Entrevista al economista venezolano Manuel Sutherland "Venezuela ha protagonizado la fuga de capitales más grande en la historia de América Latina".
23/12/2014
Entrevista realizada por Mario Hernández (MH), al economista venezolano Manuel Sutherland (MS)
M.H.: Hoy
tenemos la visita especial de un compañero venezolano, Manuel
Sutherland, coordinador del Centro de investigaciones y formación
obrera, trabaja en la editorial de la Asociación latinoamericana de
economía marxista, donde es responsable de la editorial Ciencia Obrera.
Manuel Sutherland es economista egresado de la Universidad Central de
Venezuela, con estudios de posgrado en planificación del desarrollo e
ingeniería industrial. Es columnista de los periódicos Tribuna Popular y
Noticiero Industrial, de Mercado de dinero, publicación de Colombia y
España y El Aromo, de Razón y Revolución de Argentina, conocidos
nuestros porque en varias oportunidades han participado de nuestros
programas. Autor del libro “La alienación en el trabajo, la esclavitud
asalariada” y “¿Qué es la revolución socialista?”, libro que tiene la
intención de presentar en Argentina, esperemos que esto se concrete. Me
llamó la atención el subtítulo del mismo “crítica al reformismo,
progresismo, autonomismo, posmodernismo y populismo”, no dejó títere con
cabeza Manuel Sutherland que hoy nos acompaña.
M.S.: Primero gracias por la invitación al programa. El título es bastante crítico.
M.H.: Pretencioso aparte, ¿No?
M.S.: No,
es que en la República Bolivariana de Venezuela se habla mucho de la
revolución socialista y nadie sabe nada de eso. A quien me dio clases de
marxismo en la universidad le preguntaron en un foro con 1.500
personas, ¿Qué es la revolución socialista? ¿Cómo hacemos la revolución
socialista? Y mi ex profesora, respondió “yo no sé qué es el socialismo
ni cómo se hace ni cómo se construye, lo que hay que hacer es seguir a
la multitud, ustedes mismos salgan a la calle y exprésense”. Entonces yo
me dije, cómo puede ser eso, no puede ser una idea tan perdida, si tu
sales a la calle no puedes decir cualquier cosa. Entonces me dediqué a
este libro a partir de ese día.
La crítica al posmodernismo,
reformismo, autonomismo, en Venezuela es muy importante, no sé qué tanto
lo será en Argentina, el asunto es que hay una negación a hacer la
revolución socialista, hay una negación del proletariado, hay una serie
de dispersiones y de falacias que atrasan al proletariado y lo desvían
de su lucha.
El libro trata de recentrar
la necesidad de que la clase obrera protagonice la revolución socialista
a través de un partido, una unión de partidos, un frente, y que
fundamentalmente destruya el poder económico y político de la clase
capitalista para construir una economía alternativa.
M.H.: Hace
10 días estuve en la ciudad de Resistencia en el Chaco, presentando un
libro que publicamos en oportunidad de cumplirse el primer aniversario
del fallecimiento del Comandante Chávez, “Hugo Chávez y la revolución
bolivariana”, un libro que contiene una serie de ensayos, entre ellos de
Itsván Mézsàros, Modesto Emilio Guerrero, James Petras, Guillermo
Almeyra, Claudio Katz, Hugo Calello, Renán Vega Cantor, Ricardo Napurí,
Eduardo Lucita y Olmedo Beluche. Libro que tiene una dedicatoria al
Comandante Hugo Chávez Frías “por renovarnos la pasión y la fuerza para
seguir luchando por el socialismo”.
Presento este libro en el
Chaco y allí tengo una polémica referida a algunos de los temas que
entiendo abordas en tu libro, que no he leído, pero un poco me guío por
la reseña. Yo sostuve allí que el socialismo del Siglo XXI, propuesto
por el Comandante Hugo Chávez, no tenía que ver con los llamados
“socialismos reales”, me referí en particular al “socialismo” soviético,
pero también abordé Cuba, y allí tuve una fuerte discusión con algunos
compañeros.
