Europa ante su niño muerto. Europe before their child died. Rafael Poch. La Vanguardia
Es
justo que quienes fomentan guerra y miseria con imperialismo y un
comercio abusivo y desigual, reciban las consecuencias demográficas de
sus acciones.
«Una imagen que ha dado la vuelta al mundo y despierta las
conciencias», explica Bernard Henry Levy, sobre la foto del cadáver del
niño sirio varado en una playa turca. El “popular diario” Bild
animando una campaña de acogida de refugiados con ayuda de igualmente
populares futbolistas. La Canciller Merkel apelando a la humanidad y a
los valores, y reafirmando su “gran liderazgo europeo” en esta cuestión,
nos explican editorialistas de renombre. Tres momentos que confirman
que en Europa ya no hay ni lugar para la vergüenza. Es la hora de la
gran tomadura de pelo.
La estrella mediática parisina, agitador de todas las intervenciones militares del humanitarismo euroatlántico, no relaciona sus prédicas belicistas con el niño muerto huido de Siria. Tampoco lo hizo con las oleadas balcánicas, afganas, libias o iraquíes. Los Estados cuya destrucción y disolución ayudó a justificar en nombre del interés supremo de la geopolítica y economía occidentales, producen éxodos -y terrorismos- claramente identificables. Cuanta más guerra y desolación se siembra en la regiones en crisis, mayor será el flujo hacia Europa. Es una consideración bien banal pero, ¿quién nos la va a recordar estos días? ¿El “popular diario”, quizás?
Bild es el primer diario xenófobo del continente y el de mayor tirada. Su campaña es genuina: la gran operación de imagen del país del “Nein” y del “Grexit”, cuyo nacionalismo post reunificación -inscrito en los tratados europeos, en las reglas del Banco Central Europeo y hasta en la misma moneda única- ha mandado al traste medio siglo de integración europea y de redención por el desastre nazi. El establishment alemán necesitaba, ciertamente, una campaña de imagen y la crisis de los refugiados se la ha dado.
Alemania recibirá este año 800.000 refugiados, según las infladas cifras del gobierno federal, de momento poco más de 200.000 solicitaron asilo en los primeros siete meses del año. Alemania es el “primer receptor europeo” de refugiados, el ejemplo para una Francia acomplejada bajo la sombra de su Frente Nacional. “La hipocresía francesa y el ejemplo alemán”, titula el portal Mediapart.
¿Quién recordará que en territorio alemán se han cometido algunos de los mayores crímenes xenófobos de la posguerra europea-occidental, incluida la mayor trama terrorista de los últimos veinte años (NSU) con manifiestas complicidades en el aparato de seguridad, que es allí donde las residencias para emigrantes arden con mayor frecuencia y donde los pasillos del metro son más peligrosos para los morenos? Un “ejemplo” que pasa por encima del hecho de que la inmensa mayoría de los “emigrantes” en Alemania son europeos de tradición cristiana. Un paseo comparativo por las calles de Berlín y París ofrece una evidencia visual abrumadora a este respecto. Una ciudad con los colores étnicos de Marsella es completamente impensable en Alemania, donde el número de matrimonios mixtos entre alemanes y turcos (la excepción) es insignificante. La frase atribuida a un ayudante de Nicolas Sarkozy de que en la crisis actual, “los alemanes administran un flujo, mientras que nosotros tenemos que administrar un stock, por lo mucho que hemos acogido en las últimas décadas”, responde a una realidad que los propios franceses ignoran, por más que el racismo y la xenofobia sean problemas verdaderamente paneuropeos.
Ciertamente, todo esto no nos lo recordará la Federación de la Industria Alemana (BDI), con sus fantasmagóricas quejas por la falta de mano de obra. Estos sirios educados y de clase media que gritan “¡Germany, Germany!” en la estación de Budapest y que huyen de una guerra que Europa, y Francia en particular, han fomentado, son la solución: el recurso ideal de una estrategia para mantener la política de salarios bajos que arruinó a los pocos socios europeos aún capaces de producir como Francia. Varios millones de ellos ayudarán a mantener las cotizaciones del geriátrico federal cuyos fondos de pensiones se fundieron en el casino bancario, de la misma forma en que ocurrió en España con los cinco millones de extranjeros que entraron en nuestro “mercado laboral” entre 1998 y 2008 para alimentar la caldera de la burbuja.
