Entrevista a Éric Toussaint "Una reestructuración condicionada por medidas neoliberales es un mal acuerdo para Grecia"
“Grecia debe suspender el pago de la deuda", dice el belga Eric Toussaint, presidente del comité que auditó la deuda helena
"Si Grecia hubiera adoptado una posición más dura en las negociaciones habría obligado a los acreedores a buscar un acuerdo"
"En seis meses, ocho o en un año el problema de la deuda volverá como una cuestión vinculada al fracaso neoliberal"
Alexis Tsipras y el politólogo belga Eric Toussaint.
Entre
abril y junio, un comité creado por la presidenta del parlamento griego
compuesto de 30 expertos -15 griegos y 15 extranjeros- realizó una
auditoría acerca de la sostenibilidad de la deuda pública griega, que
alcanza el 180% del PIB nacional tras dispararse en los últimos cinco
años en los que el país ha estado bajo supervisión de la troika. La
presidencia de ese comité corrió a cargo del belga Eric Toussaint, que
ya trabajó en el pasado con Ecuador y otros países que negociaron una
quita con sus respectivos acreedores.
Las conclusiones, presentadas en junio, fueron demoledoras
: no pagar más al FMI y al BCE. Toussaint, profesor de la Universidad
de Lieja y miembro del Comité para la Anulación de la Deuda Pública del
Tercer Mundo (CADTM), atendió por teléfono a eldiario.es en la tarde del
pasado jueves, horas antes de que el Gobierno de Syriza hiciese pública
la lista de reformas que ofrece a sus acreedores a cambio de un tercer
rescate y de la permanencia en el euro.
¿Cómo ve las negociaciones entre Grecia y la troika? Parece que la cuestión de la deuda puede terminar encima de la mesa a cambio de más recortes.
¿Cómo ve las negociaciones entre Grecia y la troika? Parece que la cuestión de la deuda puede terminar encima de la mesa a cambio de más recortes.
Por primera vez desde febrero y de manera explícita las autoridades
griegas ponen sobre la mesa la cuestión de la reestructuración de la
deuda. Desde febrero hasta poco antes del referéndum no era una petición
oficial. Para mí es un signo positivo, pero habría que haberlo hecho
mucho antes.
¿No se hizo antes porque quizás los acreedores se han negado hasta ahora en redondo a abordar la deuda pública griega?
Podemos extraer una lección de estos cinco meses: si un país no
suspende el pago de su deuda está en una posición desfavorable para
negociar con los acreedores. Excepto si los acreedores, por razones que
les convengan, aceptan reducir la deuda. En algunos casos los acreedores
quisieron hacerlo, como en Alemania en 1953 o en Irak tras la invasión
militar, cuando los vencedores querían reducir la deuda. No ha sido el
caso de la Unión Europea: aquí si el deudor no suspende el pago de la
deuda no tiene el medio de equilibrar la relación de fuerzas en la
negociación. Grecia habla ahora por primera vez de reducir la deuda y se
encuentra prácticamente en suspensión técnica de los pagos. La pregunta
aquí es si las autoridades griegas van a dar ese paso.
¿Pero qué quiere decir con suspender? ¿Anular temporalmente los pagos a los acreedores?
No pagar. Punto. En el caso griego es muy simple: el reglamento europeo
de mayo de 2013 impone a los estados miembros de realizar una auditoría
de la deuda si esta es insostenible y contiene irregularidades. Las
autoridades griegas deberían decir con la auditoría de la mano: hemos
vaciado nuestras arcas para cumplir con el vencimiento de algo más de
7.000 millones de euros antes del 30 de junio pasado, vosotros los
acreedores no habéis cumplido con vuestra palabra de desembolsarnos esa
cantidad, nuestra buena fe y buena voluntad se han terminado,
suspendemos los pagos.
¿Y eso no supondría el "Grexit" inmediato?
¿Por qué? ¿Qué tiene que ver?
El BCE probablemente habría rechazado no solo extender o elaborar un
nuevo rescate, sino que habría cortado las líneas de emergencia (ELA)
que mantienen vivos a los bancos helenos.
¿Usted cree
que lo que ha pasado estos últimos cinco meses no son suficientes
amenazas y chantajes? Han atacado con todo lo que tenían: no han hecho
ninguna concesión, han exigido devoluciones de deuda y las han obtenido,
han planteado más sacrificios que el Gobierno griego ha terminado por
aceptar, han rechazado que los bancos pudieran utilizar los títulos de
deuda griegos como colateral (títulos de baja calidad) para financiarse…
¿Podría haber pasado algo más? La mejor estrategia habría sido una
suspensión de los pagos de la deuda.