En la provincia de Chaco hay
una fuerte tradición del Partido Comunista, con un arraigo muy fuerte
que ha dado inclusive lugar al surgimiento a una gran cantidad de
movimientos de trabajadores desocupados liderados por viejos dirigentes
juveniles del Partido Comunista. Allí se volvió a plantear la famosa
discusión acerca de la dictadura del proletariado, tema que veo que vos
trabajas, pero no sé en qué sentido lo haces. Allí una de las
presentadoras que se ve que militaba o era ex militante del Partido
Comunista me hablaba por abajo y en un momento le dije “te desafío a que
vayas a Cuba e intentes organizar un partido político independiente,
socialista, obrero, etc. A ver cómo te va”. Como te decía, no sé en qué
sentido lo planteas, pero me encuentro en la reseña con el concepto
“dictadura revolucionaria del proletariado”.
M.S.: Nosotros
en Venezuela venimos de la parte más confusa de la política en
Latinoamérica. Hay un mar de ideas comunistas, anarquistas, comuneras,
hippies, socialistas, hay un cóctel muy grande porque el gobierno
bolivariano llega al poder sin un partido, con un movimiento sumamente
diverso donde hay militares, ex militares, ex guerrilleros y una
izquierda heterogénea y, segundo, porque el gobierno gana con una
propaganda nacionalista y no socialista, no hay un programa, no hay
definiciones y no hay esos correlatos teóricos que pudieron haber en
otros sitios.
Lo otro es que cuando el
Comandante Hugo Chávez se declara socialista en el 2005, en el Foro
Mundial de Porto Alegre, habla del Socialismo del Siglo XXI pero nunca
se define qué es y eso da a miles de interpretaciones, miles de fórmulas
que algunas son lamentables porque dejan a la clase obrera en un papel
secundario y otras son abiertas negaciones del papel de la clase obrera
como dirigente del proceso revolucionario.
Cuando yo me refiero a
“dictadura revolucionaria del proletariado” polemizo con Luis Vitale que
es un economista investigador chileno que también estuvo en Venezuela
hace muchos años que dice que Carlos Marx jamás habló de la dictadura
revolucionaria del proletariado. Eso es fácil de criticar y refutar
porque en Crítica al Programa de Gotha, que es una carta que Carlos Marx
escribió en 1875 y Federico Engels dejó guardada durante 15 años, habla
que entre la etapa socialista, basada en el comunismo de los bienes, y
la etapa capitalista hay una etapa de transición que es la dictadura
revolucionaria del proletariado.
Los soviéticos tuvieron otra
interpretación, dijeron que el socialismo era la etapa de transición
antes del comunismo y que era un Estado muy grande propietario de los
medios de producción. Carlos Marx nunca dijo eso, y en “Los Manuscritos
Económico-Filosóficos de 1844”, también habla de que después del
capitalismo viene el socialismo como comunismo de los bienes. Luego de
la experiencia de la Comuna de París en 1870, Carlos Marx se da cuenta
que inmediatamente que se tome el poder va a haber una resistencia
brutal de la burguesía, que va a tratar de restaurar a sangre y fuego el
régimen capitalista, entonces en esa etapa se necesita una dictadura
revolucionaria del proletariado que aplaste los intentos burgueses que
quieran restaurar el régimen de explotación y que puedan empezar a
construir desde un país el proceso que pueda llevar hacia el socialismo a
todo el mundo, porque el socialismo tiene que ser internacional, no se
puede realizar en un solo país, aunque se puede empezar a construir, por
eso es que trato de rescatar el concepto de “dictadura revolucionaria
del proletariado”, para reivindicar una necesidad histórica de la clase
obrera.