800.000 extranjeros son de todas formas muchos. Sobre todo vistos en un titular de prensa. Pero los extranjeros no solo entran en Alemania sino que también se van. Cada año a razón de medio millón. En los últimos diez años 5,4 millones de extranjeros han abandonado Alemania, según la estadística federal. La simple realidad es que las cifras del actual flujo que se están haciendo pasar por críticas, son anecdóticas tanto para Alemania como para un conjunto de 500 millones de habitantes como es la Unión Europea.
Vivimos en un mundo integrado y es justo que quienes fomentan guerra y miseria con imperialismo y un comercio abusivo y desigual, reciban las consecuencias demográficas de sus acciones. Lo mismo ocurrirá, con creces, con los futuros emigrantes del calentamiento global, ese desastre en progresión de factura esencialmente occidental. Las estimaciones que la ONU baraja para el futuro en materia de éxodos ambientales convertirán en un chiste lo de ahora, incluido el trágico balance de muertos en el Mediterráneo.
La experiencia demuestra que las barreras y los alambres de espino no sirven para nada. En 1993 Texas levantó su barrera en la frontera con México y el flujo creció. Un año después lo hicieron California y Arizona. Desde entonces la presencia de emigrantes mexicanos en Estados Unidos se ha triplicado. Las barreras no solo no sirven para impedir la entrada de ilegales, sino que impiden la salida de los que quieren regresar a sus países. Con lo que costó entrar, nadie se arriesga a hacer el camino de regreso. Así que lo mejor sería ir pensando en; una política de paz activa, de resolución diplomática de conflictos, de prohibición de la exportación de armas (negocio del que Alemania es líder europeo y la Unión Europea líder mundial), en un orden economico menos injusto y desigual, en de una manera de vivir menos crematística y más sostenible.
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2015/09/04/europa-ante-su-nino-muerto-46975/
It is right that those who foment war and misery imperialism and abusive and unfair trade, receive the demographic consequences of their actions.
"An image that has been around the world and awaken consciences," explains Bernard Henry Levy, the picture of the body of Syrian boy stranded on a Turkish beach. The "popular newspaper" Bild campaign encouraging refugee reception using equally popular players. Chancellor Merkel appealing to humanity and values, and reaffirming his "great European leadership" in this issue, we explain renowned editorialists. Three times to confirm that in Europe there is no longer room for embarrassment. It's time for the big tease.
Parisian media star, stirring all the Euro-Atlantic military interventions humanitarianism, not warmongers relates his preaching with the dead child fled Syria. Neither did with the Balkan waves, Afghan, Iraqi or Libyan. States whose destruction and dissolution helped justify in the name of supreme interest of Western geopolitics and economy, produce terrorismos- exodus-and clearly identifiable. The more war and desolation is planted in the crisis regions, the greater the flow to Europe. It is a rather banal consideration but who will remember us these days? Does the "popular daily", perhaps?
Bild newspaper is the first xenophobic continent and the largest circulation. His campaign is genuine: the great operation image of the country "Nein" and "Grexit" whose nationalism after reunification, inscribed in the European treaties, the rules of the European Central Bank and even in the same single currency has commanded ruined half a century of European integration and of redemption by the Nazi disaster. The German establishment needed, certainly, an image campaign and the refugee crisis has been given.
Germany will receive 800,000 refugees this year, according to federal government figures inflated, for now just over 200,000 applied for asylum in the first seven months of the year. Germany is the "first European recipient" of refugees, for example complexed France under the shadow of his National Front. "The French and German hypocrisy example," headlines the Mediapart website.
