El Primer Ministro Debería renunciar y si no quiere, entonces la OTAN deberá actuar.
La revuelta de Londres según el antropólogo británico Chris Knight
Traducido por S. Seguí |
Entrevista al antropólogo Chris Knight, expulsado de la East London University por su participación en las protestas contra el G-20 y figura destacada en el anarquismo británico. Le hemos pedido su opinión sobre los disturbios de Londres, en tanto que figura de referencia de la izquierda libertaria londinense, expulsado en 2009 de la Universidad de East London, donde enseñaba antropología, por participar en protestas contra el G-20.El profesor Knight es una de las figuras más destacadas de la X Network, una red de movimientos anarquistas, pacifistas, revolucionarios, anticapitalistas, ecologistas y feministas que reúne nombres como Whitechapel Anarchists Group, Neo-Millennium Liberation Army, Democracy Village, Direction Action Group y Class War.
El primer ministro británico, David Cameron, ha definido los disturbios como “pura delincuencia.” ¿Está de acuerdo?
La quema de casas con personas dentro, el saqueo de tiendas, los ataques a personas con intención de matar son obviamente delitos criminales. Y el delito debe ser combatido, todos estamos de acuerdo en esto. Pero, para que el contraste sea eficaz, se debe hacer a todos los niveles, comenzando por arriba. Es preciso comenzar con los banqueros codiciosos e irresponsables que provocaron la crisis financiera de 2008 y con los políticos criminales que están en una forma u otra a su servicio. Por no hablar de las violaciónes del derecho internacional que este régimen ha cometido al invadir Irak, y la continua utilización de la violencia en Afganistán, Libia, etc. El reciente escándalo de corrupción en la Policía Metropolitana sólo sirve para reforzar la imagen de anarquía que prevalece en los niveles más altos. Los ricos y poderosos son responsables de saqueos y violencia a grandísima escala; detengamos y condenemos a los criminales de alto nivel y luego nos ocuparemos de los más pequeños.
¿Según usted, todos estos disturbios son completamente espontáneos? ¿O bien hay detrás la mano de las fuerzas antisistema: anarquistas, anticapitalistas, izquierda radical...?
Hay una forma de autoorganización muy sutil y refinada. Las bandas locales, antes hostiles entre sí, se han unido para luchar contra la policía, en lugar de luchar unas contra otras. Son jóvenes llenos de ira, pero no politizados en el sentido tradicional. Y están organizados mil veces mejor que los anarquistas y otros activistas políticos. La izquierda anticapitalista no ha tenido ningún papel en todo esto, realmente, salvo para ofrecer apoyo a las familias afectadas. En los próximos días, sin embargo, muchos de nosotros participaremos en las asambleas de barrio en un intento de canalizar esta rabia en una dirección más creativa.
¿Cree usted que estos disturbios raciales son similares a las que ya se han visto en el pasado o bien se trata de nuevo tipo de malestar social, de algún modo relacionado con la crisis económica?
Es un fenómeno nuevo. Estos disturbios son interétnicos. En algunas zonas de Londres, los alborotadores y saqueadores han sido jóvenes blancos. Tal vez sea una de las muchas chispas que han de encender la inminente insurrección en toda Europa. Y no solo de las clases trabajadoras, también del lumpenproletariado, impulsado por la pobreza y aún más por la inmoralidad y la codicia del establishment. El capitalismo global de hecho murió en septiembre de 2008: desde entonces, el sistema parece vivo, pero sólo se mantiene vivo artificialmente. Luego vino el nuevo colapso financiero y la máquina que mantiene vivo el sistema dejó de funcionar. La revolución ya ha comenzado: desde el norte de África comenzó a principios de 2011, se ha extendido en el mundo árabe y ahora ha llegado a Londres.
¿Cuál es la situación social en los guetos de Londres? Recientemente, en las afueras de la capital, se han registrado tasas de prevalencia de la tuberculosis peores que en muchos países del tercer mundo...
Sí, esto describe bien la situación en los barrios más pobres de Londres, pero también de Bristol, Liverpool y Manchester.
