“El señor de las moscas”
“El señor de las moscas”
Sensatez y claridad política es algo escaso, aun del lado de la revolución bolivariana. Cuando se usa este vocablo, inmediatamente surgen en la mente conceptos, normalmente mal aprendidos, acerca del significado de “equilibrio”; haciéndolo forzosa y falsamente equivalente a “ponerse en la mitad” o “equidistante” de los extremos. Y allí todo diálogo y razonamiento perece, por un detalle minúsculo y prejuicioso. Nada más lejos de la verdad objetiva. Personajes tan disímiles como Maquiavelo (“El Príncipe”) o Juan El Apóstol (“El Libro de las Revelaciones” o “El Apocalipsis”), advertían acerca de la inconveniencia de mostrar “neutralidad” o “tibieza” ante los conflictos; lo que en definitiva es éticamente cuestionable.
Digo esto, porque el aspecto más cuestionable en la Nueva Ley de Educación Universitaria, es el principio: “una persona, un voto”. Esto es, todos los miembros de la comunidad universitaria (estudiantes, profesores, administrativos y obreros) votarían para elegir sus autoridades. Esto es altamente revolucionario y transformador de la realidad de nuestra educación superior, y por lo cual nos hemos empeñado todos estos años en que se lograra.
Pero, era en el entendido que estos sectores ejercerían el principio del “voto paritario”; esto es, cada uno de los 4 sectores tendría ¼ de los votos totales. En la forma como fue aprobada la ley en su artículo 79 (de forma atropellada, tumultuaria y apresurada, como aquellas tareas que no se hacen a tiempo y se “matean” cuando ha finalizado el término de entrega), al ser los estudiantes la abrumadora mayoría en todas las universidades (muy por encima de todos los trabajadores y profesores juntos, diez a uno al menos), indefectiblemente hemos puesto EXCLUSIVAMENTE en las manos de nuestros estudiantes, el destino de toda la educación universitaria.
Prevengo al lector, porque es un signo de inmadurez y de falsedad ideológica, la enorme inconveniencia de tal artículo; recordándole los terribles errores cometidos por Mao en la llamada “Revolución Cultural” (1966-1969) y su inviabilidad en el tiempo, al darle a los “guardias rojos” (mayormente muy jóvenes o casi niños) el poder casi exclusivo para decidir y discernir sobre lo que era “revolucionario” y “proletario”. Eso casi sepulta la propia revolución China, siendo desplazada posteriormente por la corriente de Deng Xiaoping, en la acera opuesta a esa doctrina (¿Recuerdan la llamada “Banda de los cuatro”?) Anteayer, por ejemplo, discutía con un camarada en un programa de radio en Mérida, quien estaba de acuerdo con ese artículo; que pensara en frío y sin apasionamientos. Y empezó luego a decirme que, “bueno, los estudiantes recién inscritos no debían votar porque claro no saben nada de la universidad...”, y yo diciéndole, que eso expresamente es lo que establece la ley. TODOS, sin excepción, votarán, elegirán las autoridades y elaborarán los reglamentos. Yo, que tengo cerca de 20 años como profesor en la ULA, o el obrero X con 25 años en la UCV, votaremos igual que un estudiante que apenas ha visto dos días de clases en esas casas de estudio. Y ellos son, y serán siempre, la inmensa mayoría.
Por favor camaradas, no me vengan con la manida leyenda urbana (porque no vengo de otro planeta, tengo cerca de 50 años, de los cuales casi 30 en la universidad) de la “pureza” y “madurez” de nuestros jóvenes !Coño, si la mayoría de los viejos que conozco no les confiaría que me pasearan el perrito, y los jóvenes del PSUV están más pendientes de jugar wii y verse con la novia o el novio!...Sí, ciertamente, tienen voluntad y empeño, pero un empeño ciego (el “voluntarismo”, tan peligroso como necesario).
Recuerden, por ejemplo, la confusión de Stalin en el 41, inmediatamente luego de la invasión alemana a la URSS, y que casi le conduce a una derrota espantosa, cuando se percata que no habían altos oficiales experimentados en el arte de la guerra; pues la mayoría los había fusilado en sus famosas purgas, por “contrarrevolucionarios” y “enemigos del pueblo”.
