El Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) no es igual a Hamás, sin importar lo que diga Israel.
El Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) no es igual a Hamás, sin importar lo que diga Israel
The National
Traducido del inglés para Rebelión por J. M. |
El cínico intento de Israel de igualar al EII con Hamás, desafía la propia realidad. Foto: Thomas Coex/AFP
Una
imagen vale más que mil palabras y esto es probablemente lo que los
partidarios de Israel esperaban con su último anuncio en el New York Times.
Dos
fotografías se presentan, una a lado de la otra. En una, titulada EIIL,
está la ahora imagen icónica de un arrodillado James Foley, custodiado
por un verdugo con capucha negra, en espera de su terrible destino. La
otra, titulada Hamás, es una escena de Gaza, donde un asesino
enmascarado de manera similar está parado al lado de dos víctimas, que
se encogen de miedo.
Un titular diciendo "Este es el rostro del
Islam radical" trata, al igual que las imágenes, de equiparar las dos
organizaciones.
Hemos escuchado esta orientación en varias
ocasiones, desde que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu,
tuiteó "Hamás es EIIL" después de que el video de la decapitación de
Foley salió al aire. La semana pasada, en un discurso dirigido a la
familia de Steven Sotloff, última víctima de EIIL, llamó a Hamás y a
EIIL "tentáculos de un terrorismo islamista violento".
La
representación de Netanyahu de Hamas e EIIL, o estado islámico, como
"ramas de un mismo árbol venenoso" es una parodia de la verdad.
Los
dos tienen proyectos políticos totalmente diferentes, de hecho,
opuestos. EIIL quiere volver a una supuesta era de dominio islámico
puro, el califato, cuando todos los musulmanes estaban sujetos a las
leyes de Dios (la sharia). Dado que los musulmanes se encuentran
actualmente en todos los rincones del mundo, la implicancia es que el
EIIL busca, en última instancia, la dominación del mundo.
Los
objetivos de Hamas son decididamente más modestos. Nació y continúa como
un movimiento de liberación nacional, tratando de crear un Estado
palestino. Sus miembros pueden estar en desacuerdo sobre los límites
territoriales de ese Estado, pero incluso el más ambicioso no espera más
que las fronteras históricas de una Palestina que existían hace unas
décadas.
EIIL pretende barrer Palestina y todos los demás estados árabes de la región.
Esa
es la clave para la interpretación de los muy diferentes, si igualmente
brutales, acontecimientos representados en las dos imágenes.
EIIL
mató a Foley vestido con mono naranja al estilo Guantánamo, puramente
como espectáculo, un mensaje gráfico al mundo de su amenazante agenda.
La crueldad de Hamas estaba dirigida a aquellos de Gaza que colaboran
con Israel, lo que socava cualquier esperanza de liberación palestina de
la ocupación de Israel.
La ejecución extrajudicial de los
colaboradores puede resultar desagradable, pero tiene una larga
tradición entre los movimientos de resistencia que luchan las guerras
asimétricas. Los militantes entre los revolucionarios marxistas de
América Latina y los nacionalistas católicos de Irlanda, así como la
resistencia de los aliados en la Europa nazi y la resistencia judía
contra los británicos en Palestina, no tenían ni un musulmán en sus
filas pero castigaban brutalmente a quienes los traicionaban.
EIIL
reportó que 20.000 soldados de a pie han tomado rápidamente franjas de
Irak y Siria en una campaña criminal e intransigente contra todo aquel
que rechaza no sólo el Islam sino además su interpretación específica
del mismo.
Hamas - dividido entre facciones políticas y
militantes - se ha mostrado pragmático y responsable ante el público
palestino. Ganó las últimas elecciones nacionales, en 2006, y después de
su reciente lucha contra Israel en Gaza es, con mucho, el movimiento
palestino más popular.
A pesar de estar en control de Gaza desde
hace ocho años, no ha implementado la sharia ni tomó a la comunidad
cristiana como objetivo de sus ataques. En cambio ha formado
recientemente un gobierno de unidad con sus rivales políticos seculares
en Fatah, y ha estado más que dispuesto a negociar con Israel.
Según
los informes, el líder de Hamas, Khaled Meshal se ha unido a Mahmoud
Abbas, el líder de la Autoridad Palestina, para exigir el Estado
palestino más diminuto posible, dentro de las fronteras de 1967.
