La batalla de Venezuela.
La batalla de Venezuela
Hace poco más
treinta años Patricio Guzmán filmaba en Chile el triunfo de la Unidad
Popular, el apoyo del pueblo chileno a su presidente y la reacción
violenta de la burguesía que con sus armas económicas, mediáticas y
organizativas emprendió la batalla por el derrocamiento, no sólo de un
presidente sino de un proyecto de país soberano y popular. El presidente
Allende y su pueblo dieron la batalla pero, en la coyuntura de los años
70, la fortaleza del imperio estadounidense y de las burguesías
nacionales consiguió derrotarles. La opción golpista clásica, la de los
militares, la de los desaparecidos, la de las torturas y la del
exterminio, se impuso a los intentos desestabilizadores que requerían
más tiempo y una inversión económica mayor.
El contexto
internacional ha cambiado, especialmente el latinoamericano. La
resistencia de la revolución cubana que ha mantenido la antorcha de la
dignidad encendida ha sido recogida por otros gobiernos y otros pueblos,
entre ellos, Venezuela. Los proyectos soberanistas son, en estos
momentos, la piedra de toque del capitalismo. No son digeribles por un
sistema que se levanta sobre la necesidad de la explotación de clase al
interior de los Estados, y de pueblos y territorios más allá de las
fronteras nacionales. La acumulación por desposesión que se impone en
todo el orbe está encontrando la resistencia más firme en los proyectos
progresistas de América Latina.
El imperio estadounidense y sus
socios europeos han entrado en declive embarrancados en guerras
neocoloniales en oriente y el norte de África y sumidos en una crisis
económica cuya única salida es aumentar la explotación de sus clases
populares y la destrucción de capital mediante la guerra (a ser posible
externa). La experiencia chilena fue un aprendizaje también para el
imperio. Los golpes de Estado tienen hoy sonrisa Obama y marca “si se
puede”. Mientras, los socios europeos se debaten entre la necesidad de
rentabilidad de sus empresas mediante inversiones en el exterior y la
presión estadounidense para conseguir gobiernos afines a sus propios
intereses.
En este contexto y con esta correlación de fuerzas
existen importantes analogías entre el golpe de Estado en Chile de 1973 y
el golpe de Estado que se va gestando contra el gobierno bolivariano en
Venezuela y que tuvo su primer episodio en el 2002.
La
debilidad política, intelectual y de liderazgo de la burguesía
autóctona, y la determinación del pueblo venezolano para defender su
revolución, hicieron fracasar el golpe contra Chávez y recondujeron la
ofensiva imperial hacia los cauces de la desestabilización, el acoso y
el aislamiento.
La guerra por las conciencias, primera y decisiva batalla.
En
los años 50 Estados Unidos puso en marcha una gran operación de guerra
encubierta contra el comunismo. La CIA movilizó recursos económicos y
humanos que iban desde la desestabilización económica y golpes de estado
hasta la financiación y promoción de intelectuales, revistas,
congresos, periodistas. Si en América Latina se utilizó con mayor
profusión la vía desestabilizadora y militar en Europa fue la guerra
psicológica y cultural quien recibió más recursos económicos y humanos.
Intelectuales, académicos, escritores, periodistas, unos conscientes
otros sin saberlo, se pusieron al servicio de la causa de la “libertad y
la democracia” norteamericana. A menudo desde posiciones de izquierda.
América Latina y Europa en los años 50 y 60 eran un hervidero
transformador. Movimientos revolucionarios y liderazgo intelectual
actuaban en simbiosis hacia un horizonte compartido. Sin embargo, en
estos momentos mientras en América Latina siguen fluyendo las fuentes
revolucionarias en Europa parecen haberse secado. Una población europea
en estado de shock por las recetas liberales y una intelectualidad sin
liderazgo político y embarrancada en el postmodernismo han favorecido
que la guerra psicológica se centre en las corporaciones mediáticas que
han pasado a ser las principales abanderadas de la guerra contra
Venezuela.
Los medios españoles conforman la vanguardia de esta
guerra. Encontramos en ellos la ilustración perfecta, la imagen más
afinada de la propaganda de guerra en lengua castellana. Sus consignas,
su lenguaje, la unicidad de criterio, la combinación de argumentos
racionales y emocionales, la ocultación de datos, la interpretación
tendenciosa, la sobreadjetivación…. Un catálogo completo de técnicas de
manipulación que en los momentos electorales alcanzan su punto
culminante.
Algunas de ellas han sido desplegadas recientemente
al hilo de las elecciones municipales del 8 de diciembre. Unas
elecciones que han sido tratadas por los medios como si fueran
elecciones presidenciales, por la única razón de que los procesos
electorales han sido, hasta las elecciones del 14 de abril una de las
mayores fortalezas del proyecto bolivariano. A pesar de los 19 procesos
electorales desde que ganó las elecciones Hugo Chávez no ha habido
campaña electoral que no haya contado con el cuestionamiento del sistema
electoral y acusaciones sistemáticas y reiteradas de autoritarismo.