M.H.: Acá
también en esta reseña de tu libro ¿Qué es la revolución socialista?,
haces especial hincapié en el posmodernismo al que denominas “El campo
de lo antirrevolucionario de izquierda” junto con algunos conceptos
fuertes como: “con sus eunucos hijastros, consumismo, autonomismo
moderno y anti partidismo”. Me interesa especialmente que te refieras a
este tema porque si bien nosotros pasamos por ese momento político,
estamos cercanos a cumplir un nuevo aniversario de los acontecimientos
del 19 y 20/12/2001, donde con posterioridad este concepto del anti
partidismo, del autonomismo, del “que se vayan todos” tuvo un fuerte
arraigo en los sectores de vanguardia de nuestro país y aún hoy lo tiene
aunque en menor medida. Me gustaría que profundices un poco sobre estos
aspectos en la realidad actual de Venezuela.
M.S.: En
cuanto a la cuestión de la “post-modernidad” yo soy sumamente duro,
incluso utilizo el lenguaje más despectivo, sin vulgaridades, pero trato
de ser lapidario y drástico. Como una especie de estilo en lo que es la
dispersión, la traición y la confusión de la izquierda académica
estéril, es capaz de protagonizar el mismo proceso de cambio que trata
de meter esa ideología en la clase obrera y, sobre todo, en la pequeña
burguesía con intenciones anti capitalistas.
La post-modernidad en
Venezuela ha calado mucho porque tiene discursos que son muy atrayentes
para el joven de ingreso medio, por decirlo de alguna manera, y tiene
discursos como la liberación de las drogas, la libertad total, no
hacerle caso a nadie, es como una revisión del Mayo Francés de 1968,
pero de una manera más académica y más confusa, entonces se plantea que
la realidad es un discurso, y si la realidad es un discurso todos
decimos discursos y la verdad como tal no existe, entonces si la verdad
como tal no existe las cuestión es qué discurso pueda ser más bonito o
más alegre, entonces la poesía entra en ese terreno. En la posmodernidad
es tan válida una fórmula científica que pruebe la gravedad como un
poema, entonces ahí entra un relativismo profundo en el cual los obreros
pueden ser o no explotados, todo depende del punto de vista. Entra un
relativismo profundo que dice que la clase capitalista puede ser
reaccionaria o puede ser progresiva y, generalmente, ese discurso trata
de llevarnos a la conclusión de que todo intento revolucionario es
estéril, que va a terminar en una dictadura totalitaria y va a frustrar
las individualidades y los intentos de cambio de cada persona.
Yo combato esa teoría porque
estoy absolutamente seguro de que es absolutamente necesaria la
revolución socialista que, siendo sincero, necesariamente es un hecho
autoritario, porque aunque el 99% de la población esté de acuerdo, la
burguesía, la clase capitalista, va a estar en desacuerdo de que se
socialicen sus bienes mal habidos y que se reorganice la economía a
través del desarrollo de fuerzas productivas que conlleven a salarios
mucho mejores, a la seguridad social y al fin de la explotación del
trabajo privado.
“Un puño pega más que 5 dedos” (Lenin)
M.H.: De
alguna manera Manuel rescata en el buen sentido, tradicional y clásico,
el “Programa de Gotha, y los Manuscritos de 1844”, dos lecturas que
recomiendo a nuestros oyentes respecto del conocimiento de lo que puede
ser la mejor teoría marxista. También comparto tus críticas al
autonomismo.
M.S.: Ese
tema se me pasó, pero en cuanto al autonomismo, la clase obrera
necesita una organización sólida que pueda juntar las potencialidades,
las individualidades y convertirlas en un solo núcleo que pueda luchar
contra un poder centralizado y organizado de manera jerárquica. Lenin
decía “un puño pega más que cinco dedos”, nosotros podemos ser miles de
personas en las calles pero si no tenemos una dirección, un objetivo,
una unidad y una articulación, la policía, el ejército y las mafias
siempre nos van a derrotar aunque nosotros los superemos en número.
Lamentablemente es totalmente
cierto que hay partidos que son una desgracia, que se reivindican
marxistas de izquierda y son un fraude y engañan a la gente. Pero el
problema no es el partido, sino las personas que lo dirigen y
transformarlo en un instrumento para colocar el fascismo o para colocar
la revolución socialista, o para garantizar la dictadura del capital
bajo las relaciones sociales de producción burguesa.