Sé que algunos despacharán con el desprecio estas opiniones, porque es más fácil y produce mayores réditos el aplauso cómplice hacia unos camaradas diputados que mayormente no hicieron bien su trabajo en estos cinco años, y temen decirle a Chávez la verdad. ¿Recuerdan la famosa novela de William Golding, “El señor de las moscas”, donde unos niños atrapados en una isla desierta, recrean la sociedad, perdiendo la candidez por efecto del manejo del poder y la implacable naturaleza humana que espontáneamente emerge? Sí, es solo una novela me dirán, y veo fantasmas donde solo debe haber una voluntad de hierro; pero con el artículo 79, profundamente demagógico, estaremos expresamente exponiendo a luchas fratricidas a nuestra juventud revolucionaria, quemándola irreversiblemente en intrigas y manipulaciones por el poder; donde individuos como el actual Ministro de Educación Universitaria (un hombre que firmó en el 2004 contra el Presidente Chávez, y no me cansaré de decirlo) será “El señor de las moscas”, con su carga de probada ineptitud y desconocimiento de la realidad y mentalidad universitaria.
¿Alguno sabe lo que ocurre en el Ministerio de Educación Universitaria (MPPEU), en el CNU o la OPSU donde la incapacidad de ese funcionario, es a costa de maltratar al personal, explotando y apoderándose del trabajo de sus técnicos, presentándolo como propio? ¿Eso es lo que quiere implementar en las universidades, sustituyendo una cúpula podrida e inepta, por otra falsa y corrupta, pero roja-rojita? Eso no lo merece el Presidente Chávez ni esta revolución; porque sabemos que él o los autores de ese adefesio (llamada así por el propio camarada Martín Guedez), no fueron los diputados que escasamente asistieron a la aprobación de la Ley en la Asamblea Nacional. Todo fue cocinado, dentro de un entorno de fundamentalismo y sabelotodismo arrogante, en las propias oficinas del MPPEU. NUNCA esta ley la conocimos. NUNCA esta ley fue discutida. NUNCA fuimos convocados para debatirla. Quienes lo han afirmado le han mentido descaradamente al país y a la militancia. Esa es la pura verdad, y eso no es revolucionario; dejándonos desarmados ante la derecha brutal que no escatimará esfuerzos para acabar con esta revolución.
Las serias consecuencias sobre nuestra juventud, la que hemos cuidado y protegido de los duros embates políticos todos estos años, serán a mi juicio irremediables; al convertirlas, sin las preparación adecuada, sin el conocimiento técnico, sin la imprescindible madurez, en el centro de la guerra por venir. Los comecandela de este momento, redactores verdaderos de este adefesio, huirán después a mayami, gordos y gozosos, como tantos “revolucionarios a toda prueba” del pasado ¿Se nos olvidó acaso a Miquilena, Luis Velasquez Alvaray, Vladimir Villegas, Rosendo, Usón,..., tan felicitados y exaltados en tantas oportunidades por el mismísimo Comandante Chávez? !!Coño, no me calo otro camaleón más!!
Extraordinarios avances que presenta la nueva Ley, podrían naufragar por algunos artículos como el 79. Pregúntense, fríamente, sensatamente, nuevamente: ¿Por qué será que solo hemos visto en los medios del Estado, loas a la Ley de parte de colectivos estudiantiles? ¿Y los sopotocientos colectivos de trabajadores, obreros y profesores revolucionarios de las universidades, tecnológicos y politécnicos (que son variados y muchos) donde están? ¿Estarán de vacaciones? ¿Sus reivindicaciones históricas han sido cubiertas? Piensen camaradas, algo muy serio ha pasado. Se le ha mentido al Presidente y al pueblo chavista.
Mérida, 25 de diciembre de 2010.
Por: Juan C. Villegas
Fecha de publicación: 25/12/10
juancv@ula.ve
Comentarios
Publicar un comentario
Los que envían los comentarios son responsables del contenido.