Los
sabotajes en el suministro de energía, el acaparamiento y
desabastecimiento de bienes de primera necesidad han sido parte de la
precampaña en casi todas las elecciones venezolanas. Desde finales del
2002 a principios del 2003 durante el paro empresarial, la cadena de
producción y distribución de alimentos más importante, Central
Madeirense, se sumó a las acciones de sabotaje, y las Empresas Polar
especializadas en productos elaborados –nueve de ellos de la canasta
básica- hicieron lo mismo. Desde entonces esta táctica ha sido empleada
para minar la voluntad popular en su apoyo a la revolución y para
desestabilizar la economía haciendo necesaria una intervención del
gobierno que posteriormente es tachada por todos los medios de
autoritaria. Así, en las medidas del gobierno venezolano para enfrentar
el sabotaje económico, los periodistas han visto las derivas
totalitarias del presidente Maduro supuestamente heredadas del
presidente Chávez. Ewald Scharfenberg , articulista de El País, nos decía que “La oposición marchaba contra la deriva autoritaria de Maduro”1.
Poco ha importado si la Ley Habilitante está contemplada en la
constitución venezolana, o si impone unos límites legislativos que no
están presentes en los famosos Decretos ley con los que lleva gobernando
Rajoy desde que llegó al gobierno del reino de España.
Sean cuales sean los resultados el “chavismo” siempre pierde las elecciones.
Cuando
se hace campaña por un candidato nunca se reconoce la derrota. Es el
primer mandamiento del catecismo mediático. En las elecciones del 14 de
abril que dieron la victoria a Nicolás Maduro, la oposición no reconoció
los resultados electorales a pesar del reconocimiento internacional y
de la fiabilidad del sistema electoral venezolano avalada también
internacionalmente. Los medios masivos convirtieron la victoria de
Maduro en una derrota en un doble sentido. Dieron más publicidad y por
tanto credibilidad a las declaraciones de la oposición que a las
autoridades venezolanas (muy diferente a lo que ha ocurrido
recientemente con las elecciones en Honduras) cuestionando la limpieza
del proceso electoral así como los resultados. Finalmente, cuando fue
inviable sostener el discurso de la oposición y las acusaciones de
fraude, la noticia no fue la victoria de Maduro sino la “pérdida de
votos del chavismo”.
En el caso de las elecciones municipales del
8 de diciembre los medios ya han bombardeado convenientemente a las
audiencias garantizando que sean cuales sean los resultados el
“chavismo” o el “oficialismo” –términos habituales de los periodistas
para descalificar la revolución bolivariana- ha perdido apoyos. Si se
pierde alguna de las alcaldías actuales los medios ratificarán su
consigna de “la falta de liderazgo de Maduro”, incluso se volverá a
insistir con la oposición “que carece de legitimidad” para ser
presidente o que y que la revolución no se sostiene sin Chávez. Si se
mantienen los resultados actuales significará que el proyecto
bolivariano no es capaz de avanzar entre la población y que no tardará
en retroceder. Si se ganan más municipios será el resultado de que las
medidas económicas “autoritarias de Maduro” han sido un “ardid
electoral” que ha funcionado.
Unos malos resultados para la
oposición siempre son justificados por los medios: ha sido una campaña
desigual, el “chavismo” ha contado con todos los aparatos del estado, se
han producido irregularidades, los medios de comunicación no han
apoyado suficientemente a la oposición, o se acusa al CNE de “laxitud
para sancionar las infracciones”2etc.
Sorprendentemente en un país donde el 80% de los medios son privados y
hacen campaña contra el gobierno se llega a decir que “con los medios
masivos plegados a la voluntad del presidente Nicolás Maduro. Todos
estos argumentos se manejan antes de las elecciones de forma que cuando
se conocen los resultados se puede echar mano de cualquier de ellos para
corroborar la propaganda bélica.
A diferencia de lo que ocurre
en cualquier país del planeta, en Venezuela, los medios europeos y
norteamericanos siempre han hecho campaña con y a favor de los
perdedores, es decir, de la oposición venezolana. Periodistas de El País
como Alfredo Meza o Miguel Ángel Bastenier se han esforzado
constantemente en demostrar que aunque “el chavismo” ganara, en realidad
había perdido. En estas elecciones nos ha dicho Meza que aunque la
oposición no tenga más alcaldías si hay poca diferencia respecto a los
chavistas Maduro se tendrá que enfrentar a un referéndum revocatorio de
su mandato3.
M.
A. Bastenier, otro de los habituales opinadores del Grupo Prisa, ha
coincidido con las editoriales de El País, las agencias como EFE, AP y
medios de ideología más conservadora y se ha centrado en los aspectos
económicos. No para denunciar los sabotajes, el acaparamiento, el
desabastecimiento etc. no, sus proyectiles han ido dirigidos a la
negación de la evidencia.