La cuestión del autonomismo
es que trata de dispersar la fuerza, la fragmenta, la rompe y la idea es
hacer todo lo posible por la unidad de la izquierda, porque juntos
somos más, y eso es lo que nos puede permitir asaltar el poder y ser una
verdadera alternativa para la clase obrera que todavía no lo somos.
M.H.: Aquí hemos polemizado arduamente en aquellos primeros años 2000 con John Holloway.
M.S.: Que escribió “Como cambiar el mundo sin tomar el poder”.
M.H.: Claro,
amigo personal, con el que hemos polemizado fuertemente justamente a
partir de ese libro que tuve la oportunidad de debatir antes que se
publicara. Personalmente rescato al John Holloway de las décadas de 1970
y 1980, cuando hacía los estudios sobre el movimiento obrero, sobre las
formas en que el movimiento obrero fue perdiendo el poder, sus escritos
sobre el poder del trabajo, que inclusive he utilizado en mis
elaboraciones políticas y teóricas. Otro personaje que influye, aunque
no tanto como John Holloway, fue Toni Negri, que también estuvo aquí por
aquellos años.
M.S.: “Multitud” e “Imperio” son dos libros que en Venezuela también han tenido mucha influencia.
M.H.: Inclusive
recuerdo que dio una conferencia en la fábrica recuperada,
“Grisinópolis”. Aprovecho para consultarte la situación de las fábricas
recuperadas en Venezuela.
El gobierno ha nacionalizado empresas pero no le ha dado el protagonismo a la clase obrera
M.S.: Puedo
comentar algunas cosas en relación a eso porque mi segundo trabajo como
economista fue como Director Nacional de las empresas recuperadas en el
Ministerio de Industria Ligera y Comercio (MILCO), donde me tocó ir a
la primera empresa formalmente recuperada de Venezuela durante el
período bolivariano que fue VENEPAL, una fábrica de papel, que se
convirtió en INVEPAL, quizás la segunda empresa de papel más grande de
América que tenía unos 2.000 obreros.
El patrón se comprometió con
el golpe de estado junto con otras figuras burguesas en el 2002/2003, el
paro sabotaje petrolero y el Golpe de Estado del 11/04/2002, al
Comandante Hugo Chávez, esa empresa tiene un papel protagónico, cierra y
los trabajadores se quedan con la boca abierta y sin ninguna
posibilidad de prestaciones sociales ni de recuperar los salarios
perdidos, el patrón se va a Miami y deja a los obreros con la empresa
vacía y con la intención de rematar las máquinas. Cuando los obreros se
dan cuenta de eso impiden el remate, toman la empresa y empiezan a
tratar de empujarla.
Digo que es la empresa
recuperada más grande en Venezuela, que se convirtió en INVEPAL, pero
tuvo muchos problemas después porque el gobierno decidió poner un
militar a dirigirla y tuvo muchos problemas con los obreros y además
necesitaba una inversión de millones de dólares que tampoco se hizo y
dificultó mucho la cuestión de la autogestión.
En la República Bolivariana
de Venezuela hay algunas empresas auto gestionadas pero,
lamentablemente, son pocas aunque hay empresas que ha tomado el gobierno
pero no le ha dado el protagonismo a la clase obrera que debería y ha
habido casos de corrupción, no de los obreros porque han estado lejos de
la administración, pero sí de parte de una elite burocrática y militar que se ha aprovechado de las empresas y las ha tirado abajo lamentablemente.
Creo fundamental el trabajo
de la Universidad Bolivariana de los Trabajadores y hacer
investigaciones que demuestren que la administración obrera no es la que
ha quebrado esas empresas, que es lo que se dice, sino la avaricia y
usura de algunos burócratas y militares que se han apropiado de esas
empresas y las han usado como caja chica.
Nosotros apoyamos todas las
empresas que están en autogestión, con todo lo que podemos ayudar, pero
sabemos sobre las limitaciones en un mundo capitalista donde compiten de
forma desleal con las grandes transnacionales al tener salarios
miserables, violar las leyes laborales y cuando una empresa se recupera
tiene la dificultad del acceso a créditos, a capital, de los
proveedores, de las compras y en Venezuela ha sido muy difícil ese
proceso.
