Nuevamente los burócratas de la derecha endógena, frustran las expectativas de ese amplio sector de la fuerza laboral Venezolana representado en los trabajadores contratados de la empresa privada y del Estado. Se puede decir sin lugar a dudas que los reformistas de la nueva ley orgánica del trabajo, ¡disculpen el dislate, quise decir reformadores!, tomaron el rábano por las hojas y en lugar de ir al meollo del problema se fueron por las ramas y solo atacaron una pequeña arista del mismo como es la tercerización que en relación al de los contratados constituye una minoría que pírricamente en términos de erogación salarial fue reivindicada. Reiteramos que la inmensa mayoría de nuestros trabajadores son contratados por tiempo indefinido, sobre todo de aquellos cuyo patrón es el Estado en todo el amplio arcoíris de la Administración Pública (central, estadal y municipal) y que poseen de un año hasta veinte y más a su servicio en condiciones de precariedad; con ellos no se ha hecho justicia social, siguen postergados e irredentos, ellos fueron y son el producto de prácticas neoliberales de distintos gobiernos. Una verdadera legislación social revolucionaria debe eliminar la figura jurídica del contratado y solo permitirla para tareas específicas transitorias menores de seis meses. La LOT representa una reforma reformista y superficial de corto aliento.
Un fantasma recorre en toda su extensión a nuestra patria; es el fantasma de los contratados. Contratados de Venezuela unios.
Profesor y Economista César Burelli Valero
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