Who will remember that in Germany have made some of the greatest hate crime of postwar Western Europe-including the biggest terrorist plot in the last twenty years (NSU) with overt complicity in the security apparatus, which is where the migrant residences burn more frequently and where subway corridors are more dangerous to the dark? An "example" that passes over the fact that the vast majority of "emigrants" in Germany are European Christian tradition. A comparative stroll through the streets of Berlin and Paris offers an overwhelming visual evidence in this regard. A city with ethnic colors of Marseille is completely unthinkable in Germany, where the number of mixed marriages between Germans and Turks (the exception) is negligible. The phrase attributed to an aide to Nicolas Sarkozy that in the current crisis, "the Germans manage flow, while we have to manage a stock, so far we have received in recent decades", responds to a reality that French themselves ignored, even though racism and xenophobia are truly pan-European problems.
Certainly, all this we remember the Federation of German Industry (BDI) with its phantasmagorical complaints about the lack of manpower. These educated and middle-class Syrians shout! "Germany, Germany" Budapest station and fleeing a war that Europe, and France in particular have fostered, are the solution: the ideal resource of a strategy to maintain low wages policy that ruined the few European partners still able to produce as France. Several million of them will help keep federal quotes geriatric whose pension funds were merged into the banking casino, just as it happened in Spain with the five million foreigners they entered our "labor market" between 1998 and 2008 in the boiler of the bubble.
800,000 foreigners are anyway many. Especially seen in a newspaper headline. But foreigners come not only in Germany but also leave. Every year at the rate of half a million. In the last ten years 5.4 million foreigners have left Germany, according to federal statistics. The simple reality is that the current flow figures that are passing by critics, are anecdotal both for Germany and for a set of 500 million people and is the European Union.
We live in an integrated world and it is right that those who promote war and imperialism and misery with an abusive and unfair trade, receive the demographic consequences of their actions. So will by far be migrants with global warming, the disaster in western bill essentially progression. The UN estimates that the cards for the future in environmental exodus become a joke as of now, including the tragic death toll in the Mediterranean.
Experience shows that the barriers and barbed wire are useless. Texas in 1993 raised its barrier on the border with Mexico and the flow grew. A year later did California and Arizona. Since then the presence of Mexican migrants in the United States has tripled. The barriers not only not serve to prevent the entry of illegal, but also prevent the departure of those who wish to return to their countries. With what it cost to enter, no one dares to make his way back. So you'd better start thinking about; an active policy of peace, diplomatic conflict resolution banning arms exports (business Germany is the European leader and the world's leading EU), in a less unjust and unequal economic order, a way of life less financial considerations and more sustainable.
Source: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2015/09/04/europa-ante-su-nino-muerto-46975/
La estrella mediática parisina, agitador de todas las intervenciones militares del humanitarismo euroatlántico, no relaciona sus prédicas belicistas con el niño muerto huido de Siria. Tampoco lo hizo con las oleadas balcánicas, afganas, libias o iraquíes. Los Estados cuya destrucción y disolución ayudó a justificar en nombre del interés supremo de la geopolítica y economía occidentales, producen éxodos -y terrorismos- claramente identificables. Cuanta más guerra y desolación se siembra en la regiones en crisis, mayor será el flujo hacia Europa. Es una consideración bien banal pero, ¿quién nos la va a recordar estos días? ¿El “popular diario”, quizás?
Bild es el primer diario xenófobo del continente y el de mayor tirada. Su campaña es genuina: la gran operación de imagen del país del “Nein” y del “Grexit”, cuyo nacionalismo post reunificación -inscrito en los tratados europeos, en las reglas del Banco Central Europeo y hasta en la misma moneda única- ha mandado al traste medio siglo de integración europea y de redención por el desastre nazi. El establishment alemán necesitaba, ciertamente, una campaña de imagen y la crisis de los refugiados se la ha dado.
Alemania recibirá este año 800.000 refugiados, según las infladas cifras del gobierno federal, de momento poco más de 200.000 solicitaron asilo en los primeros siete meses del año. Alemania es el “primer receptor europeo” de refugiados, el ejemplo para una Francia acomplejada bajo la sombra de su Frente Nacional. “La hipocresía francesa y el ejemplo alemán”, titula el portal Mediapart.
