Las bisagras del fascismo.
Las bisagras del fascismo
1. Cinco bisagras amarradas
El
“faschio” no es como observamos en otro artículo ni un movimiento
aristocrático llevado por el comando inmediato de las clases dominantes,
ni es un fenómeno que se desata en forma evidente desde un primer
momento. Se trata de una realidad política extrema que se construye en
la misma medida en que determinados hechos bien manejados en el
inconsciente colectivo van generando los odios sociales necesarios como
para que un grupo muy reducido políticamente pueda, primero absorber a
un liderazgo socio-político más vasto ligado a las tendencias
democráticas de la derecha política, y luego extenderse hacia zonas
sociales mucho más complejas, apegadas al individualismo y el consumo en
nuestro caso, pero con demandas legítimas no cumplidas, hasta llegar a
las propias clases trabajadoras.
Efectivamente desde el 12 de
febrero una fracción fascista dentro del movimiento estudiantil ligado a
la oposición y en particular al partido Voluntad Popular, logra tomar
el liderazgo con las acciones previas desatadas en Táchira y Mérida,
hasta reventar en Caracas con los hechos de sangre sucedidos ese día.
Los disparos provienen de agentes del Sebin hasta donde se sabe,
oscureciendo aún más la situación dejando en el limbo quien fue el que
armó directamente esa matanza. Lo cierto es que se desata una violencia
generalizada que es rechazada en un primer momento por la mayoría de la
oposición, pero como típico movimiento fascista insiste en ella hasta
lograr el saldo de suficiente de tensión y confrontación como
para amarrar su primera bisagra: la mayoría del conjunto de la oposición.
Este
paso dado fundamentalmente por Capriles y M.C Machado en esta semana,
pareciera recomponer una unidad que pudo haberse resquebrajado desde el
momento en que por lo visto Leopoldo López se “tragó el semáforo” y tiró
un plan conspirativo adelante tratando de robarse el liderazgo al resto
opositor, algo que estaría pensado para momentos más críticos
económicamente previsibles entre Mayo y Junio. El extremismo
reaccionario y anticomunista de grupos incubados en las clases medias
altas, su violencia guarimbera, sus asesinatos propios, y la efectiva
provocación a una Guardia Nacional acostumbrada a ser el órgano
represivo de Estado por excelencia, crea un saldo suficiente en sangre
como para que ella empiece a extenderse socialmente y obligue a la
oposición a adelantar su plan conjunto. Solo Henry Falcón con
aspiraciones presidenciales posteriores titubea jugando al centrismo y
aceptando el plan de paz de Maduro de manera condicionada.
Con ello logran amarrar la
segunda bisagra: la identificación de vastos sectores de clases medias
con las acciones que empiezan a ser interpretadas como de “protesta
nacional” contra este “régimen” culpable de mucho de sus males: inseguridad, desabastecimiento, inflación, etc.
La
espiral que avanza desde el 12 logra dos cometidos fundamentales que
son acompañados por otras tres de fundamental importancia. Primero
logran en el caso del Táchira una verdadera rebelión de masas bajo un
liderazgo totalmente fascista o uribista que es lo mismo, como es el
caso de Daniel Ceballos alcalde de San Cristóbal. Esta rebelión les
permite ir amarrando una tercera bisagra imprescindible: presentarse
como una protesta con capacidad de control territorial.
Punto
básico para garantizar a los agentes encubiertos fuera y dentro del
Estado, militares y civiles, que puedan estar previamente comprometidos
con la conspiración o atraídos por ella en la medida en que se van dando
los hechos, empiecen a sentir que ha llegado el momento y puedan ir
armando las condiciones necesarias para acercarse a una de las metas
primordiales exigidas por los gringos: mediante un golpe acompañado
por la acción paramilitar, dasatar la guerra civil o una confrontación
mucho mas amplia y violenta que permita crear las condiciones para una
negociación de derrota al gobierno de Maduro. Los tiempos y condiciones
de esta cuarta bisagra no deben estar todavía definidos por el
“forze” de los acontecimientos, pero las palabras de Capriles al definir
este gobierno como “moribundo” transparentan perfectamente que el
propósito va en vías de acuerdo y de sumar actores.
Este
proceso en avance en los últimos días logra hacer de Venezuela un punto
de atracción mundial con lo cual como ha quedado en evidencia, agencias
de noticias internacionales de gran poder como CNN o France Press,
empiezan a jugar su parte central dentro de los hechos, manipulando,
tergiverzando, utilizando la buena o la mala fe de actores dentro del
conflicto. Su poder no solo vale para el radio de influencia que manejan
sino que se alimenta y a su vez nutre todo un universo mediático que
tiende hacia la multiplicación indetenible de verdades, mentiras y
manipulaciones, pero siempre en la línea de la “protesta nacional”
protagonizada por las redes sociales mediáticas. Momento en que entran
en juego los agentes vendidos del espectáculo liderizados por Ruben
Blades y todo un universo de “artistas” que expresan su solidaridad por
el “pueblo venezolano”. Es la quinta bisagra mediática y espectacular que hasta los momentos si no ha convencido del todo ha alarmado al mundo entero,
empezando a ubicar a Venezuela al lado de Ucrania, cuyos desenlaces de
caída de gobierno y llamado a elecciones en un clima totalmente
favorable a los intereses imperiales gringos y europeos, sería uno de
los escenarios preferibles a repetir en Venezuela.
