La izquierda del siglo XXI es antineoliberal Emir Sader La Jornada. The left of the XXI century is antineoliberal Emir Sader La Jornada

La izquierda realmente existente es una categoría histórica, que varía conforme las condiciones concretas de lucha. Ya fue una izquierda de clase contra clase, que incluía a corrientes anarquistas, socialistas y comunistas. Ya fue antifascista, conforme las corrientas de ultra derecha se fortalecían, especialmente en Europa. Ya fue democrática y popular, socialista, conforme las fuerzas propias que tenía y los enemigos a enfrentar.
Conforme el capitalismo ha ingresado en su era neoliberal y ha asumido la centralidad de las tesis del libre comercio, de la mercantilización, se planteó a la izquierda el desafío de la ruptura con el modelo neoliberal y la construcción de alternativas superadoras de ese modelo, que se han denominado posneoliberales.
Hace década y media esa perspectiva no estaba clara. las ONG, algunos movimientos sociales e intelectuales planteaban la lucha en el nuevo periodo como una lucha antipolítica, anti-Estado, anti-partidos, proponiendo como su centro una sociedad civil, con límites no claramente definidos frente al liberalismo. Proponían que los movimientos populares mantuvieran una autonomía respecto a la política, al Estado, a los partidos. Han impuesto esa orientación como predominante en los foros sociales mundiales, con algunos movimientos como los piqueteros argentinos y los zapatistas mexicanos, como los ejemplos de esa orientación.
Una década y media después, el campo de lucha quedó mucho más claro, no sólo teóricamente, sino principalmente en el campo político concreto. Las fuerzas que se han fortalecido –especialmente en América Latina, pero tambien en Europa – han sido las que han centrado su lucha en la superación del neoliberalismo. Han redefinido el papel del Estado, en lugar de oponerse a él. Han recuperado el lugar de la política y de los partidos, en lugar de rechazarlos. Tesis como las de Tony Negri y de John Holloway sobre el carácter reaccionario del Estado y la posibilidad de transformar el mundo sin tomar el poder, entre otras, personificaban esas teorías, que han quedado superadas por la realidad, mientras el FSM se ha vaciado en manos de las ONG.
Son los gobiernos que han logrado un inmenso proceso de democratización social, en países como Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, eligiendo y religiendo gobiernos con amplio apoyo popular, los que han surgido como las referencias de la izquerida en el siglo XXI. Han logrado la hazaña de avanzar a contramano de las corrientes predominantes en el capitalismo en escala mundial, disminuyendo la miseria, la pobreza, la desigualdad y la exclusión social.
Se han proyectado así como el eje y la referencia de la izquierda en escala mundial, con líderes reconocidos como Hugo Chávez, Lula, Néstor y Cristina Kirchner, Pepe Mujica, Evo Morales y Rafael Correa, entre otros. La realidad concreta ha probado quien tenía razon en el debate sobre la naturaleza de la izquierda en el nuevo periodo histórico.
Mientras esos liderazgos se han afirmado, las que debieran ser las referencia han desaparecido –como es el caso que debiera ser paradigmático del autonomismo piquetero– o han quedado reducidos a la intrancendencia, como es el caso de los zapatistas. Todo ha pasado sin que los intelectuales que han propuesto a esa vía como alternativa hayan mínimamente hecho un balance de ese fracaso. Como son intelectuales desvinculados de la práctica política concreta no tienen responsabilidades por lo que han escrito ayer y se dedican a otras tesis.
Muchos de ellos, fracasadas las tesis autonomistas, se han dedicado a la crítica de los gobiernos que han avanzado concretamente en la superacion del neoliberalismo. Sin captar el caracter nuevo de esos gobiernos, los han tildado de traidores, de extractivistas, de neodesarrollistas, muchas veces aliándose con la derecha –la verdadera alternativa a esos gobiernos– contra las fuerzas progresistas en esos países. No han captado la naturaleza essencialmente antineoliberal de esos gobiernos. Algunos intelectuales, latinoamericanos o europos, pretenden ser la conciencia crítica de la izquierda latinoamericana, con sus posiciones desvinculadas de las luchas y las fuerzas concretas, sin que sus tesis hayan desembocado en la construcción de ninguna fuerza alternativa. Las opciones a los gobiernos posneoliberales –como queda claro en Venezuela, en Argentina, en Brasil, en Uruguay, en Bolivia, en Ecuador– siguen siendo las viejas fuerzas de la derecha, mientras que las posiciones de ultra izquierda siguen en sus posturas críticas, sin ninguna injerencia en las luchas concretas. No por acaso sus defensores son intelectuales, que hablan desde sus cátedras académicas sin ningún arraigo en las fuerzas sociales, políticas y culturales reales.
Mientras tanto, los únicos gobiernos que han avanzado en la superación de las políticas de centralidad del mercado, de eliminación de los derechos sociales, en la subordinacion a la hegemonía imperial estadunidense, han sido los que han sabido definir la centralidad de la lucha contemporánea como la lucha antineoliberal.
No sólo en América Latina, incluso en Europa, la definición de la centralidad de las luchas contemporáneas de la izquierda alrededor de la superación del modelo neoliberal, se impone, sea en España, en Portugal, en Grecia, con la conciencia de que al lucha contra la austeridad es la forma que asume en Europa la lucha antineoliberal, relegando otras posiciones a los libros y a las cátedras académicas.
Incluso en el momento en que gobiernos posneoliberales enfrentan dificultades reales para pasar de la primera a una fase más avanzada de sus luchas, las posiciones ultra izquierdistas, que hablan del fracaso de esos gobiernos, no explican su propio fracaso, al no lograr construir ninguna fuerza alternativa a esos gobiernos, lugar ocupado por fuerzas de derecha. Hablan de fin de ciclo, cuando lo que se presenta no es la superación de un ciclo, sino formas de recomposición conservadora, de retroceso neoliberal, que no superan un ciclo, sino, al contrario, se proponen retroceder a un ciclo anterior.
La izquierda del siglo XXI es, así, antineoliberal: es la que logra construir fuerzas concretas, alternativas bajo la forma de gobiernos, de plataformas, de grandes liderazgos contemporaneos. El resto son palabras que el viento lleva, sin cambiar ni la realidad y, al parecer, ni la cabeza de los que las escriben y son derrotados junto con ellas.
La historia de la izquierda contemporánea está escrita y protagonizada por los que logran avanzar en la construccion de alternativas concretas al neoliberalismo.
 