¿Quién recordará que en territorio alemán se han cometido algunos de los mayores crímenes xenófobos de la posguerra europea-occidental, incluida la mayor trama terrorista de los últimos veinte años (NSU) con manifiestas complicidades en el aparato de seguridad, que es allí donde las residencias para emigrantes arden con mayor frecuencia y donde los pasillos del metro son más peligrosos para los morenos? Un “ejemplo” que pasa por encima del hecho de que la inmensa mayoría de los “emigrantes” en Alemania son europeos de tradición cristiana. Un paseo comparativo por las calles de Berlín y París ofrece una evidencia visual abrumadora a este respecto. Una ciudad con los colores étnicos de Marsella es completamente impensable en Alemania, donde el número de matrimonios mixtos entre alemanes y turcos (la excepción) es insignificante. La frase atribuida a un ayudante de Nicolas Sarkozy de que en la crisis actual, “los alemanes administran un flujo, mientras que nosotros tenemos que administrar un stock, por lo mucho que hemos acogido en las últimas décadas”, responde a una realidad que los propios franceses ignoran, por más que el racismo y la xenofobia sean problemas verdaderamente paneuropeos.
Ciertamente, todo esto no nos lo recordará la Federación de la Industria Alemana (BDI), con sus fantasmagóricas quejas por la falta de mano de obra. Estos sirios educados y de clase media que gritan “¡Germany, Germany!” en la estación de Budapest y que huyen de una guerra que Europa, y Francia en particular, han fomentado, son la solución: el recurso ideal de una estrategia para mantener la política de salarios bajos que arruinó a los pocos socios europeos aún capaces de producir como Francia. Varios millones de ellos ayudarán a mantener las cotizaciones del geriátrico federal cuyos fondos de pensiones se fundieron en el casino bancario, de la misma forma en que ocurrió en España con los cinco millones de extranjeros que entraron en nuestro “mercado laboral” entre 1998 y 2008 para alimentar la caldera de la burbuja.
800.000 extranjeros son de todas formas muchos. Sobre todo vistos en un titular de prensa. Pero los extranjeros no solo entran en Alemania sino que también se van. Cada año a razón de medio millón. En los últimos diez años 5,4 millones de extranjeros han abandonado Alemania, según la estadística federal. La simple realidad es que las cifras del actual flujo que se están haciendo pasar por críticas, son anecdóticas tanto para Alemania como para un conjunto de 500 millones de habitantes como es la Unión Europea.
Vivimos en un mundo integrado y es justo que quienes fomentan guerra y miseria con imperialismo y un comercio abusivo y desigual, reciban las consecuencias demográficas de sus acciones. Lo mismo ocurrirá, con creces, con los futuros emigrantes del calentamiento global, ese desastre en progresión de factura esencialmente occidental. Las estimaciones que la ONU baraja para el futuro en materia de éxodos ambientales convertirán en un chiste lo de ahora, incluido el trágico balance de muertos en el Mediterráneo.
La experiencia demuestra que las barreras y los alambres de espino no sirven para nada. En 1993 Texas levantó su barrera en la frontera con México y el flujo creció. Un año después lo hicieron California y Arizona. Desde entonces la presencia de emigrantes mexicanos en Estados Unidos se ha triplicado. Las barreras no solo no sirven para impedir la entrada de ilegales, sino que impiden la salida de los que quieren regresar a sus países. Con lo que costó entrar, nadie se arriesga a hacer el camino de regreso. Así que lo mejor sería ir pensando en; una política de paz activa, de resolución diplomática de conflictos, de prohibición de la exportación de armas (negocio del que Alemania es líder europeo y la Unión Europea líder mundial), en un orden economico menos injusto y desigual, en de una manera de vivir menos crematística y más sostenible.
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2015/09/04/europa-ante-su-nino-muerto-46975/
It is right that those who foment war and misery imperialism and abusive and unfair trade, receive the demographic consequences of their actions.
"An image that has been around the world and awaken consciences," explains Bernard Henry Levy, the picture of the body of Syrian boy stranded on a Turkish beach. The "popular newspaper" Bild campaign encouraging refugee reception using equally popular players. Chancellor Merkel appealing to humanity and values, and reaffirming his "great European leadership" in this issue, we explain renowned editorialists. Three times to confirm that in Europe there is no longer room for embarrassment. It's time for the big tease.