Armando las
piezas necesarias como para cerrar este conjunto de bisagras el
fascismo, es decir, el odio activo y politizado hacia todo lo que
intente cambiar el orden estructural y de valores en que se soporta una
sociedad, podemos decir que el “fascio” comienza a abonar el terreno
para ir cerrando al menos tres de las últimas jugadas que les falta en
este momento: el pronunciamiento a favor de la alta burguesía indecisa
en estos momentos por las fabulosas ganancias que ha tenido en los
últimos años a nivel bancario y los monopolios de importación. El apoyo
mundial explícito de los centros imperiales que acompañan a los EEUU,
particularmente de a Comunidad Europea. Y finalmente, el más importante
de todos, el acompañamiento de sectores mas pobres de las clases
subalternas castigados por la crisis económica, hecho que ya se ha
presentando en algunas ciudades como San Cristóbal y Maracaibo, en
combinación con bandas de delincuencia, narcotráfico y contrabando.
Mientras
tanto toda esta situación constituye una burbuja en aumento que en
cualquier momento puede desatar situaciones no previstas en las agendas
de nadie y acelerar los acontecimientos. Lo cierto es que esto ocurre
entre tanto con el concurso de una clase media miedosa como siempre pero
que se siente cada vez mas identificada con la “protesta”, “faschio”
propiamente, las agrupaciones de la ultraderecha fascista, aprovechan
para tomar terreno en su violencia local y terriblemente agresiva contra
todo lo que simboliza una comunidad que se libera y autoorganiza y que
en nuestro caso siempre o casi se hace llamar “chavista”. Las agresiones
en el centro y occidente de Venezuela contra las empresas sociales
comuneras, los centros de acopio, de salud, las casas populares de
cultura, la unidades de transporte del Estado, que ni siquiera los
medios de Estado reportan por la línea de trabajo meramente
propagandística en que se estructuraron al son del poder burocrático en
aumento, son hechos que pueden desatar niveles de confrontación
superiores en una guerra de “pobres contra ricos” y de “pueblo en lucha
contra vanguardias fascistas”.
La situación puede forzar una
confrontación entre el “nosotros” y los “hijos de puta” en palabras de
Pancho Villa. No se ha llegado aún a este punto, al menos esta lejos de
generalizarse, pero estos en la medida en que cierran sus bisagran crean
las condiciones para hacerlo.
2. El gobierno, el pueblo
El
gobierno ha llamado al diálogo y la paz, tiene razón en principio. Pero
sus reflejos como estructura de gobierno que en su inmensa mayoría ya
perdió el sentido de pueblo para mas bien utilizarlo, movilizarlo a su
favor, clientilizarlo, hace lectura del diálogo hacia arriba. Con una
oposición y una burguesía cada vez mas cerca de decidirse por entero en
favor de la conspiración total. El gobierno lo interpreta como una
vuelta al 2002 y va sumergiéndose en la misma trampa en que cayó Chávez a
lo largo del 2002. Tuvo que venir un 13 de Abril y salir victoriosa la
resistencia al saboteo petrolero, para que los hechos y las palabras de
gobierno cambien hacia una puesta en claro de la diatriba política y
civilizatoria en que nos encontramos en este país. No se da cuenta
encerrado en su vida mediática y burocrática, dejando en la impunidad
total tanta corrupción y delito de cualquier orden, empezando por la
cantidad -centenares- de dirigentes populares asesinados, que estamos en
una situación muy distinta al 2002 a nivel social.
Si bien
reaparecen los agentes políticos de la derecha, esta vez el
“escualidismo” social no es solo una masa aterrorizada por la
manipulación mediática de que un loco comunista que llegó al poder te
quitará el apartamento, el carro y los hijos. Esta vez también hay una
masa harta de sectores medios y trabajadores que en cualquier momento
hace puente con sectores mas bajos, harta en general del atropello del
modelo corporativo-burocrático que reventó cantidad de alternativas
productivas en favor de los monopolios privados y de Estado y nos hunde
en un rentismo monopólico que ya no tiene con que financiar una sociedad
que demanda derechos al consumo y servicios públicos como nunca. Es con
esa base potencial y cada vez más real y no psicótica de la “protesta”
que tiene sentido “el diálogo”. Lo otro es sencillamente una negociación
política de paz donde obviamente si hay negociación que no sea una
payasada para la propaganda de ambos lados, es para que la derecha
empiece a retomar el poder de manera cabal, con poderes de Estado en sus
manos que exigirán hasta terminar de acabar con todo sentido
progresista de gobierno.
El diálogo con la clase obrera,
campesinos, comuneros, el traspaso inmediato de poder productivo y
distributivo al tejido organizado del pueblo en lucha, el plan de
emergencia productiva que incorpore a sectores privados pequeños y
medios, el fortalecimiento de su capacidad de la autodefensa, no es el
plan en este momento de gobierno cuyo discurso se centra en la
victimización de sí mismo y el desarme del movimiento popular. Y
mientras tanto sigue debilitándose y las demandas racionales medias
tienden a unificarse con el movimiento conjunto hegemonizado por los
sectores fascistas. En tal sentido, considero que esta muy claro el
plano que se viene dibujando: una situación donde la única y
verdadera salida es que lo elementos de contenido, progresivos, incluso
revolucionarios que están regados entre los laberintos de esta
“protesta” y mucho mas allá de ella, sean absorbidos lo más pronto por
una una vanguardia colectiva y revolucionaria que defienda la
democracia, la participación protagónica, la revolución social, como
única salida a la violencia fascista ya hegemónica. No hay demasiado
tiempo y así baje la intensidad del alzamiento fascista, este retomará
su curso con violencias superiores y el fortalecimiento de sus bisagras
al menos que el gobierno le negocie el alma, cosa que mucho vagabundo
metido entre sus oficinas y direcciones estaría fascinado; victoria para
la “paz” de sus bolsillos. Es allí donde la defensa y la protesta del
pueblo en lucha tiene que manifestarse con toda su fuerza, las razones
sobran.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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