“Hablar de los gobiernos
no es hablar “contra” los gobiernos, ni tratar de ineptos a los
gobernantes. Notar la falta de lo que no se hace, indicar lo que se
debería hacer, advertir que lo que se está haciendo no producirá los
efectos que se esperan, es crítica, no detracción, si se dice por
escrito en público; y si se dice privadamente, no es ni murmuración
siquiera.” (Simón Rodríguez en: Luces y Virtudes Sociales. O.C., II,
p.79)
Se hacen cada vez más insoportables las arremetidas de la gestión
institucional en la UNESR, encabezadas por la rectora Miriam Balestrini y
sus equipos directivos, contra la comunidad universitaria. Da la
impresión que es una gestión majunche, distante de la propuesta
revolucionaria a la que dicen pertenecer. Si en alguna gestión han
arreciado los abusos contra los trabajador@s: obrer@os, docentes,
administrativ@s y contratad@s ha sido en esta. Yo, en lo particular he
sido un crítico sobre las diferentes gestiones que han actuado en
nuestra institución; y mantengo la hipótesis que con la caterva de
autoridades “revolucionarias” que han pasado, la institución ha
involucionado colocándose a la zaga del proceso que estamos viviendo.
Quiero destacar públicamente que en algunas, fui parte de la gestión
misma y no me avergüenza reconocerlo, pues tengo entereza de aceptar mis
errores; pero en esta cómo dicen en Carache: “Se acabó el carburo”.
Tradicionalmente –y no todas las tradiciones son malas- el personal
obrero en sus períodos de vacaciones o enfermedad busca suplentes para
las actividades laborales normales. Este personal suplente se reitera
año tras año en las funciones, quedando en una especie de lista de
espera, cuyo cargo se solicitaba cuando las circunstancias diversas así
lo requerían. Esa costumbre se había respetado; ahora, la presente
gestión con el apoyo de sindicaleros genuflexos hace mutis, voltea la
cara para el lado de la desvergüenza y autoriza el ingreso de personal
sin experiencia y sin la legitimidad requerida creando gran malestar en
la comunidad universitaria. A propósito, una parte importante de estos
sindicaleros, se nombran chavistas y ante cualquier crítica que surja
desde las bases las proscriben cómo antirrevolucionaria. ¡Cómo sí el
derecho de criticar y proponer transformaciones no es necesario en
revolución! ¡Quién esté libre de culpa que tire la primera piedra!
Al personal docente o facilitador@s cómo se les denomina, viene siendo
golpeado paulatinamente, atemorizándol@s dadas las condiciones de
dispersión que poseemos -23 núcleos distribuidos a lo largo y ancho del
país. Sumado a esto, ausencia de gestión gremial pues los existentes
representan –bien por acción u omisión-a las autoridades rectorales y,
el bajo nivel combativo docente dado el individualismo y los débiles
niveles de formación política imposibilitan las propuestas de
transformación que la institución requiere. Actualmente, se ha
arremetido contra un gran número de compañer@s contratad@s y jubilad@s
sin el argumento legal correspondiente disminuyéndoles su dedicación y
por ende sus condiciones laborales, se les pasó de dedicación exclusiva o
tiempo completo a medio tiempo o seis horas con los efectos perversos
en su salario. Cómo si fuera poco, se elimina o en el mejor de los casos
se les reduce, la asignación del bono de alimentación, acción esta que
cuenta con la discrecionalidad de algunas direcciones –especialmente la
del núcleo Valera- quienes cómo tribunales inquisidores actúan a diestra
y siniestra bajo el apoyo del nivel central. La aspiración a concursar
por un número importante de facilitador@s está siendo manipulado desde
la más pura demagogia majunche: se ofrecen concursos sin contar con el
soporte presupuestario necesario.
El personal contratad@: obrero y administrativo, es el eslabón más débil
de esta cadena, bajo la figura de una “Mesa Técnica” aparecen 309
compañer@s -129 administrativ@s y 180 obrer@s en un limbo
administrativo-presupuestario. Trabajan tiempo completo, algunos gozan
de beneficios laborales fijados discrecionalmente, llámense bono de
alimentación o HCM, reciben su pago a fines de cada semestre con montos
desde: 614 BF administrativ@s y 488 BF obrer@s.
Es importante alertar a quienes puedan decidir sobre el destino de la
UNESR, dado su carácter experimental, sobre la situación que estamos
viviendo y que lejos de apoyar internamente el proceso político
revolucionario, lo está debilitando. Peligrosamente, se está creando un
caldo de cultivo donde están emergiendo actores y procesos reaccionarios
que contribuyen al descontento, a interpretar que los que nos sucede es
parte de la acción política revolucionaria. Si alguna dinámica esencial
está ausente de nuestras aulas y nuestros espacios es el debate
político, la discusión sana y saludable dentro del pluralismo. Los
movimientos estudiantiles enmudecieron, perdieron la capacidad de
actuar, sólo reaccionan ante la inmediatez, sin trascendencia ni
discurso de apoyo orgánico al proceso bolivariano.
Tal vez estas palabras no convenzan, pues es un punto de vista, una
opinión que pretende ser provocadora y que puede ser un grito de alerta,
tanto a la comunidad universitaria como a las autoridades, debo
reclamarles con el derecho que me confiere la Constitución y decirles
que lo están haciendo mal, que no oyen, que no ven y que no sienten.
Pretendo aportar un grano de arena que pueda ayudar a sumar voluntades
en la lucha por el adecentamiento de una institución que es valiosa, que
sobrevive no obstante la perversidad del voluntarismo. El majunchismo
es también una reunión de máscaras, algunas de ellas ocultan otras
revelan, pero máscaras a fin de cuentas. Dejemos al cierre algunas
palabras del poeta Ramón Palomares:
“Nos permitimos ser extraños. Falsos.
Llevar una emoción no sincera.
Mientras andamos, desterrados de nuestro cuerpo
en un interminable paseo”.
Sociólogo Pedro José Fuentes V.
Facilitador núcleo Valera.
morrocoynosubepalo@hotmail.com
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