 
The actually existing left is a historical category, which varies according to the specific conditions of struggle. It was left "class against class", which included anarchist currents, socialists and communists. It was antifascist, as the right-wing corrientas were strengthened, especially in Europe. It was democratic, popular, socialist, as the very forces that had and enemies to face.
As capitalism has entered its neoliberal era and has assumed the central theses of free trade, the commercialization, the left raised the question of a break with the neoliberal model and the construction of better alternatives of this model, postneoliberal have been called.
Decade and a half ago that perspective was unclear. NGOs, social movements and some intellectuals raised the struggle in the new period as an anti-political struggle, anti-state, anti-parties, proposing as its center a "civil society", with no clearly defined boundaries against liberalism. They proposed that popular movements maintain a 'autonomy from politics, the State, parties ". They have imposed such guidance as prevalent in the world social forums, with some movements as Argentine piqueteros and the Mexican Zapatistas, as examples of such guidance.
A decade and a half later, the battlefield was much clearer, not only theoretically, but mainly on the concrete political field. The forces have been strengthened, especially in Latin America but also in Europe - have been those that have focused their struggle to overcome neoliberalism. They have redefined the role of the state, rather than hinder it. They have recovered the place of politics and parties, rather than reject them. Thesis as Tony Negri and John Holloway on the reactionary character of the state and the possibility of changing the world without taking power, among others, personified these theories, which have been overtaken by reality, while the WSF has been emptied in hands of NGOs.
They are governments that have made a huge process of social democratization, in countries such as Venezuela, Brazil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, choosing and religiendo government with broad popular support, which have emerged as the references izquerida the century XXI. They have managed the feat of moving counter to the prevailing currents in capitalism on a world scale, reducing the misery, poverty, inequality and social exclusion.
They have projected and the reference axis and left worldwide, with recognized leaders like Hugo Chavez, Lula, Néstor and Cristina Kirchner, Pepe Mujica, Evo Morales and Rafael Correa, among others. The concrete reality has proved who was right in the debate on the nature of the left in the new historical period.
While these leaders have affirmed, that the reference should be gone, as is the case should be paradigmatic of the "piqueteros autonomist" - or have been reduced to the intrancendencia, as is the case of the Zapatistas. Everything happened without the intellectuals who have proposed this approach as an alternative minimally have taken stock of that failure. As intellectuals are disconnected from concrete political practice have no responsibility for what they have written yesterday and engaged in other theses.
Many of them failed autonomist theses have been devoted to criticism of governments that have advanced particularly in overcoming neoliberalism. Without grasping the new character of these governments, they have been branded as "traitors" of "extractive" of "neodesarrollistas" often siding with the right -the real alternative to those governments-against progressive forces in those countries. They have not grasped the nature of those essencialmente neoliberal governments. Some intellectuals, Latin American or europos, intended to be the "critical awareness of the Latin American left" with its detached from the struggles and the specific forces positions, without their thesis have led to the construction of any alternative force. The options for post-neoliberal governments, as is clear in Venezuela, in Argentina, in Brazil, Uruguay, Bolivia, Ecuador still the old forces of the right, while the ultra-left positions remain in his criticism, without any interference in the concrete struggles. Not by chance its supporters are intellectuals, who speak from their academic chairs with no roots in the social, political and cultural real forces.
Meanwhile, the only governments that have made progress in overcoming political centrality of the market, elimination of social rights, subordination to US imperial hegemony, have been those that have managed to define the centrality of contemporary struggle as the anti-neoliberal struggle.
Not only in Latin America, even in Europe, the definition of the centrality of contemporary struggles of the left about overcoming the neoliberal model imposed, whether in Spain, Portugal, Greece, with the awareness that the fight against austerity is the form taken by the anti-neoliberal struggle in Europe, relegating other positions to books and academic chairs.
Even in the time postneoliberal governments face real difficulties in moving from the first to a more advanced stage of their struggle, the ultra leftist positions that speak of "failure" of those governments do not explain their own failure, failing to build no alternative force to those governments, the place occupied by right-wing forces. They speak of "end of cycle" when what is presented is not the overcoming of a cycle but conservative forms of restructuring, neoliberal retreat, no more than one cycle, but on the contrary, proposed back to a previous cycle.
The left of the XXI century is thus antineoliberal: the forces that manages to build concrete alternatives in the form of governments, platforms, large contemporary leadership. The rest are words the wind takes, without changing reality and, apparently, not the head of those who write and are defeated along with them.
The history of the contemporary left is written and performed by those who manage to advance the construction of concrete alternatives to neoliberalism.Source: http://www.jornada.unam.mx/2016/01/03/opinion/015a1mun

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