Precursor de una poesía vivencial, sobre la brevedad de la Vida.

Píndaro fue uno de los grandes poetas griegos del periodo clásico, se ubica su nacimiento cerca del 518 AC, algunos críticos modernos consideran su estilo abstruso y hermético, quizás por su profunda concepción existencial del ser humano y por su afán de indagación y asombro acerca del insondable y misterioso universo. Lo cierto es que se le puede considerar el precursor de una poesía vivencial sobre la brevedad de la vida, que tanto arraigo ha generado en la poesía universal. Veamos este hermoso, breve y perdurable poema del aeda. 

Seres de un día, Qué es el hombre, Qué no es. El hombre es el sueño De una sombra. Agregaría que somos sombras de otros hombres que son puras sombras. Si nos paramos frente a un espejo donde de la luz, vemos tres entes: el reflejo, nuestro yo y la sombra, ¿Quién existe realmente? El materialista mecánico dirá que nuestro yo que es un objeto, pero esta cosa material no seria posible sin la energía o luz de una estrella que esta muriendo, para transformarse en materia oscura (sombra). La realidad es trinitaria, es dialéctica, es una síntesis de luz y sombras. Quizás por eso el sorprendente Borges pone en labios de su amigo Bioy Casares la frase, “odio los espejos porque al igual que la copula, tienen la virtud de reproducir al ser humano”. También el inmortal Drácula de Stoker los cubre en su castillo porque no se puede reflejar en ellos. Profesor y Economista César Burelli Valero