegación fluvial; desatar campañas mediante las cuales se atribuía al país connivencia con la guerrilla y con el narcotráfico; injerencia abierta en la política nacional al solidarizar con la conducta subversiva de la oposición; ataques violentos en organismos internacionales contra los gobiernos del proceso bolivariano, concretamente su conductores Chávez y Maduro.
Pero hay algo más delicado: la vinculación del uribismo-santismo con los gobiernos norteamericanos. Con los proyectos bélicos de esos gobiernos en la región, lo que significó la instalación de 8 bases militares en su territorio, la militarización de la frontera y la utilización del paramilitarismo para montar provocaciones contra la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. El remate de esta política, con un claro objetivo, Venezuela, es la incorporación -acordada por Santos- de Colombia a la Otan.
El presidente Maduro acaba de hacer una contundente denuncia contra la política de Juan Manuel Santos, quien en breve concluye su período presidencial dejando un legado oprobioso de amenazas y conjuras contra Venezuela. Maduro advirtió que está en marcha una operación bélica con graves alcances desde Colombia. Lo cual explica el título de esta columna: El vecino cainita. El nombre del primer fratricidio según la Biblia.
Laberinto 
-El resultado de la elección presidencial en Colombia estaba escrito: ganó -en un sistema electoral plagado de vicios- el ultraderechista y pupilo de Álvaro Uribe, Iván Duque. Pero lo que no estaba escrito es que Gustavo Petro lograra más de 8 millones de votos antisistema. Es decir, que dobló la votación que obtuvo en la primera vuelta. Este resultado es impactante y le abre las puertas a la izquierda a posibilidades que antes no tuvo…
-Por otra parte, el peso del uribismo en el resultado compromete al vencedor, a Duque, quien tratará que la influencia del expresidente no sea tan evidente. Ya hay analistas que pronostican tensiones -y hasta rupturas-, y recuerdan cómo Juan Manuel Santos tan pronto fue electo presidente le dio la espalda a su jefe, a Uribe. ¿Se repetirá la historia con Duque?…
-En los Estados Unidos hay 146 millones de pobres, 43% de la población. Pero esta vergonzosa realidad en el país más rico del mundo, no figura en la preocupación de sus gobernantes. Para Donald Trump, por ejemplo, es más importante convertir en blanco de sus ataques y de sus preocupaciones a Venezuela, invirtiendo grandes sumas de dinero en la campaña golpista y subsidiando a sectores de la oposición…
-El diario El País de Madrid pregunta, en un amplio reportaje sobre Colombia y el narcotráfico, lo siguiente: “¿Por qué pese a los esfuerzos siguen creciendo los cultivos de coca?”. En el 2017 el cultivo de coca se disparó y llegó a 180.000 hectáreas. Nada de lo que dice y hace el gobierno para atacar el problema, explica lo que sucede: la supresión de la fumigación aérea, la falta de presencia del Estado en los territorios más aptos. Pero se omite la razón fundamental del crecimiento del cultivo en un 23%, que no es otro que el poder del complejo político, militar y comercial que está detrás y que mueve el auge del narcotráfico. O dicho de otra manera: el funcionamiento perfecto del eje cultivo y producción de coca en Colombia y el consumo creciente en los Estados Unidos. Ese eje luce, por ahora, imbatible…
-Si los venezolanos vivimos en un Estado de derecho lo más importante es la aplicación de la ley. Sin vacilaciones ni concesiones. Con toda firmeza y decisión. Lo que ocurre con la especulación, con el acaparamiento de productos básicos, con la impunidad con que trabajan las mafias y el bachaquerismo, indica que el Estado de derecho no funciona. Que es una ficción…
-Nadie tiene derecho a poner  contra la pared a un pueblo y a condenarlo a vivir en la angustia y la desesperación por culpa de un grupo  de delincuentes que opera dentro y fuera del país…
– Maduro tiene la mejor disposición para actuar. Pero falla algo que hay que precisar y poner en evidencia. Por ejemplo, la conexión de esas bandas de mafiosos con el poder. Las cuales poseen una increíble capacidad para infiltrar los organismos de seguridad del Estado y a todas las instituciones, sin excepción…
– No hay que vacilar. Hay que emplearse a fondo, con todo el poder que confiera la ley, para acabar con una crisis que amenaza a las instituciones y al destino democrático de la nación. Hay que aplicar la ley. Hacerlo no es incurrir en exceso. Exceso es no aplicarla. Exceso de debilidad. Que es la manera más abyecta de atentar contra el Estado de derecho…
– Por eso los ciudadanos en general esperan que la respuesta al caos que está creando en el país el bachaquerismo y las mafias que  actúan con total impunidad, sea en verdad implacable. Los delincuentes no pueden estar por encima de la legalidad y poner en riesgo el destino de la nación…
-Resulta que ahora un grupo de abogados pretende sembrar dudas sobre el proceso más transparente de liberación de presos políticos  -o de políticos presos- que se ha dado en Venezuela. Los que tiene memoria recuerdan la farsa durante la IV República en el manejo del delicado tema.
José Vicente Rangel 
jvrangelv@yahoo.es 

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