¿Y no cree que esa decisión habría supuesto el abandono inmediato del euro?
Es absolutamente reduccionista afirmar que o un país se queda en la
zona euro y paga su deuda a cambio de sacrificios o un país deja de
pagar y se sale de ella. No hay ninguna relación mecánica.
Todo indica que Grecia acepta las reformas de los acreedores a cambio
de una mención sobre la reestructuración de la deuda que aún está por
despejarse. ¿Le parece buen acuerdo?
No. Creo que una
reestructuración condicionada por medidas neoliberales es un mal
acuerdo. Hay que reducir la deuda y abandonar las políticas
neoliberales. Es el programa de Syriza. Es por eso que fue elegida. Y el
pueblo griego en un 61 % acaba de decir que no acepta las exigencias de
los acreedores. Pero también se sabe que los griegos son favorables a
quedarse en la UE y en el euro. Por eso me parece reduccionista decir
que reducir la deuda y acabar con las políticas neoliberales
desencadenaría el Grexit. Grecia debería ejercer un control verdadero de
sus bancos, ya que es el accionista principal de cuatro bancos griegos
que representan el 85 % del mercado bancario nacional. Grecia puede
crear una moneda complementaria en euros y no impresa, sino electrónica.
Así podría permitir los pagos en euros en el interior del país:
pensiones, salarios de los funcionarios, ayuda humanitaria… todo con
dinero electrónico. Y la gente con esa misma moneda electrónica podría
pagar los impuestos, la comida, los medicamentos, etcétera. Hay varias
propuestas concretas que viajan en ese sentido. La pregunta es si el
Gobierno lo hará o no.
Permítame insistir en el Grexit en
caso de suspensión de la deuda. El BCE ya endureció en febrero las
condiciones de acceso de los bancos griegos a la liquidez en vista de
que por entonces podría no haber acuerdo.
No se puede
saber lo que habría pasado si el Gobierno hubiese adoptado una
estrategia más dura. O no afirmarlo por lo menos. Yo creo que si Grecia
hubiera adoptado una posición más dura en las negociaciones habría
obligado a los acreedores a buscar un acuerdo. Si el FMI no hubiera
recibido los 3.000 millones que recibió del país habría corrido a buscar
un acuerdo. Y si Grecia dijera ahora al BCE que no va a pagar los más
de 6.500 millones que le debe en julio-agosto, lo mismo.
Quizás Tsipras no lo hizo para no ser el primer gobernante de la Eurozona que no paga al BCE.
Ah, ¡aquí claro que entra el miedo lo desconocido! Por supuesto que hay
explicaciones racionales del comportamiento de Tsipras. Tsipras creyó
que los negociadores europeos estaban dispuestos a negociar, lo cual era
falso. El objetivo de la Comisión, de Angela Merkel, de Mario Draghi y
de Christine Lagarde es hacer creer que estaban dispuestos a negociar a
cambio de concesiones en forma de reformas del lado griego. Y al final
terminar diciendo: queremos más. La estrategia de los acreedores, hay
que reconocerlo, ha sido provechosa en el sentido literal del término,
puesto que Grecia ha abonado gran parte de sus obligaciones con la deuda
sin ninguna contrapartida. Lo que las autoridades europeas no han
conseguido es doblegar al pueblo griego ni que éste pierda confianza en
Syriza. En este último punto, las instituciones han fracasado. Pero a
nivel político europeo y con un enorme apoyo mediático, las
instituciones hacen creer a la gente que los griegos son intransigentes.
Cuando son ellos los intransigentes.
Parece que Tsipras
no seguirá su consejo de anular la deuda como recoge su auditoría
parlamentaria, pero al menos puede arrancar una mención a la
reestructuración.
No, repito: no será un buen acuerdo.
Si hay una reestructuración de la deuda no será suficiente. Las medidas
de austeridad continuarán y no habrá crecimiento económico en Grecia,
como ocurrió en 2012 [cuando ya hubo una quita de la deuda griega]. En
seis meses, ocho o en un año el problema de la deuda volverá como una
cuestión vinculada al fracaso neoliberal. Si nuestra auditoría no es de
momento una prioridad, no excluyo que ésta no vaya a serlo en un futuro
próximo.
¿Qué le pareció el cambio de Varufakis por Tsakalotos en el Ministerio de Finanzas?
Muy sencillo: Tsipras no quiere dar argumentos a la troika para decir
que es intransigente. No es una desautorización de Varufakis, sino un
gesto comprensible.
Eric Toussaint hizo una adaptación de la entrevista publicada por El Diario.es sin alterar de ninguna manera el fondo
El Diario.es
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