M.H.: También
aquí en Argentina podemos constatar situaciones similares a las que
estás señalando. Te pido que hagas un comentario sobre la economía
venezolana antes que termine el programa.
En Venezuela la burguesía ha desarrollado una forma de acumulación fraudulenta
M.S.: Todo
lo que dice el canal de televisión TN sobre la República Bolivariana de
Venezuela es mentira, igual que el diario La Nación y demás medios por
el estilo. Es totalmente falaz, es una caricatura de lo que realmente
está sucediendo. En la República Bolivariana de Venezuela no hay una
crisis económica debido a que el gobierno presione, persiga o extorsione
a la burguesía, sino porque básicamente la burguesía ha desarrollado
una manera de acumulación fraudulenta y rapaz y se ha protagonizado la
fuga de capitales más grande en la historia de América Latina, en cuanto
a porcentaje.
Lo que sucede en la República
Bolivariana de Venezuela es la fuga de capitales, la fuga de dólares
fundamentalmente, eso se da junto o a través de la importación
fraudulenta con el control de cambios. En Venezuela, desde el 2003 al
2013 se han fugado más de 150.000 millones de dólares, eso equivale al
50% del PIB y hace que la moneda venezolana siga perdiendo valor, se
deprecie y lamentablemente el gobierno no ha estatizado el comercio
exterior, que es lo que como marxistas proponemos, la estatización de la
banca y del comercio exterior, sino que ha respondido haciendo
emisiones monetarias inorgánicas, es decir, imprimiendo más dinero,
presionando sobre los precios y que haya inflación.
El problema no es que falten
dólares, los dólares sobran, el problema es que la burguesía al tener un
diferencial cambiario tan favorable, porque el oficial está en 6 y en
12 bolívares pero el dólar paralelo esta en 180 bolívares, eso hace que
los empresarios importen fraudulentamente cosas que nunca llegan al
puerto, importan cajas vacías, conteiner con piedras, pero el dinero se
liquida efectivamente.
Si ves las importaciones del
año 2012 fueron por 77.000 millones de dólares, las importaciones de
2003 fueron por 21.000 millones, con la quintuplicación de las
importaciones era para que toda la economía venezolana esté llena de
mercancías, de autos y los precios bajando, pero sucedió lo contrario,
el dinero se ha liquidado pero se ha fugado del país, esa fuga de
divisas hace que en la República Bolivariana de Venezuela haya una
escasez importante porque esas mercancías no llegan y esa escasez
presiona los precios hacia arriba, lo que hace que por segundo año
consecutivo haya la inflación más alta del mundo, lo que destruye los
salarios obreros y nos pone a nosotros en una perspectiva dramática.
Para nosotros, la solución
para terminar con este problema no es la devaluación, ni los paquetes,
los ajustes macroeconómicos ni nada de eso, las soluciones son
revolucionarias, primero estatizar la banca, segundo estatizar el
comercio exterior y ni un dólar más a la burguesía que ha fugado,
estafado, ha hecho de todo con nuestro dinero, tercero construir un
sistema de salud pública, de transporte público y cuarto la negación al
pago de la deuda externa que nos está matando.
La República Bolivariana de
Venezuela es el país con mayor riesgo país en el mundo, tiene más de
1000 puntos lo que hace que paguemos 10% más que la Reserva Federal a 30
años y hace que entre 5.000 y 6.000 millones de dólares se paguen
anualmente en intereses. Hay bonos de la República Bolivariana de
Venezuela que rinden hasta 20% anual lo cual es simplemente un drenaje
de la renta petrolera, una estafa y nos está llevando a una crisis
tremenda. Si se toman estas medidas que proponemos se puede salvaguardar
el salario obrero, los beneficios sociales de los trabajadores y se
puede ir hacia adelante. Si no se toman la situación crítica puede
empeorar y se nos viene la noche.
Comentarios
Publicar un comentario
Los que envían los comentarios son responsables del contenido.