Algunos piden la intervención militar y la imposición de la ley marcial. ¿Cree usted que es un escenario realista?
La prensa sensacionalista lo está pidiendo a gritos, pero el gobierno y los militares no son tan estúpidos. Ellos saben que deberían empezar a disparar a la gente y entrar en sus barrios; la explosión de violencia que se produciría haría palidecer lo que hemos visto en los últimos días.
Fuente: http://it.peacereporter.net/ articolo/29926/Le+rivolte+di+ Londra+secondo+Chris+Knight
El primer ministro británico, David Cameron, ha definido los disturbios como “pura delincuencia.” ¿Está de acuerdo?
La quema de casas con personas dentro, el saqueo de tiendas, los ataques a personas con intención de matar son obviamente delitos criminales. Y el delito debe ser combatido, todos estamos de acuerdo en esto. Pero, para que el contraste sea eficaz, se debe hacer a todos los niveles, comenzando por arriba. Es preciso comenzar con los banqueros codiciosos e irresponsables que provocaron la crisis financiera de 2008 y con los políticos criminales que están en una forma u otra a su servicio. Por no hablar de las violaciónes del derecho internacional que este régimen ha cometido al invadir Irak, y la continua utilización de la violencia en Afganistán, Libia, etc. El reciente escándalo de corrupción en la Policía Metropolitana sólo sirve para reforzar la imagen de anarquía que prevalece en los niveles más altos. Los ricos y poderosos son responsables de saqueos y violencia a grandísima escala; detengamos y condenemos a los criminales de alto nivel y luego nos ocuparemos de los más pequeños.
¿Según usted, todos estos disturbios son completamente espontáneos? ¿O bien hay detrás la mano de las fuerzas antisistema: anarquistas, anticapitalistas, izquierda radical...?
Hay una forma de autoorganización muy sutil y refinada. Las bandas locales, antes hostiles entre sí, se han unido para luchar contra la policía, en lugar de luchar unas contra otras. Son jóvenes llenos de ira, pero no politizados en el sentido tradicional. Y están organizados mil veces mejor que los anarquistas y otros activistas políticos. La izquierda anticapitalista no ha tenido ningún papel en todo esto, realmente, salvo para ofrecer apoyo a las familias afectadas. En los próximos días, sin embargo, muchos de nosotros participaremos en las asambleas de barrio en un intento de canalizar esta rabia en una dirección más creativa.
¿Cree usted que estos disturbios raciales son similares a las que ya se han visto en el pasado o bien se trata de nuevo tipo de malestar social, de algún modo relacionado con la crisis económica?
Es un fenómeno nuevo. Estos disturbios son interétnicos. En algunas zonas de Londres, los alborotadores y saqueadores han sido jóvenes blancos. Tal vez sea una de las muchas chispas que han de encender la inminente insurrección en toda Europa. Y no solo de las clases trabajadoras, también del lumpenproletariado, impulsado por la pobreza y aún más por la inmoralidad y la codicia del establishment. El capitalismo global de hecho murió en septiembre de 2008: desde entonces, el sistema parece vivo, pero sólo se mantiene vivo artificialmente. Luego vino el nuevo colapso financiero y la máquina que mantiene vivo el sistema dejó de funcionar. La revolución ya ha comenzado: desde el norte de África comenzó a principios de 2011, se ha extendido en el mundo árabe y ahora ha llegado a Londres.
¿Cuál es la situación social en los guetos de Londres? Recientemente, en las afueras de la capital, se han registrado tasas de prevalencia de la tuberculosis peores que en muchos países del tercer mundo...
Sí, esto describe bien la situación en los barrios más pobres de Londres, pero también de Bristol, Liverpool y Manchester.
Algunos piden la intervención militar y la imposición de la ley marcial. ¿Cree usted que es un escenario realista?
La prensa sensacionalista lo está pidiendo a gritos, pero el gobierno y los militares no son tan estúpidos. Ellos saben que deberían empezar a disparar a la gente y entrar en sus barrios; la explosión de violencia que se produciría haría palidecer lo que hemos visto en los últimos días.
Fuente: http://it.peacereporter.net/
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