La gerencia del esperpento

La gerencia del esperpento

escrito por Pedro José Fuentes Villegas

miércoles, 21 de marzo de 2012

Como esperpento, el español Ramón del Valle-Iclán denominó un género literario en el que se deforma la realidad, destacando lo grotesco o desatinado. Esta calificación se aplica a la actual gestión directiva del núcleo Valera, la gerencia del esperpento. Y no puede ser de otra manera. La comunidad universitaria ha sido maltratada por decisiones de la más mezquina subjetividad que afecta la estabilidad institucional y personal de sus miembros, con la complicidad del otro esperpento: las autoridades universitarias encabezadas por la rectora Miriam Balestrini. Para muestra varios botones: El núcleo cuenta o contaba con tres salas de informática dotadas de servicio de internet, donde l@s participantes podían desarrollar sus actividades académicas con este importante apoyo tecnológico. Actualmente, sólo funciona una de ellas; de las restantes, una se convirtió en depósito y la otra, cerrada a la comunidad, sin explicación alguna, por lo que un gran número de participantes acuden a salas privadas con el subsecuente pago del servicio. Tradicionalmente -y no todas las tradiciones son malas- el personal obrero en sus períodos de vacaciones o enfermedad busca suplentes para las actividades laborales normales. Este personal suplente se reitera año tras año en las funciones, quedando en una especie de lista de espera, cuyo cargo se solicitaba cuando las circunstancias diversas así lo requerían. Esa costumbre se había respetado; ahora, la presente gestión con el apoyo de sindicaler@s genuflex@s hace mutis, voltea la cara para el lado de la desvergüenza y autoriza el ingreso de personal sin experiencia y sin la legitimidad requerida creando gran malestar en la comunidad universitaria. Continuemos con lo grotesco: la actual directiva, aconseja a l@s profesor@s y se amenazan -sobre todo a los contratad@s- a no tener comunicación con profesor@s crític@s por el temor de sufrir "un lavado de cerebro" en contra de su gestión, ¡vaya gerencia! Sin embargo, el "lavado de cerebro" fue de otro tenor pues parte del equipo directivo, se ha "convencido" de apoyar al presidente Chávez, y después de una "profunda reflexión" abandonaron su militancia adeca o copeyana y se han convertido en furibund@s chavistas, que marchan y todo, con chaquetitas y mejillas coloraditas, o mejor dicho -rojas rojitas. Díganme estimad@s lector@s, si esta gestión no es la gerencia del esperpento. Inteligentes ¿Para qué racionales? Felipe Colménter (Historiador) La autarquía psicológica ¿para qué nos sirve? pienso es un encierro, una trampa para nuestro propio entierro. ¿Por qué aparentar vainas que no somos? ¿Es muy difícil ser sinceros con nosotros mismos? Que molleja, enterarnos por los demás de lo que no somos capaces de irradiar, transmitir, o revelar a nuestros más cercanos. Somos anomias de nosotros mismos. ¿Cómo hemos sido familia, cómo transmito a mis hijos, cómo transito el camino de padre cuando ni sé lo que eso equivale? Qué cosa, mi familia universitaria, transita esa ignorancia y yo mismo soy portador de ella. ¿Para qué psicólogos o psiquiatras de nuestra propia locura? Caigo en cuenta de que somos sociales para compararnos, destruirnos, alejarnos; ayudarnos nunca, que fácil decir socialismo, que ignorancia, que hipócritas, que farsa, que desdén por la humanidad misma, que descaro. No somos dechados de virtudes, diría en mi caso, desdichado o deshilachado de ceguera social o familiar, aun así, en miopía, soy capaz de visualizar, con la ayuda que el vino me proporciona, lo que razono o avizoro, que tesoro ser capaz de autocriticarme o mirarme en el espejo autocontemplativo de la razón, que emoción ver defectos convertidos en alcahuetería, que hidalguía diría Sancho Panza en su adulancia. ¡Qué gerencia tan machete en la Universidad Simón Rodríguez, como demuestran lo antipatriótico de ser extraños de nuestra idiosincrasia, que audacia, que vergüenza, que descaro, que falacia, seguimos como menores de edad esperando que el invasor nos guíe! Adulancia es la característica más resaltante de los inútiles.