Julio Escalona tiene razón.
El Comandante Julio Escalona, libre de "estado general de sospecha",
hace una advertencia que compartimos. Dice en su artículo del 9 de
septiembre en Últimas Noticias: "Soy solidario con el presidente
Maduro. Debilitarlo es grave. El sacudón llegó un poco más allá de
donde la relación de fuerzas lo permitía".
La opinión de Escalona se debe tomar en cuenta, él está fogueado desde
hace demasiados años en las luchas revolucionarias, tiene experiencia
política, credenciales que lo autorizan para aportar orientaciones en la
marcha hacia el Socialismo.
Analicemos lo que Julio Escalona escribe en el primer párrafo de su artículo y saquemos de allí enseñanzas: "Soy solidario con el presidente Maduro". En
esto lo acompañamos, sabemos que la suerte del Presidente Maduro será
la suerte de todos nosotros, de los venezolanos y de, sin exageraciones,
toda la Humanidad necesitada de un ejemplo, de una ruta que la libere
del capitalismo.
Continúa Escalona: "Debilitarlo es grave". En esto también lo acompañamos, y añadimos que más grave aún es que él se debilite. Explicamos:
la fortaleza del Presidente Maduro está en el Socialismo, en el legado
de Chávez; apartarse de ese rumbo (como lo está haciendo), entregarse a
las aguas de la socialdemocracia y de la burguesía es la mayor fuente de
debilidad. Hacer del Socialismo un discurso huero es más grave
que cualquier otra metida de pata, que cualquier error, esa conducta
confunde a la masa y debilita al gobierno.
Y finalmente, Escalona nos ofrece el centro de su pensamiento: "El sacudón llegó un poco más allá de donde la relación de fuerzas lo permitía". Aquí hay mucho material para la reflexión. Veamos.
Si ese sacudón es lo máximo que la relación de fuerzas permite se debe
concluir que algo muy grave está pasando en la Revolución, que disminuye
el apoyo de las masas de manera acelerada y a niveles de una debilidad
peligrosa. Entonces, la discusión importante es ¿qué está debilitando a
la Revolución, a niveles tales que no le permite sino un parto de los
montes, parir un pequeño ratón, cuando se presagia un Himalaya?
La primera precisión es que el debilitamiento se da, comienza,
inmediatamente después del asesinato del Comandante Chávez, allí se debe
empezar el estudio de los errores, de los extravíos.
Después del asesinato de Chávez el gobierno se repliega,
abandona la lucha contra la burguesía, no responde al golpe sufrido con
el magnicidio. La masa en la calle y la dirección sólo atinan a
compadecerse, al luto, no hay orientación política de aquella energía
que conmocionaba al país. La fuerza de la Revolución comienza así el
camino de la mengua.
Después vamos a una elección burguesa que gana la Revolución con un
vergonzoso porcentaje, se evidencia que el camino de la conciliación,
del abandono del Socialismo, no daba fruto. Desde ese momento hasta aquí
se ha profundizado, de mil maneras, el alejamiento del legado de
Chávez, el camino socialista. La desaparición del Comandante,
físicamente, pero también políticamente, ha sumido a la masa en el
desencanto, la desmoralización. Ahora la masa se transformó en la suma
de náufragos que luchan cada uno por su sobrevivencia, se perdió el
sentido colectivo, no hay razones sagradas que la fusionen, la ética
capitalista cubre a la sociedad. He allí lo que Julio Escalona detecta,
es la obra de escasos meses de camino equivocado, se impone RECTICAR.
Otra reflexión: ¿Cuándo hay relación de fuerzas favorable para el avance
revolucionario?, ¿cuándo hay condiciones revolucionarias? La Revolución
crea sus propias condiciones a medida que avanza. Cuando la Revolución
se detiene, con el argumento de que no hay condiciones, está decretando
su fin, se está suicidando.
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