La derecha fundamentalista de Netanyahu es la que se niega a negociar con Hamas o Abbas.
Igualando
un movimiento de resistencia popular como Hamas con el EIIL, Netanyahu
ha dejado pegados a todos los palestinos con los extremistas islámicos
sanguinarios. Y aquí llegamos a la verdadera meta de Israel queriendo
equiparar los dos grupos.
La comparación de Netanyahu tiene un
paralelo reciente. Inmediatamente después de los ataques del 9/11 en los
EE.UU., Ariel Sharon hizo una equivalencia similar entre al-Qaeda y el
fallecido líder palestino Yasser Arafat.
Funcionarios de
inteligencia de Israel, incluso llamaron a la destrucción de las Torres
Gemelas de un "milagro de Hanukkah", una opinión compartida por
Netanyahu años más tarde, cuando describió el ataque como beneficioso,
añadiendo que había "movido a la opinión pública norteamericana a
nuestro favor".
Todos ellos entendieron que el 11.09 había
replanteado el debate sobre lo que habían inspirado los acuerdos de Oslo
sobre la necesidad de un Estado palestino en vez de una entidad que
gire alrededor de un eje del mal –terrorismo– en Oriente Medio.
Sharon
se deleitaba en llamar a Arafat el jefe de una "infraestructura del
terror", justificando el aplastamiento de Israel a la segunda intifada.
Del
mismo modo, los esfuerzos de Netanyahu están diseñadas para
desacreditar a todos - no sólo la variedad Islámica – los movimientos de
la resistencia palestina a la ocupación israelí. Tiene la esperanza de
ser el socio silencioso en la nueva coalición de Barack Obama en contra
del EIIL.
Aaron David Miller, asesor de varios gobiernos de
Estados Unidos en las negociaciones entre israelíes y palestinos,
advirtió en la Política Exterior de la semana pasada que el crecimiento
del EIIL supondría un serio revés para las esperanzas palestinas de
tener un Estado - un punto casi dejado de lado por las muchas mayores
por la creación del EIIL, que la difícil situación de los palestinos
expresada por los delegados de la Liga Árabe en la reunión de esta
semana en El Cairo.
Se vio en un show de la televisión israelí
cómo Netanyahu espera seguir Sharon en explotar esta oportunidad, cuando
la inteligencia israelí reveló un supuesto complot de Hamás para lanzar
un golpe contra la Autoridad Palestina.
El interrogatorio de
funcionarios de Hamas, sin embargo, sólo mostró que se estaban preparado
para la posibilidad de la finalización del gobierno de la Autoridad
Palestina en la Ribera Occidental, ya sea a través de su colapso bajo la
presión de Israel o a través de una entrega de llaves por parte de un
Abbas desilusionado de Israel.
Pero habladurías de golpes de
estado de Hamas fueron fusionadas con otras suposiciones, incluso
historias más salvajes, como declaraciones de la semana pasada del
ministro de Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman afirmando que se
habían formado células de EIIL en Cisjordania y dentro de Israel. El
Ministro de Defensa Moshe Yaalon subrayó esta narración cuando
apresuradamente calificó al EIIL como una organización "proscrita".
Todo
esto alarmismo está diseñado tanto para socavar aún más el gobierno de
unidad palestina entre Hamas y Fatah, como para impedir sancionar la
conducta de Israel por pintar un cuadro donde Israel se posicionó
después del 9/11, en la primera línea de una guerra contra el terrorismo
global.
"Las demandas de Israel para una continua presencia
israelí [en Cisjordania] y para prolongar un período de suspensión de la
retirada, sólo se endurecerán aún más", escribió Miller.
En
realidad, Israel debería compartir una causa común con los líderes
palestinos, de Fatah y Hamas, en contra del EIIL. Pero, como siempre,
Netanyahu renunciará a los intereses a largo plazo de su país para
obtener una ganancia a corto plazo en su guerra sin cuartel por mantener
a los palestinos sin estado.
Jonathan Cook ganó el Premio Especial Martha Gellhorn de Periodismo. Sus últimos libros son
Israel and the Clash of Civilisations: Iraq, Iran and the Plan to
Remake the Middle East” (Pluto Press) y “Disappearing Palestine:
Israel’s Experiments in Human Despair” (Zed Books). Su página de
internet es www.jonathan-cook.net
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