Frente a los datos económicos de
organismos internacionales como la CEPAL o el PNUD que han informado del
incremento de los flujos de Inversión Extranjera Directa en un 44% , de
la reducción de la pobreza en más de un 50%, de una tasa de desempleo
del 7,6%, del crecimiento de la economía venezolana en 5,7% , de ocupar
el puesto 47 de los países con índice de Desarrollo Humano alto y de ser
el país de América latina que presenta el menor porcentaje de
desigualdad y donde la inversión social se ha triplicado desde 1998;
frente a estos datos, Bastenier prefiere seleccionar aquellos que mejor
se ajustan a la imagen de caos y abismo económico que alimentan la
campaña desestabilizadora. Para él sólo existen los datos de la
inflación, la evasión de capitales, la corrupción y la violencia, cuatro
patas ya clásicas de las campañas electorales contra el proceso
bolivariano.
Los mecanismos de percepción de los datos sobre
Venezuela están terriblemente alterados, sean los datos positivos o no
el público español encontrará su lado negativo. Los periodistas
ocultarán los indicadores positivos, magnificarán y difundirán solo los
negativos, y si alguno no se puede ocultar será el resultado de la
propaganda gubernamental. Como suelen afirmar los sociólogos si uno
tortura suficientemente los datos estos acaban por confesar lo que uno
quiere. Los periodistas son los grandes torturadores de los datos y de
los hechos.
El fantasma cubano sigue recorriendo América Latina
Siguiendo
con las analogías del golpe de Estado en Chile los informes
desclasificados, nos recuerda Atilio Boron, demuestran que hubo un plan
trazado desde la Casa blanca, la CIA y la fiscalía general para
desestabilizar el país entre otros medios estrangulando la economía. La
excusa entonces era la diseminación de la revolución comunista cubana.
Como dice Atilio “es ingenuo pensar que hoy, en la Oficina Oval de la
Casa Blanca, el inverosímil Premio Nobel de la Paz convoque a sus
asesores para elaborar estrategias políticas distintas en relación con
las resistencias que se alzan en contra del imperialismo”4.
Lo que resulta realmente sorprendente es que las razones que Nixon se
daba para impedir la consolidación de Allende, la expansión del
comunismo cubano, sigan siendo hoy los mismos argumentos de la
propaganda imperial.
Al frente de este argumento se alistan los
periodistas más amarillistas y biliosos como Ludmila Vinogradoff que no
duda en detallarnos cómo la “oposición venezolana toma las calles para
protestar por la cubanización del país”. Ludmila se hace eco de los
manifestantes que ven en la intervención del gobierno en la economía un
paso más hacia la conversión de Venezuela en “una colonia de los
cubanos” 5.
La
amenaza cubana remite a un imaginario de sacrificios y escasez que
forma parte ya de la matriz ideológica anticomunista. Actúa como una
amenaza hacia los deseos y aspiraciones de justicia social del pueblo
venezolano. El miedo a la cubanización es el miedo a los sacrificios y
se aliña a menudo con artículos como el de A. Meza hablando de que
Maduro conduce a Venezuela hacia “el socialismo real”6
En
los últimos años, las políticas sociales a través de las Misiones han
mejorado la salud, la educación, la alimentación y la vivienda de los
venezolanos y han minado la identificación negativa de la trilogía
propagandística socialismo-autoritarismo-escasez. Desaparecidos el
“socialismo real” sólo Cuba puede ser utilizada para apuntalar el
fantasma del comunismo que ha empezado a disiparse.
La Batalla de
Chile fue y sigue siendo un legado para nuestra memoria. La prueba de
que desde 1917, desde el triunfo de la revolución rusa, el capital no ha
descansado en su lucha constante para aniquilar cualquier gobierno
popular. Como dijera Nixon hablando de Chile, cualquier medio para
impedir que se extienda el comunismo que es como decir cualquier medio
para acabar con la voluntad popular. Venezuela ahora, como entonces
Chile libra una guerra sin cuartel. La primera batalla, la más decisiva,
sigue siendo la que se libra contra nuestras conciencias.
Madrid, 8 de diciembre de 2013
Ángeles Diez es Doctora en CC. Políticas y Sociología y profesora de la Universidad Complutense de Madrid.
1 http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/23/actualidad/1385237530_268803.html?rel=rosEP
2 http://internacional.elpais.com/internacional/2013/12/04/actualidad/1386186413_709721.html?rel=rosEP
3 http://internacional.elpais.com/internacional/2013/12/04/actualidad/1386186413_709721.html?rel=rosEP
4 http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-228729-2013-09-11.html
6 ttp://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/30/actualidad/1385772161_362268.html?rel=rosEP
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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