El Falso Lenguaje Revolucionario
Falso Lenguaje Revolucionario o Felicitaciones a Alberto Nolia.
Para muchos antropólogos estudiosos del origen del lenguaje, este hecho (la aparición del lenguaje), se produce simultáneamente con otro fenómeno social como es el trabajo y ambos implican el salto cualitativo de la transformación del mono en hombre. Para algunas escuelas antropológicas la relación neurológica entre el uso de la mano y el desarrollo del cerebro es incuestionable en el proceso evolutivo del humanoide. No solo por las conexiones neurológicas que ocasiona el empleo de la mano, sino también por el acceso a las proteínas y aminoácidos requeridos por el cerebro, obtenidos en la caceria (trabajo).
La sociología marxista además de aceptar la hipótesis anteriormente mencionada, supera a lo que pudiéramos denominar una antropología burguesa, en el sentido que para el marxismo, el trabajo humano es más que un simple acto mecánico de gasto de energía (todos los animales sin excepción realizan un trabajo) y se transforma en un hecho social.
Tenemos entonces que el fenómeno de humanización es la consecuencia de un complejo y dialéctico proceso que implica tres categorías: el trabajo como colaboración, el lenguaje como comunicación y la educación como enseñanza a las nuevas generaciones, de lo aprendido.
Por otra parte, es un hecho aceptado por la sociología, la antropología y la historia; y así lo demuestra el estudio de comunidades primitivas en la actualidad, que es el matriarcado el modo de vida más antiguo de la humanidad. En tal sentido corresponde a la mujer ser la génesis de la educación de los hijos y en consecuencia de la enseñanza del lenguaje. Quizás será por esta razón (inconsciente colectivo de Jung) que al referirnos al lenguaje de origen, lo designemos como lengua madre.
Vemos con preocupación, como en aras de un “revolucionario” feminismo, en nuestro país se esté destrozando el lenguaje, no es casual que el comandante Fidel Castro, hombre de aquilatada cultura le dijera en tono jovial a Vanessa Deivis en una entrevista que esta le hizo, que el no podía” por razones de economía del tiempo”, decir los trabajadores y las trabajadoras; en castellano los sustantivos tienen género, no me he puesto a contar quienes abundan más, pero estoy seguro que dominan los femeninos. En estos días oí con satisfacción como Alberto Nolia, intelectual de fino verbo y de caustica ironía contra los burros de la derecha, se burlaba inclemente de un juez ignorante que se refería a los niños, niñas y adolescentes y de casualidad no dijo adolescentas.Como les decía, en nuestro hermoso idioma cervantino los nombres poseen género; y si queremos utilizar un sustantivo masculino para un ente femenino o viceversa , basta con cambiar el artículo, por ejemplo, si nos referimos al soldado mujer, usamos la soldado , porque la soldada suena horriblemente feo, además de cambiarle el sentido, nos lleva a imaginarnos a alguien soldado con soldadura. Otro ejemplo significativo, sería usar el muy femenino sustantivo “bioanalista “, para referirnos a un miembro masculino de esa profesión como un bioanalisto; será que se cree que una bioanalista es una bióloga muy lista.
La revolución no se hace a martillazos, por caprichos sin fundamentos no se puede destrozar el idioma, y dejo esta perorata hasta aquí, no valla a ser que me enjuicie La Fiscala citando unas testigas como miembras del jurado.
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