Parisian media star, stirring all the Euro-Atlantic military interventions humanitarianism, not warmongers relates his preaching with the dead child fled Syria. Neither did with the Balkan waves, Afghan, Iraqi or Libyan. States whose destruction and dissolution helped justify in the name of supreme interest of Western geopolitics and economy, produce terrorismos- exodus-and clearly identifiable. The more war and desolation is planted in the crisis regions, the greater the flow to Europe. It is a rather banal consideration but who will remember us these days? Does the "popular daily", perhaps?
Bild newspaper is the first xenophobic continent and the largest circulation. His campaign is genuine: the great operation image of the country "Nein" and "Grexit" whose nationalism after reunification, inscribed in the European treaties, the rules of the European Central Bank and even in the same single currency has commanded ruined half a century of European integration and of redemption by the Nazi disaster. The German establishment needed, certainly, an image campaign and the refugee crisis has been given.
Germany will receive 800,000 refugees this year, according to federal government figures inflated, for now just over 200,000 applied for asylum in the first seven months of the year. Germany is the "first European recipient" of refugees, for example complexed France under the shadow of his National Front. "The French and German hypocrisy example," headlines the Mediapart website.
Who will remember that in Germany have made some of the greatest hate crime of postwar Western Europe-including the biggest terrorist plot in the last twenty years (NSU) with overt complicity in the security apparatus, which is where the migrant residences burn more frequently and where subway corridors are more dangerous to the dark? An "example" that passes over the fact that the vast majority of "emigrants" in Germany are European Christian tradition. A comparative stroll through the streets of Berlin and Paris offers an overwhelming visual evidence in this regard. A city with ethnic colors of Marseille is completely unthinkable in Germany, where the number of mixed marriages between Germans and Turks (the exception) is negligible. The phrase attributed to an aide to Nicolas Sarkozy that in the current crisis, "the Germans manage flow, while we have to manage a stock, so far we have received in recent decades", responds to a reality that French themselves ignored, even though racism and xenophobia are truly pan-European problems.
Certainly, all this we remember the Federation of German Industry (BDI) with its phantasmagorical complaints about the lack of manpower. These educated and middle-class Syrians shout! "Germany, Germany" Budapest station and fleeing a war that Europe, and France in particular have fostered, are the solution: the ideal resource of a strategy to maintain low wages policy that ruined the few European partners still able to produce as France. Several million of them will help keep federal quotes geriatric whose pension funds were merged into the banking casino, just as it happened in Spain with the five million foreigners they entered our "labor market" between 1998 and 2008 in the boiler of the bubble.
800,000 foreigners are anyway many. Especially seen in a newspaper headline. But foreigners come not only in Germany but also leave. Every year at the rate of half a million. In the last ten years 5.4 million foreigners have left Germany, according to federal statistics. The simple reality is that the current flow figures that are passing by critics, are anecdotal both for Germany and for a set of 500 million people and is the European Union.
We live in an integrated world and it is right that those who promote war and imperialism and misery with an abusive and unfair trade, receive the demographic consequences of their actions. So will by far be migrants with global warming, the disaster in western bill essentially progression. The UN estimates that the cards for the future in environmental exodus become a joke as of now, including the tragic death toll in the Mediterranean.
Experience shows that the barriers and barbed wire are useless. Texas in 1993 raised its barrier on the border with Mexico and the flow grew. A year later did California and Arizona. Since then the presence of Mexican migrants in the United States has tripled. The barriers not only not serve to prevent the entry of illegal, but also prevent the departure of those who wish to return to their countries. With what it cost to enter, no one dares to make his way back. So you'd better start thinking about; an active policy of peace, diplomatic conflict resolution banning arms exports (business Germany is the European leader and the world's leading EU), in a less unjust and unequal economic order, a way of life less financial considerations and more sustainable.
Source: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2015/09/04/europa-ante-su-nino-muerto-46975/
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